Cinco

17.7K 1.6K 926
                                    

  Edward llegó al punto acordado un cuarto de hora antes de la hora, no quería admitirlo pero estaba nervioso ante las dudas de no saber si Jacob asistiría a la cita. Había visto en sus ojos el dolor que él le provocó por olvidarse de todo por estar a su lado, si hubiera podido dormir tampoco habría pegado ojo. Le asustaba sobremanera que Jacob decidiera alejarse.

  Pasó casi media hora cuando empezó a cavilar en si estaría mal en ir a la frontera para buscarlo. Pero unos pesados pasos le hicieron volverse de inmediato. Un enorme lobo le contemplaba sin emoción en sus oscuros ojos.

  —Llegas tarde, creía que no vendrías.

  —Cumplo mis promesas. Simplemente he tardado más de lo previsto. Aunque se me ha pasado por la cabeza tardar más.

  Edward se aproximó a él poniendo la mano en el lateral de su cabeza, ante el contacto toda la armadura de frialdad de Jacob estalló en pedazos.

  —¿Estás enfadado?

  Tardó en responder debido a que estaba perdido en los ojos del vampiro.

  —No, si lo que te preocupa es que me haya retrasado a propósito no lo he hecho. Charlie me ha pedido ayuda al llevar a Bella.

  —Si decidieras llegar varias horas tarde te hubiera esperado.

  —¿Tratas de firmar la paz conmigo?

  —No sabía que había una paz que firmar —rio menos tenso—. Pero quiero recompensar mi descortés desplante hacia ti de ayer.

  Jacob acarició la mejilla de Edward con el lateral de su hocico haciendo que el vampiro se quedara más frío de lo que ya estaba. Notó como la mano del contrario se mantuvo paralizada en su pelaje.

  —No me explico cómo puedo quererte tanto.

  Edward dio un paso atrás, perplejo. Primero el miedo a perderlo, luego su contacto tan cálido y ahora la certeza de que Jacob le quería por encima de todo le estaba poniendo en una situación que no creía posible. No deseaba ir a la habitación de Bella sino que quería hablar durante horas con él.

  Ante su silencio y su gesto Jacob se alejó a su vez.

  —Lo siento, me ha salido solo. Yo...

  —Está todo bien, Jacob.

  —Tu cara no dice eso.

  —No esperaba que dijeras sin miedo que me quieres.

  —Pero es la verdad, Edward. Y anhelo que tú sientas lo mismo.

  —De momento puedo decirte que no me eres indiferente, te tengo cariño pero no puedo prometer nada más.

  —No dirás eso en una semana. ¿Preparado para una carrera?

  —¿Qué quieres decir con eso?

  —Voy a enseñarte a echarme de menos, a quererme tanto que serás tú el que me pida que me quede a tu lado.

  Sonrió viendo como el lobo se colocaba en posición para iniciar una carrera, no sabía por qué pero no dudaba de las palabras del chico.

  —¿Listo? Espero no desconcentrarte, pero ya sé lo que voy a pedir.

  —Será para otra ocasión, Cullen. Por ahora piensa como vas a contar lo que supongo para ti.

  Tras la cuenta regresiva que hizo Jacob, ambos se lanzaron con ímpetu a una carrera que ninguno quería perder.

  Jacob deseaba con todas sus fuerzas conocer los verdaderos pensamientos de Edward, mientras éste, si ganaba, iba a pedirle que pasara con él algunas horas al día, aunque eso suponía dejar un poco de lado a Bella.

LUNA DE PLATA   ×Edward & Jacob×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora