Extendí mis alas, cubriendome del ataque que venía en mi dirrección. Dando un salto me eleve en el cielo, agitando mis oscuras alas, creando una fuerte ráfaga de aire que levantó las pequeñas partículas de tierra obstruyendo la vista a mi oponente. Aproveche la distracción y decidí aterrizar detrás de él de la forma más silenciosa posible. Corrí a él, y lo logrer tumbar en el suelo, inmovilizandolo al instante, colocando mi rodilla en su garganta. Mi ojos amarillentos lo veían de manera retorcida, observé como tragaba en seco. Veía a la perfección mi reflejo en sus cristalinos ojos. Con una última sonrisa me despedí de él, colocando los manos a los lados de su rostro. Mis cálidas manos temblaron al hacer contacto con su pálido y frío rostro de metal. Torci su cuello de forma rápida, escuchando el característico sonido de huesos crugiendo. Pronto, una molesta y cegadora luz apunto en mi dirección, pude ver unas palabras que sabía de memoria.
«¡Jugador 1 ha ganado!»
Camine con aburrimiento hasta la puerta, abriéndola y mirando con expresión neutral hacia el frente. Del otro lado de la habitación blanquecina escuché a mi hermano mayor maldecir. Sonreí orgullosa de mi trabajo. Mis padres me observaban desde sus asientos. Madre extendió sus alas y levantó la barbilla, orgullosa de su hija menor. Por otro lado mi padre negó al ver a mi hermano salir de la habitación con los nudillos rojos y el rostro sucio.
—Señorita Natsuki—. Hablo una chica de servicio. —Por favor, sigame. La escoltare hasta su habitación donde será inmediatamente atendida por la enfermera.
—Gracias.
Hice una leve reverencia, mostrando mi gratitud, olvidando por completo que mi espalda dolía, dejando salir un gruñido de dolor.
—¿Las aves gruñen?— Escupió con veneno mi hermano a mi lado.
—No lo sé. Se que cierta serpiente está por dar un paseo por el cielo si no cierra su maldita boca. ¿Contesté tu pregunta, Daishou? O— Extendí mis alas, advirtiendo con ese gesto que sí movía la ficha equivocada, perdería. —¿Tengo que mostrarte desde otra perspectiva?
Chasqueo la lengua y metió sus manos en los bolsillos, siseando y tragando su dolor.
«Se que duele, hermano. Por favor, aguanta un poco más.»
Escupió en el suelo, aquel detestable ácido junto con un poco de sangre. Un suspiro se escuchó a nuestras espaldas. Madre venía con su típica expresión sería y espalda recta, postura digna de una reina de belleza. Nuestro padre venía un poco más relajado, sin embargo, no se veia feliz.
—No lleguen tarde a la cena. Recuerden vestirse bien. No nos dejen en vergüenza frente a la visita.
Hice una reverencia, gruñendo una vez más pero tratando de ignorar el odioso ardor en mi espalda. Mi hermano igual, hizo una reverencia sin embargo no se quejo. Claro, él no se cayó de un jodido árbol. Nuestros padres solo hicieron un sonido afirmativo y dirigí mi vista a mi hermano.
—Se que no lo dicen con frecuencia por aquí pero yo si lo haré—. Hice una leve pausa y extendí mi mano hacia él. —Estoy orgullosa de ti, Suguru. Eres el mejor hermano mayor del mundo y me atrevería a apostar a qué eres el mejor capitán del mundo. Así que, por favor, cuídate mucho.
Nuestras miradas se conectaron mientras él tomaba mi mano y me atraía a él para unirnos en un fuerte abrazo.
—Natsuki—. Suspiro, colocando su cabeza en el hueco entre mi cuello y hombro. —Por favor no cambies nunca. Se que tienes problemas. Se que en cierto y retorcido modo disfrutas todo este infierno pero, si te aceptan en ese escuela...— Se tomó un momento antes de continuar. —Cuidate mucho.

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Volando hacia el futuro
Fanfiction«Por primera vez en mi corta vida lo sentí. Sentí el tan llamado sentimiento de estar feliz porque otra persona sea feliz» -_-_-_ @LadySkull_Editoral es la responsable de la preciosa portada.