Leone Abbacchio se encontraba ayudando en las tareas del hogar, era uno de sus pasatiempos favoritos asi como prepararle la cena de vez en cuando a su adorado esposo.
Su casa estaba muy limpia y impecable aunque era habitada por dos hombres, estaba feliz de que su vida fuera tranquila.
Comenzo a juntar de los cestos de ropa sucia las prendas que eran suyas y las que eran de Bruno para poder hacer la lavanderia, no habia mucha porque constantemente lo hacían.
Comenzo a acomodar de manera correcta los pantalones revisando que no hubiesen papeles o algun objeto que pudiese quedar atorado en la lavadora.
Todo estaba yendo de maravilla coloco la primer carga de ropa en la lavadora y la programo, debia continuar seleccionando la ropa, tambien haria una carga de ropa interior, todo estaba acomodado en la cesta especial solo para ese tipo de ropa, asi que fue hasta ella, encontrando sus prendas y algunos conjuntos de Bruno, su brallet y habia una pieza muy especial, una bella tanga de encaje color negro que habia usado para una noche especial, aquella casi fue rota por las manos de Leone ya que impedian que llegara de manera comoda a el interior calido y apretado de su amado, pero Bruno lo paro y logro bajarselos antes de que los rompiera por completo.- ...
Leone se estaba excitando por solo recordar las expresiones de su amado esa noche, su piel sudada y aquella ropa interior solo avivaba el recuerdo.
Ya que aquella ropa interior aunque fue usada unos momentos estubo cubriendo el hermoso culo de su amado.- ...
Habian unas poderosas ganas de comenzar a masturbarse gracias a la ropa interior de Bruno pero se trato de controlar solo sosteniendola con cuidado unos momentos para poder olerlos un poco, la esencia de Bruno estaba ahi sin dudas, y aquello procedió hasta que Bruno dejo cajer una botella de agua al filo de la entrada de la habitacion despues de ver aquel acto de su esposo, que lo hizo apenarse y sentir vergüenza.
- ¡Leone!..
El pelinegro grito suavemente mientras corría para quitarle su ropa de las manos a Leone, estaba demaciado sonrojado y un poco excitado por aquello.
Leone aprovechó la cercanía del cuerpo de su amado para besar su cuello y tomarlo de la cintura, aquello definitivamente era una señal para no dejarlo ir en ese momento y inundarse de pasión desenfrenada.
