Dia 4: Soulmates/Sancion

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"¿Haz visto los colores alguna vez?"

"No puedes, hasta que no hayas tocado a tu alma gemela"
...
Si pasas por el parque Ueno al momento donde el sol no calienta más, previo de la hora dorada; encontrarás cerca de los columpios a un viejo ciego sentado a la sombra de un árbol.
Si le ofreces un dulce al venerable te contará la historia de su primer amor y la sanción de perderlo. 
...

Los relámpagos son purpura brillante, la luz de las velas naranja y tenue pero, el amor en si es incoloro.

Habían tenido el pensamiento que el amor tendría alguna tonalidad el día que se toparan con su alma gemela. Pero no, simplemente el mundo dejo de ser monocromo y fueron deslumbrados por la brillante paleta de color que tenia el todo que los rodeaba.

Eso si; el amor tenia sabor, aroma, cuerpo, sentimientos, emociones propias, mentalidad, sueños, nombre y apellido. Curiosamente, este descubrimiento fue en su primer año en la escuela metropolitana de magia técnica en Tokio.

Suguru Geto, clasificado como un hechicero de grado especial, con su rostro amable y su carácter noble termino envuelto en una pelea con su, en ese entonces igual, Satoru Gojo.
Ese mocoso molesto, quien a futuro se convertiría en el hechicero mas poderoso de su generación.

Se habían sentado juntos durante la primera lección en la rústica aula de clases y en cierto modo ambos intercambiaban miradas furtivas espiando la cara del otro, como si se hubieran visto antes.

Trataban de indagar en la incomodidad y la tensión entre ambos, sentimiento que se habia instalado cuando tomaron los asientos lado a lado.
No intercambiaron palabras los primeros días pero...terminaron discutiendo por una tontería al grado de acabar en una pelea física donde un puñetazo cruzado les entregó a ambos el espectro colorido que era el mundo, haciendo punzar sus pupilas por el primer flash de color. Cara a cara la vista era deslumbrante, la luz irradio en sus rostros ante lo nuevo que era el color, ignorando por milisegundos el dolor de un labio roto y una nariz sangrante a causa de haberse golpeado.
Inconscientemente, dedicaron una sonrisa al otro, con sus mejillas tintadas en rosa por la complicidad envuelta en el asunto. Atónitos, por haber encontrado de esa manera su destino.
Pero, sus orgullos infantiles eran mas grandes que su resiente descubrimiento. Donde la felicidad creciente en sus pechos fue disuelta por un jalón de cabello y una llave al cuello, cosa;  que duro hasta que Yaga Masamichi terminó el pleito de súbito.
Calmadas las aguas ambos protegían los ojos del otro, sentados lado a lado en la puerta de la enfermería esperando su turno, la mano derecha de Satoru estaba sobre los ojos cerrados de Suguru, que ardían por el cambio de percepción visual en ambos y la mano derecha de Geto obstruía el paso de la luz aun sobre las gafas oscuras sin tocar las micas.

De vez en cuando, abrían los ojos para espiar al otro y apartar la mirada al coincidir Con su tierno juego.

Ahora se reconocían como destinados, pero en su inmadurez no lo dirían en voz alta aunque ahora en calma y pensando mejor, se admiraban preciosos por sus distintivos físicos. Les parecía inaudito, porqué uno era un puto niño mimado y el otro un santurrón o al menos esta era su primera impresión hasta el momento aunque tras una misión juntos; las diferencias se desecharon tras descubrir su compatibilidad en batalla.
Las películas, las series, los libros, animaciones y grupos idol de moda los unieron aún más y no tardaron demasiado en ser amigos inseparables dentro de su reducido grupo escolar.

— Podríamos quedarnos así para siempre ¿No?-; — Tu sabes, todo eso de las almas gemelas es una estupidez y no tenemos que obligarnos-. Suguru estaba cómodo alrededor de Satoru y este tipo de charlas eran recurrentes entre ellos.

— ¿Me estás rechazando?-. Pero Satoru estaba convencido de su amor por Suguru al cabo de unos meses.

Su destino había logrado el alivió de su soledad.

— Yo nunca dije eso...pero...sabes esta mierda me rebasa.- Suguru dió una calada a su cigarrillo mientras sus ojos se perdían en el pantone del atardecer sobre la ciudad.

Lo quería, se querían.

Pero Geto no estaba seguro en "gustar" de Satoru. Como tal, no era su género, no era su físico, tampoco su mentalidad o su carácter.
Solo no estaba pensando en una relación entre ellos cuando se estaban divirtiendo tanto.
Ahora veían esa estupidez de colores, no era gran diferencia una vez que te acostumbras y claro que las cosas lucían más lindas, pero ellos seguían siendo los mismos.

— Solo estoy disfrutando, vayamos a nuestro ritmo... ya sabes, sin presión-. Pero a su lado un silencio sepulcral se plantó al igual que un beso en sus labios.
El humectante de labios de Gojo sabía a sandía y su lengua aún tenía el gusto al helado de matcha que se había terminado antes de subir a la azotea.

Nunca pensó que un beso le fuese a resolver tantas dudas y tantos conflictos mentales pero el amargo tabaco en su saliva fue sustituido por el dulce recaudo del té verde y la sandía.

Quizá siempre lo había sabido pero era más idiota de lo que pensaba o más obstinado para hacer frente a la realidad de las cosas.
Se separaron en un hilo de saliva y rojos hasta las orejas, deseando que ese momento nunca terminase, esto quedando grabado en ellos como una de las muchas primeras e importantes ocasiones juntos.

El sexo, la risa, el llanto, la molestia, la diversión.

Todo, era mutuo, grato y bien recibido.
Pero en un instante puedes perder aquello que más amas...

Tras el asesinato de Amanai Riko en su primera misión fallida tras una larga trayectoria de éxito como "los más fuertes" la mente de Suguru Geto y la Ambición por proteger a los débiles de Satoru Gojo los condenaron a un punto de quiebre; una inminente ruptura donde la maldad de los seres humanos fue el verdugo de ambos.

Corrompiendo y haciendo villano al más noble de los hechiceros; dejando con el corazón roto al más fuerte por su partida.

— Al menos... maldíceme un poco al final-.Aún con su último aliento, Geto amo a su único y verdadero.
Gojo quien se condenó a una vida en soledad al momento que para él todo se apagó tras la violenta muerte de su alma gemela.

...
" ¿Has visto los ojos del anciano del parque?"

"Es como si el cielo y el mar se unieran y bailaran en sus iris, sus pupilas son un vacío infinito, pero después de perder a su alma gemela, perdió la vista también"

" ya nunca podrás ver los colores cuando pierdes a tu otra mitad"

"Come back home & put that shame on me" (SatoSugu Week 2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora