Geto se sentía desfallecer, con sus manos húmedas tras haber caminado bajo la lluvia y temblorosas por los nervios, haciendo que el teléfono se deslizara mientras intentaba marcar el número que sabía de memoria para buscar claridad en un momento tan oscuro.
Hallar la salida a la carretera fue un suplicio para el maestro de maldiciones, más difícil aún por la tormenta y sus fuertes precipitaciones de viento mientras cargaba con dos pequeñas adormiladas en sus brazos, sumando a que los tres estaban empapados del cabello a la punta de los pies, la carga de su conciencia se reflejaba en su cuerpo agotado por la parafernalia de misión a la cual habia sido asignado. El agua cayendo a cantaros, en conjunto con el desconocimiento de la zona estaban jugando en contra de su orientación y un desesperante sentimiento de hastió se había instalado en su mente pero al final, encontró al lado de una parada de autobús la luz de una cabina telefónica publica donde podrían refugiarse.
Sabría dios si esta seguía en funcionamiento por lo descuidado que se veía aquel paradero cundido en ramas y suciedad añeja como clara marca del abandono humano, pero era el único punto iluminado en medio de la espesa tormenta de inicios de Septiembre de 2009.
— Satoru...¿recuerdas que fui a Gokayama?-.El hablar de Suguru, retumbaba al eco causado por las paredes de la cabina telefónica mientras la lluvia interminable caía sobre la rústica estructura de acrílico, afortunadamente el teléfono funcionaba y casualmente el cargaba el suficiente cambio para llamar.
Gokayama era un punto olvidado al interior del prominente bosque, dentro de la prefectura de Gifu. Donde las tradiciones y la ignorancia de la ruralidad lo habían arrastrado a un callejón sin salida, cometiendo un atroz e imperdonable crimen para salvar vidas inocentes.
Mientras, a seis horas en auto de aquel poblado atrapado en el tiempo; En la capital del país nipón, Gojo torció sus labios en contra de su smartphone al atender la llamada proveniente de un número desconocido, sin saber que decir, por la voz asustada de su único y verdadero.
¿Qué ocurría con ese repentino contacto? En cierto modo, un presentimiento le hacía sentir el corazón pesado mientras, sus dedos se aferraban con ansia a una caja de joyería color azul aturquesado relativamente pequeña con la cual jugaba a lo largo de la llamada.— ¿Ya estás en camino? ¿Porqué no hablamos cuando regreses?-. Gojo trato de fingir lo mejor que pudo el usual tono divertido en su voz, a pesar del mal agüero en torno a la situación.
Lo que obtuvo en respuesta fue un suspiro impaciente de Suguru, quien, trataba de no perder la compostura y esto le hizo mirar su camisa blanca bañada en sangre, las puntas de sus dedos y nudillos que incluso después de lavarlas el tinte rojo permanecía impregnado en sus manos aún que, el no había sido el perpetrador físico del genocidio de un pueblo.
— De verdad...en serio, te necesito ahora, necesito toda tu atención y... ¡maldición, solo, no se que diablos hacer ahora y te necesito! -. Incluso su voz se cortó ante la dificultad de su situacion, con sus pensamientos y dolor agolpándose, pero la llamada fue colgada al otro lado de la línea justo en su momento de duelo.
Los pitidos intermitentes del teléfono descolgado hicieron no solo un hueco en su cabeza, donde retumbaba el abandono de la comunicación. En su corazón, un vacío inmenso se hacía crecer con la idea de la soledad ante el problema en sus manos.
Este pesar, hizo a sus pequeños ojos, que permanecían bien abiertos enrojecer, con la amenaza latente de lagrimas que no tardarían en correr por sus mejillas; pero un golpeteo desesperado al exterior del cancel de acrílico que era la cabina lo hizo reaccionar.El tiempo pareció congelarse, cuando los ojos llorosos de Suguru se toparon con una cara conocida; ya que Satoru Gojo era quien estaba detrás de la contrapuerta translúcida golpeando sin cesar para tener su atención.
La lluvia no lo mojaba gracias al infinito, pero se veía tan asustado como el mismo Geto, en sus ojos azules, la incertidumbre generada por el miedo era lo único a lo que parecía atenerse, tanto que, cuando escucho a su único y verdadero quebrarse se había teletransportado al lugar dejándose guiar por la energía maldita de Suguru.
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"Come back home & put that shame on me" (SatoSugu Week 2021)
FanfictionLa siguiente narración es completamente ficticia, ninguno de los personajes mencionados es de mi pertenencia en cambio; Jujutsu Kaisen y todos sus personajes son total y únicamente de la autoría de GEGE Akutami. Semana dedicada a la pareja SatoSug...