"— ¿Cuál será el tipo de mujer de Gojo-sense' Megumi?-" Preguntó Yuuji, quien tras la pelea con Todou había adoptado aquella nefasta pregunta como rompe hielos o quizá había despertado su necesidad de entendimiento. Los gustos eran una representación fiel de la psique de una persona, en la magia; un resumen inmediato de la fuerza de un hechicero.
Este intento de charla trajo a la mente de Fushiguro un recuerdo de cuando el y Satoru se conocieron, más bien cuando este comenzó a visitarlos con frecuencia o el y su hermana terminaban visitando la solitaria casa familiar del hechicero de grado especial. Innecesariamente, emperifollados con todos los atavíos tradicionales , los sirvientes y las normas a la altura del único descendiente de la casa Gojo, ellos como sus protegidos eran un grato entretenimiento para el único miembro del clan.
A sus ocho años, Megumi no se sentía atraído por nadie. Pero, las películas infantiles siempre tocaban puntos como el deseo de encontrar el amor y la felicidad de la mano de otro ser, un príncipe...¿una princesa?
No había tenido la confianza de decirle a su hermana pero las niñas, las mujeres, el género femenino en si; no le interesaban aunque tampoco los hombres. ¿era gay? o ¿esto lo hacía gay? Había escuchado por ahí que cuando un chico no se siente atraído por el género opuesto es homo aunque el menor de los hermanos Fushiguro simplemente era un lobo solitario. Su inocencia, evidencia de su corta edad, le había hecho asumir esto. ¿Por qué? todos tenían a alguien que les gustaba, pero su interés estaba totalmente enfocado en la magia y al desarrollo de las sombras.
A penas podía convocar a los perros de jade y los conejos, estaba demasiado bien con eso por ahora.
Era brillante en su técnica, pero por más que se esforzase, las modelos y las idols en tendencia no eran algo entretenido para el menor de los hermanos Fushiguro, así que enamorarse platónicamente quedaba descartado.Incluso su hermana, Tsumiki tenía a alguien, no se había atrevido a decirlo aún, pero esas charlas nocturnas sobre su Kohai no eran una casualidad o porqué el imbécil fuera de lo más interesante.
Se sentía celoso como hermano y como persona pero, honestamente no era un sentir propio aquello de "el amor" o la naciente curiosidad a cerca de esta cuestión.
Fue una tarde de primavera apunto de comer el pudín de postre en el hala este de la casa Gojou cuando se le ocurrió saciar sus dudas, bueno; si es que "ese" podría ser llamado adulto. Sentados frente a frente en un comedor pequeño del hala privada de Satoru donde usualmente los sirvientes no entraban por órdenes del hechicero.
Megumi le miró dubitable antes de abrir la boca sin saber que esperar;– Sensei...creo que soy homo –. Soltó aquello de manera innecesariamente tímida mientras
Satoru Gojou depositaba frente a el un pequeño recipiente de cristal con el postre.Las pestañas blancas de un joven Satoru se batieron intentando aclarar su mente en confusión ante lo que acababa de escuchar, dentro de casa no era necesario usar los lentes de sol por lo que era visible su incertidumbre y como,la interrogante estaba grabada en su rostro. Esto no duró mucho tiempo por que, el gesto y sus facciones tomaron una rigidez casi política, al parecer se había puesto serio.
— Que te guste un chico o que ames a un chico no te hace homo si solo es ese chico.- sentenció el mayor de una manera en la cual la atención de Megumi se centró en el, mirándole directamente como si supiera de que estaba hablando.
— Te gusta su persona y como es,no que sea un chico.- Satoru Gojo ni siquiera había tocado el pudín y se encontraba con la mirada clavada en el pequeño Fushiguro.
— ¿a ti te gusta alguien? -. Sentenció el menor de ambos quien de alguna forma se estaba tomando como ataque o regaño la actitud tan firme dada por su "tutor" a quien vio comenzar a enrojecer desde la punta de sus orejas hasta donde su cuello era visible.
Ahora Megumi era el confundido.
Ver a Satoru Gojo fuera de su actitud de payaso, era difícil de creer.— ¿A ti te gusta alguien?.- cuestionó sin titubeos el infante quien siempre había sido firme, haciendo a Gojo tragar grueso. Megumi estaba demasiado curioso y de alguna forma entre todos sus defectos Gojo Satoru no era un mentiroso. Un sin vergüenza ¡claro! Por eso sus reacciones usualmente eran lo primero en delatarlo.
— y ese alguien, es un chico.– Megumi jamás había estado tan interesado en el o tan preguntón que ya comenzaba a ser incomodo para Gojo quien estaba frío y avergonzado, sudando y rojo al mismo tiempo.
Sólo podía clavarse más en su silla, mejor dicho, sentía como si la gravedad lo estuviera enterrando en su asiento.
Sería fácil fingir demencia y dejarlo hablando solo porqué Megumi no era tan persistente, pero ya había abierto la boca.— S-supongo-. Fue lo que atinó a decir en un hilo de voz, no era una repuesta nada inteligente, pero tampoco era una afirmación.
El Niño Zen'in era inteligente, lo suficiente para poder leer a un idiota de la magnitud de su mentor.— ¿Entonces...ya te le confesaste a Suguru-san?.- esta sentencia hizo la cara ya roja de Gojo arder aún más, e inconscientemente tratar de cubrirse con las manos haciendo presión contra su rostro, dándole a un niño doce años más joven que el una visión tan vergonzosa de quien se supone es su respetable tutor.
A sus veinte años, nunca había sentido tanta vergüenza y agradecía fuera un espectáculo privado."— Altos, cabello negro y ojos sonrientes-."Fushiguro respondió a la pregunta de Itadori en sus pensamientos mientras su cuerpo se encogía de hombros por que sensei estaba enamorado pero no tenía un tipo de mujer.
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"Come back home & put that shame on me" (SatoSugu Week 2021)
FanfictionLa siguiente narración es completamente ficticia, ninguno de los personajes mencionados es de mi pertenencia en cambio; Jujutsu Kaisen y todos sus personajes son total y únicamente de la autoría de GEGE Akutami. Semana dedicada a la pareja SatoSug...