Capítulo 1

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Mi nombre es Annie Cresta, vivo en el Distrito 4 y estoy embarazada.

Ahora viene la siguiente oración

Primer mes

Cuando Annie estaba en distrito 13 (con Finnick con Finnick con Finnick) el psicólogo le había presentado una manera de liberar el estrés y aclarar la mente, tanto a ella como a Finnick. Les había regalado a ambos un pequeño libro, en donde debían escribir sobre cualquier situación que les estuviera causando angustia, así podrían expresarse sin la necesidad de hablar, lo cual era extremadamente complicado para Annie. Al principio solo lo utilizaba Finnick, y para colmo solo para dibujar garabatos en las últimas páginas, pero el sonido del lápiz contra la hoja relajaba la incansable mente de Annie así que la primera mitad del pequeño cuaderno estaba lleno de dibujos, poemas y un montón de trazados sin sentido alguno.

Lista para forzarse a comenzar con el día, Annie guardó su lápiz en una de las varias gavetas que se encontraban en su habitación y agarró el libro para esconderlo bajo su cama, ella sabía que sonaba cruel no dejar a Johanna verlo, pero esto se sentía como algo privado entre Finnick y ella. Vaciló por un momento y abrió la libreta, permitiéndose una mirada a uno de los poemas de Finnick; una parte de ella quería caer en la tentación y leerlo, pero no sabía cómo reaccionaría si lo hacía. Rápidamente lo empujó bajo a la cama, temerosa de que no pudiera resistirse y lo abriría de nuevo.

¿No sería más fácil si simplemente arrancaras esas páginas y ya?

Resonó la voz en su cabeza, sus palabras haciendo a Annie encogerse un poco en su piel.

¡No digas eso! Es una de las pocas cosas que nos quedan de Finnick, ¿de verdad querrías despojarte de ello así de fácil como si no valiera nada?

Cuando Finnick murió, quemaron la casa en la cual creció en el distrito 4. Todo lo quedaba de él. Objetos,recuerdos. Todos perdidos en el fuego.

¡Finnick está muerto! Y unas estúpidas hojas no lo cambiaran, Si queremos dejar de sufrir tenemos que deshacernos de el, ¡el nos causa dolor!

Annie recordaba perfectamente cuando recibió las noticias de que Finnick había muerto en la guerra. Katniss se acercó a ella, con lágrimas en sus ojos, y eso extrañó a Annie al principio. A veces era difícil recordar que ella era humana, todo el mundo la trataba como un símbolo en ves de una persona. Pero Katniss no conseguía decir nada,abría su boca pero las palabras se quedaban atragantadas en su garganta. Annie no entendía, no quería entender hasta que Peeta le entregó el tridente de Finnick en sus brazos. Y los dos se miraron, y Annie sabía que se había terminado todo. Las memorias de lo que ocurrieron después eran negras, imperceptibles.

¿¡Y crees que olvidándonos de él nos curaremos así como si nada!? ¡Si de verdad piensas eso entonces estás tan loca como Annie!

Era gracioso, como estás voces se referían a ella como si fuera un animal, trató de deshacerse de ambas una vez, pero cuando abrió los ojos vio a Mags, sus pequeños ojos pintados con preocupación. Quería pararse pero cuando se observó las manos las tenía las uñas embarradas de sangre. Se las estaba enterrando en su cuero cabelludo agresivamente, tratando se desenterrar algo. Esa fue la explicación que le dio a Finnick cuando este le preguntó porque Annie tenía una banda alrededor de su cabeza.

Finnick no estaba feliz ese día.

Y esa noche la abrazó y besó gentilmente, y revisó sus herida una vez más para estar seguro de que no eran graves. "Te amo Annie" le dijo.

"...Annie"

"Annie..."

"¡Annie!"

Abrió sus ojos, lentamente quitándose las manos de las orejas. Subió su vista temerosamente y se palideció cuando tuvo que confrontarse con la mirada juzgadora de Johanna.

Ahora todo lo que podemos hacer es vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora