521 = Estoy dispuesto

2.2K 323 41
                                    

Primero, pelear en su territorio; segundo, vender en su territorio; tercero, entrar a uno de sus almacenes. Aún así, luego de un mes entero de comportamiento revoltoso, su "master" no lo citó- Antes, incluso el sólo rumor de intrusos en su terreno hacía que XiChen le contactara, sin embargo, ahora ni siquiera robar sus putos productos le hacía llamar. Jiang Cheng estaba impacientándose. No se sentía como capaz de tomar el primer paso y no sabía cómo retractarse de sus palabras y acciones pero iba a descubrir cómo.

De alguna forma, terminó conduciendo al mismo edificio azul claro del que había salido hacía casi dos meses. Inspirando profundamente, caminó directo a las puertas tocándolas con un poco más de fuerza de la necesaria. -Diganle a Lan Huan que he venido. -El guardia pareció sorprendido de cuan despreocupadamente Jiang Cheng estaba diciendo el nombre de nacimiento de su jefe.

En lo que esperaba para subir revisó la fecha en su teléfono. Era el 21 de Mayo. Recordando el número de kadian apretó sus labios con un ligero resentimientos, irónicamente, podía recordar que el día anterior, 5 20, se suponía que era el día de los enamorados. A-Cheng usualmente pretendía que no le importaban esa cosas, pero ahora sí le importaban. Lo que tenía planeado decirle murió a medio camino en el elevador.

Cuando estuvo enfrentado con esa puerta, perdió toda la inercia que había ganado. Sin embargo, sólo tomó un pequeño vistazo a todas las cosas que había hecho en el último mes y cuánto se había esforzado para ignorarlo para que Jiang Cheng se enfureciera. Tres fuertes toques en la puerta y le permitieron entrar. -Buenas noches, -caminó dentro. -Ha sido bastante.

-En efecto. -Su sonrisa no estaba dirigida a él sino a los papeles que estaba leyendo. En todos los años que se habían conocido, nunca había hecho una cosa tan irrespetuosa. Se sentó en frente de él haciendo un estruendo.

-¿Vas a reconocerme?

-¿Reconocerte?¿En qué forma? -Sus ojos se oscurecieron incluso si se negaba a hacer contacto visual.

-Yo fui quien robó tu almacén hace dos días.

Si cualquiera hubiera tenido los huevos de decir tales cosas, esa persona hubiera comido plomo. Wanyin sabía bien que él llevaba un arma encima.-¿Discúlpame?

-¿Quieres tus cosas de vuelta? Págame. -La sonrisa en su rostro cayó y helados ojos dorados le miraron fijamente.

-Me robas, ¿y tienes la osadía de venir a ofrecerme mis cosas de vuelta? ¿Después de vender tu mercadería en mi territorio?¿Estás tan desesperado por romper la paz en la ciudad o estás tan dispuesto a morir?

A-Cheng sonrió. Incluso si se sentía ofuscado por una mirada de tan intenso odio, era mejor que la indiferencia. -Estoy dispuesto, pero no a morir. De nuevo, ¿te gustaría que te las venda de vuelta?

-¿Y qué me estás pidiendo por ellas? -Sonrió de forma siniestra.

-Algo fácil de conseguir. -A-Cheng pretendió estar despreocupado, pero estaba arriesgándolo todo. -A ti.

Usualmente calmado y recatado, la expresión de XiChen estaba asombrada. -¿Qué es esto? -Él preguntó escondiendo su cara detrás de su mano. Wanyin no estaba seguro de si lo había enrabiado o lo había cautivado. En sus orejas, encontró la respuesta. Lóbulos enrojecidos de pura vergüenza. Jiang Cheng sintió que su latido se acrecentaba como no lo había hecho hacía rato.

-Estoy dispuesto a poseerte, Lan Huan. -Le susurró, extendiendo su mano para agarrar la suya. -¿Serás capaz de confiarme con eso? Yo ya soy tuyo.

-¿Recuerdas lo que dije sobre venir rogándome? -Llenos con un brillo que los hacía un color exquisito color caramelo, dos irises le miraron con fijeza detrás de su mano.

Estoy dispuesto a poseerte | XichengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora