Tom colgó el teléfono. Hablar con _____ lo había calmado un poco, el escuchar su voz siempre lo tranquilizaba. Se giró y el guardia lo guio hasta la habitación donde se encontraría su padre.
- Ya puede entrar a ver a su amigo, señor Max. Tiene media hora para hablar con él.- dijo y abrió la puerta.
Tom asintió y entró. Había conseguido una identificación falsa gracias a Peter con el nombre de Max diciendo que era un amigo de la familia de Jeremy. Afortunadamente, ninguna persona lo había descubierto y logró entrar sin problemas. Jeremy estaba sentado en el centro de la habitación, con los brazos apoyados en la mesa y la cabeza agachada. Solo entonces cuando escuchó la puerta cerrarse Jeremy alzó la mirada. La expresión de su rostro se transformó en una de sorpresa cuando lo vio.
- ¿Hijo?
- Hola papá.- dijo Tom, mientras corría la silla y se sentaba al frente de él.- ¿Cómo has estado?
- Bien, supongo.- dijo, frunciendo el ceño.- cuando me dijeron que un tal Max vendría a visitarme, no me lo creí. Debí suponer que eras tú. ¿Cuántos años han pasado desde que no te veo? ¿Cuatro, cinco?
- Seis.- le corrigió.- dejé de verte cuando cumplí diecinueve.
- Bueno.- susurró y se recargó en la silla.- sabes que todos te están buscando en este momento, ¿Verdad? ¿Qué le hiciste a esa pobre chica?
- Yo no le hice nada.- gruñó.- ella está bien conmigo.
- Debes entregarla.
Tom lo miró enfadado.
- No lo haré. Luché mucho por tenerla. _____ me pertenece.
- _____....- repitió.- recuerdo que una vez la vi. Pero si ella tiene apenas quince años...
- Ella creció, papá. Tiene veintitrés años ahora.
- Oh....- suspiró.- recuerdo que cuando me visitó, ella hablaba mucho de ti. Es una buena chica, me agrada. Pero debes entregarla a la policía, por favor.- sus ojos le imploraron que le hiciera caso, con un destello de padre protector, que Tom no veía desde hace tiempo.- no quiero que tengas problemas después y te pudras en la cárcel. Por Dios Tom, tan solo mírame. Cometí errores y ahora estoy pagando por ellos. Cuando _____ me visitó, es cierto que le pedí que te hiciera creer que estaba muerto. Pero lo ice para protegerte. No quería que terminaras como yo.
- Eso ya pasó.- dijo él, clavando su mirada en la suya, perfectamente iguales. Los rasgos en el rostro de Jeremy eran duras, definidas, mientras que en las de Tom eran más suaves, y en el cabello de Jeremy ya estaban apareciendo las primeras canas. Pero había algo en ellos dos que nadie se los quitaba. Su sonrisa.- si por algo vine aquí, fue para arreglar las cosas entre nosotros dos. Pero no me digas que entregue a _____, porque no lo haré.
Para la sorpresa de Tom, Jeremy sonrió. Cuando lo miró, sus ojos demostraban admiración.
- La amas.
Era una afirmación y Tom lo sabía. En cuanto lo vio a los ojos, su mirada era tierna al pensar en _____.
- Si, papá. La amo muchísimo.
Era la primera vez que Tom no se avergonzaba al expresar sus sentimientos. Siempre se demostraba a sí mismo como un hombre duro, pero en parte _____ lo había ayudado a ablandarlo.
- Me alegra oír eso.- sonrió Jeremy.- me gusta que luches por lo que quieres. Pero por favor, ten mucho cuidado. No quiero verte el día de mañana por aquí en la cárcel.
- No te preocupes, sé lo que hago.
De repente, la puerta se abrió. El guardia entró.
- Lo lamento señor Max, pero ya se tiene que ir. El tiempo de visitas ya terminó- dijo, mientras se acercaba donde Jeremy.
Por costumbre, Jeremy alzó los brazos y dejó que el guardia lo esposara. Tom asintió y se volteó a ver a su padre antes de irse.
- ¿Vendrás a verme mañana?- preguntó Jeremy.
- Claro que si. Te lo prometo.
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Acosada (Tom felton y tu)
Teen Fiction«Te estaré vigilando...» _____ Pearce no puede olvidar las últimas palabras de Tom Felton, el hombre al que una vez consideró tímido y conservador, y ahora lo describe como impulsivo y agresivo. Hacia meses que recibe cartas y llamadas anónimas de a...