Rosas.

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Y eres como las rosas, enamoras con tu belleza enigmática y elegancia que hipnotiza. Pero, dañas porque es tu naturaleza. Y eso te hace un espécimen adictivo, atrayente y excitante.

Te mueves a la par de el viento, que se lleva tu dulce y agradable aroma, que llega a mi embriagandome; haciéndome sentir perdido. Perdido, en una galaxia de emociones y sensaciones dulces, una galaxia de pensamientos pecaminosos, una galaxia que me atrapa hasta hacerme parte de ella.

Te siento a mi lado, aunque lejos de mi estés. Porque cada que pienso en ti, en tu olor, en tu esencia, en tu dulce voz y tus ojos cálidos, mi mente se vuelve una tormenta de pensamientos, mi corazón late desbocado en mi pecho y mi respiración se torna un caos.

Porque tú, mi dulce rosa. Eres mi adicción y mi perdición.

Andreix.

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