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Wei Ying siempre se ha caracterizado por su mala memoria...

Por lo tanto, el recuerdo de su madre contando su cuento favorito para arrullar al pequeño Wei Ying en su primera vida, era muy borrosa.
Flashasos de él en las piernas de Cangse Sanren, acariciando con devoción las hebras de su pelo y Wei Changze alimentando a su fiel compañero, un burro.

«–A-Niang, cuéntamelo otra vez.– Pidió, curzandose de brazos con un puchero en labios.

Cangse Sanren sonrió ante la imagen tan tierna que su hijo le daba.– Bien, pero después a dormir ¿De acuerdo?– Preguntó pellizcando el puente de su pequeña nariz roja.

Este asintió y la mayor aclaro su garganta para iniciar el relato.

–Eran la perfecta sincronía de dos facetas. Una humana y la otra animal,  se dividían principalmente en tres niveles. Los fuertes Alfas, el pilar de la familia, valientes, rudos pero sobre todo protectores con sus allegados y de extrema belleza dominante, no existía quien los vencieran... Después les seguían los tranquilos Betas, gente como tú y como yo, con su cualidades y defectos, neutros,  siempre buscando la estabilidad, ayudando a quien necesitará de su ayuda; no importaba tu rango, tu nacimiento, ellos eran los mediadores entre los Alfas y Omegas. Y por último pero menos importantes estaban los leales Omegas, rebosantes de belleza y exquicites, preciosos por donde los miraras, extremadamente inteligentes pero explosivos, fieles sin importar la circunstancia y una vez que tenían pareja eran territoriales, protectores, no habría nadie mejor que un Omega para saber que daría todo por ti.– Miró hacia el cielo con melancolía. – Se decía que el amor que nacía de un Alfa y un Omega, era único a su manera, su animal estaba vinculado al otro, su olor, sus pensamientos y una vez juntos ya no habría nada que los separara... Lamentablemente, después de que los Betas evolucionaran teniendo la posibilidad de concebir, el número de Alfas y Omegas se fue reduciendo hasta que un día desaparecieron. Se dice que nosotros somos el resultado de aquella evolución y que muy, muy dentro de nosotros, aquí. –El índice de Cangse Sanren apuntó hacía corazón del pequeño. – Todavía está nuestro animal interno, dormido, esperando el momento adecuado para salir y acompañarte por el resto de tu vida.– Finalizando el relato de la leyenda que su madre le contaba, mordió con suavidad las mejillas regordetas de su hijo, provocando una carcajada aguda del menor.

–¿Tú de verdad crees que hay un animal en nuestro pecho?– Cuestino alegremente somnoliento.

Con la mano en su barbilla fingiendo pensar, susurro al odio como si un secreto se tratase. – Mi mamá decía que mi abuela, era una hermosa Omega. – Dicho esto, se separó guiñando el ojo.

Los pequeños ojos gricaseos de Wei Ying brillaban de ilusión, acariciando con la palma de mano donde se encontraba su corazón 'despierta' decía una y otra vez, hasta que el sueño se apoderaba de él.»

Así que aquí estaba él. Pellizcandose el antebrazo, maldiciendo su mala memoria, sólo con el vago recuerdo de las palabras de su madre y viendo a la que se suponía que era su hermana dormir en su hombro. Mordió el interior de su mejillas tratando de encontrar información en el fondo de su cabeza

Recuerda que después de ser acogido por tío Jiang, fue buscando en la biblioteca de Yunmeng Jiang información sobre la leyenda, pero nunca encontró nada. Y al llegar a Gusu Lan para estudiar, creyó tener la posibilidad de encontrar al respecto pero no fue así.

Wei Ying descartó la idea de que la leyenda fuera verdad y lo guardo como prueba de la gran imaginación de su madre y un bonito recuerdo.

Sin embargo. Años más tarde, después de haber muerto y tomar el cuerpo de Mo Xuanyu, buscando información que incriminara a Jin GuangYao sobre sus crímenes, encontró apenas un párrafo en la biblioteca prohibida de Gusu Lan, se prometió a sí mismo buscar más a fondo después y con el permiso claro está de Lan Xichen y Lan Wangji. Nuevamente su memoria jugó con él, puesto que olvidó hacerlo dejándolo ahora con un mal sabor de boca.

III vidas. [MDZS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora