CAP. 2: ¡Quiero desaparecer!

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NARRA ISABELLE

- Amiga, ¿qué pasa? ¿Que tanto ves en el celular? (Sofía me preguntaba un poco inquietante) ¿Qué sucedió en el aula?
- (Guardé el celular con rapidez) Nada, nada importante. Mejor, ¿te parece si vamos a comer algo?
- Eres demasiado extraña, ¿sabías? ... Eso me agrada. (Sonriendo tiernamente)

Era muy extraño, pero de camino a la cafetería no me podía sacar esa mirada dominante y seductora a la vez. Pero no quise darle más importancia a ello y decidí conocer mucho mejor a quién hoy en día es mi mejor amiga. Sofía es una mujer demasiado hermosa, y lo repito, porque es completamente cierto. Su cabello rojizo y ondulado combinan a la perfección con sus bellos ojos grises. Recuerdo que más de un chico estaba loco por ella. ¿Y cómo no? Inteligente, apasionada, guapa, talentosa y deportista; un combo irresistible. Al igual que yo, ella tiene una hermana que ahora está terminando sus estudios, y también tiene una familia maravillosa con la cual tengo el privilegio de llevarme bien. Hoy en día aunque ninguna de las dos estamos comprometidas con nadie, somos muy felices viajando y conociendo maravillosos lugares.
Ahora bien, aquel día en la cafetería sirvió para darnos cuenta que teníamos muchas cosas en común y parecía que nos conociéramos desde una vida pasada.

Ese día al llegar a casa, estaba ansiosa por contarles a mi familia todo lo que había pasado en mi primer día de clases. A pesar que tenía muchos trabajos, estaba entusiasmada por volver. Mis padres se alegraron, ellos hacían un gran esfuerzo por pagarme mi carrera y yo quería darlo todo. Esa noche, al acostarme, revisé mi celular y tenía ansias de aceptar aquella solicitud pero no lo hice, según yo, si la ignoraba, no le daba la importancia que él quería tener en mi vida. Al otro día, todo fue un poco más loco y vergonzoso. En las horas de la mañana, no vi a Juan, y eso me tranquilizó porque no estaría en el mismo aula que yo cada día de la semana. Sin embargo, el resto de la mañana lo olvidé y no apareció por mi mente. A la hora del almuerzo, fui con Sofía a un restaurante cercano de la u y en un instante de risas llegaron unas chicas demasiado lindas. Ellas estaban entregando volantes de "inscripciones para porristas". ¿Porrista yo? Ni en sueño.

- Hola chicas, mi nombre es Christina Miller y ella es Karla Brown, las invito a audicionar para unirse al grupo de porristas y apoyar al equipo de fútbol de la u. (Sonreia mientras peinaba su cabello)
- Gracias, pero, sinceramente, dudo que nosotras querramos hacer parte de ese grupo. (Sofía me miró mientras sonreía)
- Bueno, igual vengan al aula deportiva, ¡hay muchas actividades que quizás les puedan gustar! (Sonríe Karla mientras nos motivaba)
- Isabelle, ¡podemos inscribirnos a practicas de baloncesto!
- (Atemorizada) No lo sé amiga, no creo que sea muy buena en ello.
- Vamos, ¡será divertido! (Intervino Christina) Además pueden ver el partido de fútbol. Es demasiado emocionante, y más porque ahí juega mi novio. (Hablando en tono coqueto)
- (Karla voltea la mirada y hace gesto de disgusto) El caso es que las esperamos, no nos fallen.

Cuando esas chicas se iban alejando sentía un peso liberado en mi pecho. Esas propuestas eran horrorosas para mi. Jamás he tenido una buena relación con el deporte. Estaba calmandome cuando de repente Sofía enloqueció.

- ¡Esperen chicas! Vamos con ustedes, de paso, aprovechamos y conocemos un poco más la universidad. (Me dirige la mirada y hace ojos de ternura) ¿Si?
- Que idea tan fenomenal. (Sonreí con temor)

De camino al aula de deportes, Karla y Christina lucían ser las mejores amigas de la historia. Se elogiaron la una a la otra cada segundo y se reían del resto de personas de la universidad. Ellas eran ese tipo de chicas que creen que por bellas tienen el mundo en sus manos y se pueden robar todo lo que deseen.

- Y... ¿ustedes de qué programa son? (Pregunta Christina con curiosidad)
- (Interviene Sofía) Somos de Marketing Digital, ¿y ustedes?
- Somos de psicología, pero también somos las líderes del equipo de porristas desde que llegamos a la universidad. (Comentaba Karla) Vamos en tercer semestre. Se nota que ustedes son nuevas, pero no se preocupen, no actúen tan novatas y nadie más lo notará. (Mira a Christina y ambas ríen con todo burlesco)
- (Hice un gesto de disgusto y le susurra a Sofía) Me parece que solo saben escupir veneno.

Confieso que desde que las conocí, sentí muy mala vibra con ellas dos. Era como cargan una serpiente en tu cuello y que esta poco a poco te ahorcara. Lo único natural en ellas, era su "poderosa amistad" que elogiaban cada segundo.

- Bienvenidas a nuestro espacio de liderazgo (riendo) Bueno, uno de tantos. Acérquense y no interrumpan el entrenamiento de fútbol, no quiero que mi novio se lastime.
- Entonces, ¿a que se inscribirán? (Preguntó Karla) Sea lo que sea allí al fondo están los vestidores, para chicas y chicos.
- Supongo que baloncesto es buena idea. (Afirmé un poco tímida)
- Perdón por traerte a este caos. (Sofía me sonreía tiernamente)
- ¡Adivinen quién viene ahí! (Dijo Christina con cara de enamorada)

Juro que si me hubieran dicho en ese momento quién estaba acercándose, hubiera salido corriendo. Justo yo estaba de espaldas y solo veía la cara de mi amiga con risa nerviosa al traerme a un lugar en el cual yo no encajaba ni un poco. Hasta que... ¡Carajo! Esa voz...

- ¡Mi amor! (Christina emocionada)
- ¿Qué haces aquí? (Le aparta la cara del beso)
- Hoy son las audiciones para el grupo de porristas. (Se aleja de Juan un tanto incómoda)  Mira, te presento a dos chicas que conocimos hace un rato.
- Vaya, vaya, la chica mentirosa. (Juan reía sarcásticamente)
- (Christina un poco disgustada) ¿De quién hablas? ¿Qué dices?
- Amor, solo molesto, no te tomes las cosas tan enserio. (Le contestó Juan a su novia evitando un show)
- Hola Juan, ya nos habíamos visto en clase de Diseño. (Dijo Sofía mientras me codeaba disimuladamente) ¡Que bonita pareja hacen!
- Vamos un año y tres meses de relación y somos los más felices del mundo... (Christina emocionada y un tanto ilusionada)
- (Karla interrumpe a su amiga) Yo iré al vestidor, debemos iniciar con la audición.
- Me voy a cambiar, tengo clase de Producción. (Afirmó Juan)
- ¿Nos vemos más tarde mi amor?
- Yo te escribo... (Dirigiéndose a los vestidores)
- Nos vemos luego. (Nos hablaba Christina) Si algo vengan y audicionan, tienen un cuerpo lindo para lucir el uniforme, no tanto como el mío, pero bueno. (Reía y se alejaba lentamente)
- Ahora entiendo porque él no la besó. (Dije un tanto molesta)
- (Intimidandome) ¿Estas celosa?
- ¡Claro que no! (Caminé hacia los vestidores)
- Iré por unas botellas de agua antes de estar toda sudada. (Sofía se alejaba)

Entrar a esos vestidores fue una de las peores decisiones que pude haber tomado. Todo parecía estar solo, pero en uno de los baños había un pequeño ruido un poco vergonzoso para mi. Decidí entrar a un vestidor y ponerme el uniforme, pero ¡carajo! ¿No se supone que deberían ser cómodos para jugar? Ese short me quedaba muy ajustado. Entonces decidí quitármelo y rendirme, pero se me atoro en mis piernas. Recuerdo que estaba muriendo de estrés y llegó un mensaje de Sofía diciendo que estaba por entrar a los vestidores. En ese momento escuché unos tacones caminar con prisa y abrí la puerta de mi vestidor. ¡YO PENSÉ QUE ERA SOFÍA!

- (Juan saliendo de uno de los vestidores) ¡Wow! Eso es lo que yo llamo una mujer sensual. (Con mirada seductora)
- ¡¿Qué haces en los vestidores de las chicas!? (Le contesté muy molesta)
- ¿Enserio te importa más eso? Pensé que te importaría más que estuvieras en brasier. (Ríe de manera coqueta) Ayer me estrellaste, hoy te veo en bra, ¿qué será de mañana? ¡Estoy emocionado! (Sale de los vestidores)

Efectivamente, me había concentrado tanto en quitarme ese short tan ajustado que no me había percatado que ¡estaba en brasier! En ese momento solo pensaba ¡Quiero desaparecer! Todo estaba mal y se puso peor cuando noté una pulsera morada que estaba en el piso del vestidor del cual había salido Juan. Esa pulsera era de ... ¡No podía ser cierto!, ¡ERA DE KARLA!

Cielo a un DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora