La gente lee muchas historias sobre brujas, hadas, cosas paranormales, niños poseídos por espíritus malignos.
Ven películas con rituales en las que se hacen pentagramas, espadas e invocaciones.
Vale, hay que dejar que la imaginación fluya, vivir esas etapas y el que pasa por ellas, sin dejarse engañar, acaba entrando en contracto con la Tradición.
La verdadera Tradición es eso: el maestro jamás le dice a su discípulo lo que debe hacer. Sólo son compañeros de viaje, que comparten la misma y difícil sensación de "extrañeza" ante las percepciones que cambian sin parar, los horizontes que se abren, las puertas que se cierran, los ríos que a veces parecen entorpecer el camino, pero que en realidad no deben ser atravesados, sino recorridos.
La diferencia entre el maestro y el discípulo es sólo una: el primero tiene un poco menos de miedo que el segundo. Entonces, cuando se sientan alrededor de una mesa o de una hoguera para charlar, el más experimentado sugiere: "¿Por qué no haces eso?" Nunca dice:"Ve por ahí y llegarás a donde yo he llegado", ya que cada camino es único, y cada destino es personal.
El verdadero maestro provoca en el discípulo la valentía para desequilibrar su mundo, aunque también recele de las cosas que ha encontrado, y recele todavía más de lo que le reserva la siguiente curva.
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Poemas del corazón
PoesíaDe vez en cuando un corazón se inspira y de su interior aparece la manifestación artística más bella y precisa de todas, la escritura. He sacado estos poemas desde el fondo de mi corazón, que aunque más que poemas, son simplemente momentos de conver...