El hombre, entre sus muchos registros, es imaginación, ofuscación de palabras, aventura y léxico. El hombre verbaliza el mundo sobre signos sobre piedra, en la luz de los papiros, en la tinta seca de las hojas. Necesita el inventario de sí mismo, de las esquirlas de su imaginación y por eso invento el libro. Pero todo libro para existir demanda, exige, pide un lector. Alguien que procure el simple y poderoso ritual de abrirlo y dejarse ir en él. Alguien que se convierta en silencio y página.
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Poemas del corazón
PoésieDe vez en cuando un corazón se inspira y de su interior aparece la manifestación artística más bella y precisa de todas, la escritura. He sacado estos poemas desde el fondo de mi corazón, que aunque más que poemas, son simplemente momentos de conver...