VII

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Las semanas siguientes después de la llagada de los Fénix de loto con un nuevo discípulo fueron tranquilas.

Pará sorpresa de todos, Wei Wuxian empezó con una rutina. La cual empezaba las siente de la mañana donde después de asearse y desayunar, meditaba hasta el mediodía para después ir al campo de entrenamiento donde Wei Siuqiu y Jiang Yanli entrenaban a los discípulos principiantes mientras que Yu Ziyuan y Jiang Cheng a los de mayor rango.

Llegada la tarde y después de terminar su comida. Ambos hermanos Wei entrenaban particularmente a Meng Yao y Xue Yang, no fue sorpresa para Wei Wuxian que ambos terminarán llevándose perfectamente.

El joven Meng Yao estaba al tanto de lo que venía por Wei Wuxian, razón por la cual pidió clases extras pues al no tener un núcleo fuerte se decidió que el estuviera meramente en las estrategias de batalla. Aún así, quería poder defender a sus allegados y con una cálida sensación en el pecho, Wei Wuxian aceptó.

Mientras tanto, el infante Xue Yang no era consciente de lo que pasaría, por lo que sus entrenamientos lo tomaba con fastidiado. Aunque el no diría ni admitirá que estaba más que contento de tener un hogar, una cama y algo caliente de comer día con día y muchísimo menos admitirá que en Wei Siuqiu vio y encontró lo que nunca pensó que tendría: Amor paternal.

–A-Yang.– Llamó Wei Zhen una vez el entrenamiento terminó.

–Ma-madam Wei.– Saludo con su respectiva reverencia.

–¿Cuántas veces debo decirte que no es necesario tanta formalidad?– Cuestionó despeinado su media cola de cabello.

–Siuqiu.– Corrigió, la aludida hizo una mueca y suspiro en señal de derrota.

Al otro lado del campo. Wei Wuxian y Meng Yao veían enternecidos la imagen. –Vamos A-Yao, tengo algo de que hablar contigo.– Hizo un ademán encaminándose hacia el salón principal. Dejando así a su hermana y A-Yang.

Sin saber cómo expresarse Wei Siuqiu tomó asiento a un lado de Xue Yang, sacando de su manga una pequeña bolsita con caramelos.– Tengo un regalo para ti.– Dijo mientras llevaba un caramelo a su boca.

–¿Los caramelos?– Preguntó metiendo cinco a su boca.

Wei Siuqiu bufo. –¿Solo piensas en caramelos?– Preguntó haciendo una dramática expresión de dolor.– Pero no, no son caramelos.– Habló tomando otro caramelo.

Xue Yang dejó de comer para ver el perfil de la mayor. –¿Entonces…? –Preguntó cauteloso.

–No te lo di antes porque necesitaba unos ajustes.– Informó hincándose frente al menor.– Pará qué funcione sólo necesitas dejar fluir energía espiritual.– Explicaba mientras sacaba de su manga una prótesis para su dedo.– Con el tiempo lo harás inconscientemente, algo tan natural como respirar.– Terminó de decir una vez amarró el guante que sostenía la prótesis.–¿Cómo lo sientes? ¿Te lastima?– Preguntó al notar que el menor no decía nada.

–¿Por qué…?– Preguntó con voz temblorosa.

III vidas. [MDZS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora