22) El Beso Mágico [Saint Vals '21]

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*Este relato no participa del concurso porque voy a hacerlo con otro, pero tenía muchas ganas de usar este disparador y hacer algo cortito por los viejos tiempos.

*Este relato no participa del concurso porque voy a hacerlo con otro, pero tenía muchas ganas de usar este disparador y hacer algo cortito por los viejos tiempos

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¡Qué hermoso mi jardín! ¡Cómo ha florecido, no me canso de oler las exquisitas fragancias de mis rosas, las más perfectas y rojas de la temporada!

He traído todas las plantas florales que encontré en el mercado para tener más variedad y no me decepcionaron, todas son maravillosas y llenan mi jardín de color. Todas menos una. Hay una que no sé decir qué es, no es lo que me vendieron y no la encuentro en mis libros de botánica.

Me descargué una nueva aplicación para que me diga de qué especie de trata, pero las fotos salen mal y la app no la reconoce. Arrancaré una hoja para tomar otra foto con un fondo que contraste. La hoja es un poco áspera, ¿dónde puse los guantes? ¿Dónde pu...?

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—Hola. ¿Funcionó? ¿Estás despierta?

Escucho una voz gruesa en eco. ¿Qué está pasando?

Abro los ojos y estoy recostada sobre el suelo. No recuerdo qué sucedió. Un sapo salta desde mi cara hacia mi pecho y me habla. ¿Desde mi cara? ¡ME HABLA!

—¿Cómo te sientes, bebé? Por cierto, de nada por salvarte la vida.

No sé si estoy soñando, asqueada o sorprendida.

—Perdón, ¿qué?

—Eso, que acabo de salvarte la vida, —¡ME DICE EL SAPO! —. Yo estaba en mi escondite debajo de los malvones, pasándola bien,  hasta que vi que jugueteabas con la más venenosa de las hiedras mágicas. Y me dije: no voy a intervenir, ella es una experta, sabe de plantas, mira el paraíso que construyó, no va a ser tan tonta para tocarla. Y ¡zas! que vas y la tocas y te desplomas.  —Se agarra la frente con una de sus ¿patas? y gira desaprobando—. Y bueno, como soy un héroe, me acerqué a toda prisa y te besé... en... la... boca. —Le añade un dramatismo a su relato que me desespera.—. Naturalmente, despertaste y aquí estamos hablando.

Trato de levantarme, pero estoy mareada y me quedo sentada. El sapo se baja de mi pecho a una de mis piernas.

Me digo a mí misma que estoy alucinando, quizás la extraña planta tenía otro tipo de veneno.

—Pero, ¿cómo es posible que me despertaras?

¡¿Por qué carajos le sigo hablando?!

—Este... Lo que pasa es que... —Duda antes de continuar.—. En realidad soy un príncipe encantado que quedó atrapado en el cuerpo de un sapo. Sí, ya sé cómo suena. Una bruja me engañó, pero parte de su magia vive en mí y... es una larga historia.

El sapo me mira con ojos de cachorrito. ¿Serán verdad los cuentos de hadas y príncipes azules?

—Ahora hablemos de mi paga por haberte despertado —dice con aire galante—. Yo rasco tu espalda, tú rascas la mía...

—¿Qué? No entiendo. —Sigo atontada.

—Yo te besé para salvarte, ahora tu deberías besarme para liberarme de mi hechizo.

Intento alejarme horrorizada, pero no puedo ni arrastrarme.

Supongo que lo justo sería devolverle el favor, pero me da mucho asco.

—¿Funcionará si no te amo? —le digo y no puedo creer que lo estoy considerando.

—Supongo que sí, yo tampoco te amo, pero quizás estemos predestinados... Ah, pero tiene que ser con lengua, eh.

Cierro los ojos y tiemblo, ¡qué desagradable idea!

—Ok, lo voy a hacer.

¡Mátenme, por favor!

Lo tomo entre mis manos y lo acerco a mi rostro lentamente, lo más lento que puedo, incluso creo que por momentos retrocedo o tal vez el tiempo se detiene.

¡Más le vale convertirse en Channing Tatum, o mejor, porque esto es un sacrificio nauseabundo!

Lo beso. Con lengua. Él espera con la boca abierta. Asco. Asco. ¡Asco!

Lo alejo rápidamente y mi estómago se retuerce. Ahí vienen las arcadas.

¿Y el príncipe?

El sapo ríe a carcajadas sosteniendo su barriga con ambas manos.

—¡Ilusa! Los príncipes encantados solo existen en los cuentos. Y la hiedra no es venenosa, te bajó la presión por andar tanto tiempo debajo del sol —dice y se va saltando fuera del jardín.

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Relatos Perversos [ANTOLOGÍA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora