CAP. 10: Me encantas.

84 8 0
                                    

NARRA JUAN

Solo ha pasado una semana desde que inicié con los ensayos para el próximo show, pero nunca había sentido tantos nervios por presentarme en un lugar, probablemente es porque en el fondo sé que veré de nuevo a Isabelle y mi corazón palpita rápidamente con solo pensar en lo hermosa que estará esa noche. 

- ¿En qué tanto estás pensando Juan Luis? La presentación es en menos de tres meses y tú estas en las nubes. (Dijo Miguel con un tono severo y muy seriamente)
- No lo sé, simplemente estoy distraído. (Le respondí cortantemente) Necesito un descanso.
- ¿Otro descanso? Ayer solo ensayaste un rato. No estarás listo si sigues con esa actitud. Recuerda que está en juego tu carrera y eso es más importante que cualquier mujer. Concéntrate en ti, te necesito enfocado. (Después de terminar de hablar, Miguel salió del estudio muy molesto)

Siendo sincero, desde que Isabelle no estaba, sentía que en mi vida hacía falta esa voz tranquila que me dijera constantemente "Todo estará bien". Así que decidí ir a casa temprano y dejar de nuevo ese ensayo "a medias", como decía Miguel. Mi voz no llegaba a las notas adecuadas, estaba fuera de tono y no tenía ritmo; era ilógico seguir perdiendo el tiempo en un ensayo sin nada de inspiración y con los nervios apoderándose de mi. Por ello, al llegar a casa, saqué del último cajón de mi escritorio un pequeño baúl lleno de cartas que alguna vez Isabelle me había regalado para San Valentín. Emocionado como la primera vez que abrí aquel baúl, leí la carta que decía "Ábreme cuando me extrañes." ¡Carajo! Cuánto la extraño, sus hermosas palabras le daban tranquilidad a mi alma pero también dejaban un pequeño vacío en mi corazón. 

(Juan leyendo la carta)
"Hola mi precioso. Si abriste esta carta quiere decir que te hago falta y quiero que sepas que no interesa el día, la hora o el momento en que leas esto, tú también me haces falta. Extraño ver tus hermosos ojos marrones, esos que me intimidan cada vez que me miras fijamente; extraño esconderme entre tus brazos y sentirme en paz; extraño llenarte la carita de besos y decirte lo guapo que eres; extraño también recostarme en tu pecho e incluso contar tus lunares y perderme en la cuenta.  Espero verte pronto, eres luz en mi oscuridad y mi debilidad más hermosa. Extráñame tanto como puedas, me encanta la idea de estar en tu cabeza y no salir jamás, me emociona el pensar que quieres tenerme cerquita para cantarme al oído y decirme que soy tuya y de nadie más. Pronto nos veremos y te abrazaré por un intervalo de tiempo infinito, por el momento suéñame, anhélame y ámame como nadie más podrá hacerlo, porque yo estaré haciendo lo mismo. Contaré los segundos, los minutos y las horas para volver a verte y decirte que te amo. Escríbeme muchas canciones para que me las cantes mientras hago el desayuno con tu camisa puesta. Pd: Eres la casualidad más bonita de mi vida. 
Con amor, Isabelle."

Sólo me eché a llorar, no podía contener más las lágrimas, la necesito aquí conmigo y quiero decirle cuánto la amo. No puedo creer que actué como un idiota cuando la tenía cerca, estaba tan vacío por dentro que destruí todo lo hermoso que pudimos haber sido. Tenía tanto miedo de que me volvieran a lastimar, que alejé a la única mujer que he amado con cada latido de mi corazón. Qué imbécil fui, ¿cómo pude pensar que Isabelle podría hacerme lo mismo que Leslie? Todo fue mi maldita culpa y jamás me perdonaré por haber herido tanto a mi bella Isabelle. 

(Timbre de la puerta)
- (Limpiando mis lágrimas) ¿Quién es?

Soy yo hermanito. Traje algo de comida. Supuse que estabas mal porque Miguel me dijo que el ensayo no resultó como esperaban.
- (Abriendo la puerta) Hola Manuela. Si, bien te dijo él, fue todo un fracaso.
- ¿Estabas llorando Juan Luis? ¿Qué te está pasando? (Dijo preocupada)
- Me pesa el pasado, me duele como actué y agh.
- ¡Basta! Ese no es el Juan Luis que yo conozco. Sé que la extrañas y mucho, pero ¿no crees que ella amaría que brillaras en cada ensayo? Debes lucirte no solo para volverla a conquistar sino también porque se te abrirán miles de puertas más en la industria musical. Deja de actuar como el fuerte, que no necesitas ayuda ni apoyo. Aquí estoy yo y de ahora en adelante te acompañaré a cada ensayo hasta que llegue el día esperado. (Me besó la frente) Aún te falta tanto por crecer hermanito.

Esa noche me sentí seguro y protegido en los brazos de mi hermana; se sintió como cuando era tan solo un niño que le temía a la oscuridad, ella me protegió como de costumbre y le agradezco a la vida porque ella exista. Esa noche dormí con ganas de seguir, de brillar y de conquistar nuevos caminos. Después de todo, junto a mi hermana, la vida no pesaba tanto. 

NARRA ISABELLE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

NARRA ISABELLE

(Sonido de llamada)
- ¿Qué necesitas? (Le contesté fríamente)
- Auch, antes me decías "Hola hombre perfecto, divino, sabroso" (riendo)
- Jamás te he saludado así Juan. (dije soltando una risa un poco nerviosa)
- Lo sé, pero sería fascinante. Hazlo mañana, ¿okey? Quiero saber qué se siente que me lo digan.
- Te lo dicen todas tus conquistas. 
- Pero quiero saber qué se siente que alguien tan difícil y única como tú me lo diga (Hace sonido de un beso y ríe) ¿Sigues molesta?
- Quizás un poco. 
- ¿Puedo saber la razón de tanto enojo?
- Eres un hombre tan complicado Juan Luis... (Suspiré) Pero actúe un poco exagerada y...
- Exagerada o celosa. (Dijo Juan interrumpiéndome)

- ¿Por qué estaría celosa? Puf, ya quisieras tu. (Respondí muy seria)
- Pues yo si estaba muy celoso cuando te vi bailar con aquel tipo en esa fiesta. (Suspira) ¿Es malo sentir celos?
- No creo mucho en tus celos...
- Deberías, soy muy celoso con lo que me importa. 
- ¿Y yo te importo? (Pregunté con un poco de intriga, queriendo saber qué pensaba o quizás qué sentía por mi)
- Más de lo que crees. ¿Y yo... te importo? (Preguntaba sólo para seguirme el juego)
- Quizás un poco. (Reí) Me debes importar algo, eres mi... amigo, ¿no?
- ¿Te crees esa palabra? (Reía como si quisiera jugar con mi mente)

- ¿A qué te refieres? (Un poco nerviosa)
- Amigo el ratón del queso... y adivina, ¿qué hace ese ratón con aquel queso?
- Deja de bromear, estás loco. (Con cada frase que decía me ponía aún más nerviosa)

- No bromeo Isabelle. ¿Te gustan las personas que son directas?
- Me gusta aquello que altere mi alma y mis nervios. (Le contesté un tanto coqueta)
- Justo como yo te altero, ¿o estoy mintiendo? (Dijo después de morder sus labios lentamente)
- Quizás lo haces un poco... 
- ¿Te llevarás mañana ese vestido rosa que vi en tu habitación aquella tarde? (Termino su frase con un suspiro) Quiero saber si te ves tan hermosa como lo imagino...
- Y si lo hago, ¿qué? (Dije retándolo)
- No me hago responsable de mis actos. (Ríe)
- No te responsabilices nunca... conmigo no.
- ¿No te da miedo jugar con fuego? ¿No temes quemarte?
- Me da curiosidad arder contigo... (Suspiré, y después de pensar en la respuesta que le había dado, exclamé) Debo colgar, adiós. 
- Isabelle...

(Me quedé en silencio, muy nerviosa y avergonzada por lo que había dicho)
- Me encantas. (Colgó)

Cielo a un DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora