Capítulo 10: Monstruo

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N

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N.O.

Y terminó la maldita pesadilla, haciéndolo saltar desde el suelo, su cuerpo desprendía sudor y el aire se le hacia nulo. Observó alrededor, seguía en la casa de orientación.

-Hey, hey, ¿qué pasa?- Preguntó Mira yendo hacia él, preocupada.

-¿Por qué estoy en el suelo?- Se limitó a preguntar, mientras se aferraba a la manta de abajo, y giraba su cabeza hacia ella.

-Ayer te dije que yo seguiría vigilando para que durmieras.

-¿En verdad?- Él jamás escuchó eso.

Ella asintió- Descansamos medio día.

-Tuve un mal sueño.- Comentó agarrándose la cabeza.

-Tranquilo, ¿quieres agua?

-No te preocupes, estoy bien- Miró arriba del hombro de la chica, hacia el otro lado de la habitación, pero no estaba el pelirrojo allí-. ¿Y Kai?

-Está en la azotea.

-¿Hay una?- Preguntó confundido.

-Sí, por allí- Apuntó a una trampilla en el techo, que abajo de esta había un estante. Supuso que él la usó para subir-. Pero es preferible que no vayas a verlo, está de mal humor.

-¿En verdad? Ayer estaba normal.

-Puede que haya tenido una pesadilla como tú.

-Mh.- Asintió, mientras se ponía de pie al igual que ella. Mira fue hacia el escritorio y le lanzó una cosa envuelta en plástico, que en un reflejo lo atrapó en el aire con una mano.

-Come eso.- Dijo, y luego se fue por una puerta a un costado para dejarlo solo. Y se dio cuenta que nunca miró el lugar con atención. Observó lo que estaba tomando y resultó ser una barra energética.

Soltó una risa y la desenvolvió para llevarla hasta su boca y darle un mordisco.

Vio como se filtraba la luz por las cortinas que cubrían la ventana. Alumbrando y haciendo notar como las minúsculas partículas de polvo amarillento caía en el piso. Esos escasos rayos de luz tibios que llegaban hasta sus pies en medio de la tormenta, en medio del terror, en medio de la muerte.

Por fin tuvo ese momento de tranquilidad, mientras que comía algo que se le hacía agradable, hasta sabroso, pero nunca se compararía al bistec que le hace su madre en un sartén, cuando llegaba su padre de la oficina los domingos. Pero todo eso terminó al llegar al suplicio en el que está. Y maldecir a su yo del pasado por usar tanto su teléfono y ser un viciado, ya no servía de nada.

Luego comenzó a pensar en el pelirrojo, ayer él estaba bien, hasta podría decir que feliz. Pudo haber recordado todo lo que estaba pasando, pero ni eso. Cuando estaban en la enfermería Kai tuvo en cuenta todo eso, pero luego al salir y llegar en donde están ahora pudo sonreír. Se le hacía difícil comprender. Y el chico sí estaba en la azotea. Se hayaba también pensando. Solamente que los pensamientos de morir no lo arrivaban.

𝘾𝘼𝙈𝙋 ⇄ 𝙆𝘼𝙄𝘿𝘼𝙈      [Pausada, editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora