C R Y B A B Y [8]

285 52 5
                                    

Lo vio entrar y su corazón latio, ese que no paraba de latir al ver al chico en sus pensamientos. Recordó lo que su madre le había respondido.

-Cuándo el corazón late al mirar a alguien, es por el nerviosismo y el afecto que le tienes a dicha persona. O sea, que te gusta-

Eso había dicho su madre y se negó a si mismo a creer esa tontería, él no creía en esas boberias. También su madre le había preguntado, quién era esa chica que hacia latir su corazón. No respondió, con sólo escuchar -chica- y al darse cuenta que estaba mal, también le pidió que le dijera la verdad sobre eso. Se negaba a creer que su corazón latia con fuerza porque se había enamorado de Seokjin. Eso era imposible.

-

Caminaba inquieto; su rostro se veía cansado, tenía unas ojeras oscuras debajo de los ojos y estos amenazaban con cerrarse cada seis segundos. Me acerqué pero al instante me arrepentí al ver a Daniel y sus amigos caminar hacia él.

-

Daniel llegó y con fuerza golpeó la mesa donde Seokjin se encontraba, provocandole sobresaltar en su silla espantado. Este lo miró con odio y tomó su cabello castaño en su mano, apretando y jalandolo hasta atrás.

—¡Hola bebé llorón! —Gritó en su oído. Seokjin cerró fuerte los ojos y tembló.

Seokjin se soltó levantandose de su asiento —Déjame... —Susurró aprentando los puños— Por favor...

Vaya, vaya... ¡Te vas a defender, tarado! —Sus manos empujaron de los hombros a Seokjin, moviendole de su lugar.

—Dejémoslo... —Susurró Jiho detrás de Daniel— La maestra puede llegar.

Daniel asintió y Seokjin por primera vez se sintió afortunado. Se volvió a sentar pensando en Junhui quien los había abandonado a él y a su madre. Recordó el como le gritó a su madre, diciendo que se fuera de su habitación. En la mañana no encontró a nadie y había ido a la escuela sin comer, sin haber dormido y sin saber de su madre.

El timbre sonó un par de horas después. Todos corrieron y Seokjin, como no había traído nada, se quedó sentado mirando sus manos. Daniel suspiró y avanzó a la salida del aula, no le había hecho daño y eso lo agradeció mucho Seokjin.

Namjoon espero a que se vaciara el salón para poder hablar con Seokjin. Se acercó ya con su lonche en mano. Seokjin levantó la vista para encontrarse con el moreno delante suya. Bajó la mirada ocultandose de él.

—Hola —Saludó recibiendo un asentimiento por parte de Seokjin— ¿No saldrás a comer? —Seokjin negó.

—No... No he traído nada —Susurró con un hilo de voz.

Namjoon vio sus ojos humedecer. Miro su emparedado en su mano y luego miró a Seokjin, quien mordía su labio, tratando de cubrirse con su capucha. Puso el lonche en la mesa compartida.

—¿Qué? —Preguntó el castaño levantando la mirada.

—Es para ti, come.

—N-No... es tu-tuyo —Pestañeo mirando el delicioso sándwich en la mesa. Tragó saliva.

—Seguro no has desayunado antes de venir, cómelo. Esta delicioso —Susurró.

Seokjin sonrió, una diminuta sonrisa se formó en su pequeña boca. Namjoon sintió su corazon latir con fuerza; esa sonrisa, esa que siempre había querido ver. La mano pálida de Seokjin tomó el emperedado, sacándolo de sus envoltorios, lo llevó a su boca, masticando gustoso. Su mano desocupada cayó en la mesa y Namjoon la tomó, entrelazando sus dedos juntos, poniéndose terriblemente nervioso.

Seokjin no se dio cuenta, estaba comiendo el delicioso emparedado hecho por "Tina". Namjoon lo miró una vez más y Seokjin lo miró devuelta mientras otra sonrisa salía de sus labios.

Namjoon entendió, que lo que sentía era cariño por Seokjin.

Seokjin pensó que Namjoon podría ser ese amigo que tanto deseó.

Cry Baby ; NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora