Todas la noches me pregunto que hubiera pasado con nosotros si estuviéramos juntos todavía.
Y ahí me doy cuenta de que, si ya no hemos hablado, es porque nuestro tiempo acabó. Sí, extraño las miradas cruzadas accidentalmente, las muchas oportunidades que hubo para besarnos y que yo no dejé que pasara, las noches sentados uno al lado de el otro, tu hablando de tus sueños y yo contemplandote en silencio, viéndote como mi salvación, como mi luz en mi oscuridad, la veces que escuchaste mis penas y secaste mis lágrimas, los abrazos apretados y los besos tronados en la mejilla. Extraño enredar mis dedos en el desastre que tienes como cabello, extraño tus manos entre las mías mientras me mirabas como si no existiera nada más hermoso en el mundo, que no fuera yo.
A pesar de todo lo que extraño de nosotros, no extraño nada de ti.
Un día creí que si me faltabas, me iba a venir abajo. No iba a poder con nada, ni conmigo misma. Pero en la oscuridad de mi habitación, con un cigarrillo en una mano y una copa de vino en la otra, veo a la luna brillar con elegancia y belleza; y veo algo. Ella está sola, no necesita de compañia para poder ser ella es su máximo esplendor.
Todo cobra sentido en ese momento, tantas noches viéndola brillar sola y perfecta, y es en ese justo momento que sé, que también puedo ser como la luna.
Lo que me hacía bien, pero era malo, terminó. Se fue, y se llevó una parte de mí, que hoy en día no extraño. Ya no dependo de ti, hoy, en esta noche de soledad te suelto.
Y después de mucho tiempo, se que todo, por fin.
Está bien.
Andreix.
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FRAGMENTOS
RandomPequeños escritos, que salen de una pequeña inspiración. Nada profesional, pero hechos con los fragmentos de mi mente y corazón. Creciendo un poquito más y enriqueciendo mi conocimiento.