☪ ★ ⸻ ❛ Es una promesa. No lo olvides jamás ❜
Adara Beckham toda la vida creyó que era mejor vivir sin rencor u odio en el corazón, a pesar de que nunca fue reclamada por su padre que es un dios olímpico y que sobre todo su inocencia e ingenuidad...
Cuando ella llegó a la Casa Grande, pudo notar el regordete rostro amargado y malhumorado del director del campamento. Adara se adelantó mientras inspeccionaba el lugar con la vista, también cruzándose con un par de sátiros que probablemente huían de la próxima rabieta del señor D. Era de esperarse, pensó ella, el último tiempo notó que se mostraba más frío y grosero con todo el mundo.
—Adara —la llamó una voz.
Quirón salió de su oficina en sillas de ruedas, logrando un pequeño malestar en el estómago de Adara. Ella se sentó frente a la mesa de juegos del señor D. tratando de ignorar su mirada rabiosa y observó al centauro, preocupada de haber hecho algo malo.
—¿Qué sucede? —preguntó ahora mirando a los dos—. ¿Hice algo que no debía?
Dionisio se cruzó de brazos, al parecer negado a hablar.
—El señor D. ha ido al Olimpo a visitar a su prometida Ariadna como suele hacer a veces en secreto —contó Quirón soltando un gran suspiro pesado—. Zeus lo pilló y lo regresó de inmediato para acá, por eso está muy furioso...
