*En algún lugar de Alemania...*
Se encontraba una rubia despertando, abriendo los ojos lentamente mientras se sentaba en su cama. Con cuidado, se bajó de la litera para no despertar a Jenell, pero se percató de que su amiga ya estaba despierta.
"¡Buenos días, Yuzu!",
Yuzu respondió con un suave "buenos días".
"Ve a cambiarte, Yuzu"
Yuzu asintió y se fue a cambiar. Al mirarse en el espejo, pensó: *Wow, este uniforme es cómodo*. Salió de la habitación y encontró a Jenell ya lista.
"Te queda bien el uniforme, Yuzu"
"Gracias"
Se arreglaron y estuvieron listas para salir y dirigirse a sus clases. Caminaron juntas por los pasillos.
"¿A dónde vamos primero?", preguntó Yuzu.
"A los casilleros. Ahí están nuestros libros. Por cierto, ten tu llave, no la pierdas", entregó Jenell.
Yuzu aceptó la llave y asintió. "Es como si no lleváramos mochila. ¿Y cómo funciona esto de las clases?"
Jenell explicó: "Solo vamos al casillero antes de cada clase. Sacamos los materiales que necesitamos y, al terminar la clase, los guardamos y sacamos los del siguiente curso. Así de sencillo".
"Perfecto. Y me sentaré a tu lado", dijo Yuzu.
Terminaron su conversación al llegar al salón de matemáticas. Algunos estudiantes ya estaban allí, sentados o charlando. Jenell señaló un asiento para Yuzu.
"¿A qué hora empiezan las clases?", preguntó Yuzu.
"En unos minutos", respondió Jenell.
Yuzu se quedó platicando con jenell cuando el maestro llegó
Maestro:bueno días alumnos a su lugares bien saquen su libros pág.20
El maestro dió su explicación para que contestaran su libros y en unos 40 minutos acabaron todos dejaron su libros en el escritorio y el maestro los reviso y los entrego bien ya terminó la clases no vemos mañana dicho eso todos salieronYuzu:adónde vamos Jenell
Jenell:tenemos descanso de 15 minutos antes que empieze la otra clase podemos ir a la cafetería quieres ir
Yuzu:vamos
Llegaron y habian persona comiendo y otras solo platicando vieron una mesa desocupada y se sentaron
En la acogedora cafetería, Yuzu y Jenell se sentaron en una mesa desocupada. El ambiente estaba lleno de voces animadas y el aroma del café flotaba en el aire. Jenell, siempre atenta, preguntó:
"¿Quieres algo de tomar, Yuzu?"
Yuzu sonrió y respondió: "Solo un café, por favor."
Jenell se levantó y fue a la barra. En pocos minutos, regresó con dos tazas humeantes. "Aquí tienes. También hay bolsitas de azúcar si lo prefieres más dulce."
Yuzu agradeció y tomó la taza entre sus manos. "Gracias, Jenell. ¿Por qué no pasaron lista en las clases?"
Jenell explicó: "Aquí consideran que es innecesario. Toman asistencia cuando entregamos nuestros libros al final de cada clase. Si no entregas el libro, te ponen inasistencia, incluso si asististe."
Yuzu asintió. "Entiendo. Aunque me pareció sencillo, necesito estudiar más. Las siguientes páginas parecen difíciles."
"¿Quieres ir a la biblioteca después de clases? Podemos estudiar juntas", sugirió Jenell.
Yuzu aceptó la oferta. "Gracias, Jenell. ¿Y ahora qué clase sigue?"
Jenell sonrió. "Solo falta defensa personal. No te preocupes, te enseñaré lo básico."
Mientras tanto, en Japón, Mei seguía
------------------en japon---------------------La angustia se apoderaba de Mei mientras esperaba en la escuela de Japón. Su corazón latía con fuerza, y cada minuto sin noticias de Yuzu parecía una eternidad. La pelinegra había llegado temprano, con la excusa de ver la pero Yuzu no apareció. Solo estaba su mejor amiga, Harumi, y eso la inquietaba profundamente.
Las clases comenzaron, pero Mei no podía concentrarse. Su mente divagaba, preocupada por Yuzu. ¿Estaría enferma? ¿Habría ocurrido algo grave? La incertidumbre la atormentaba, y solo deseaba saber que su amiga estaba bien.
Finalmente, la campana anunció el fin de la clase. Mei se levantó con premura, guardando sus libros en la mochila. No podía esperar más. Se acercó a Himeko, otra compañera, y le pidió que la llevara con Harumi.
"Himeko, ¿puedes decirle a Harumi que me espere en la sala del consejo estudiantil?", solicitó Mei.
Himeko asintió y condujo a Mei hasta la sala. Harumi estaba allí, esperándola.
"¿En qué puedo ayudarte, presidenta?", preguntó Harumi.
Mei no dudó: "Necesito saber por qué Yuzu no ha venido a clases".
Harumi titubeó antes de responder: "Yuzu ya no estudia aquí".
Mei se quedó atónita. "¿Qué? ¿Cómo es posible?"
Harumi continuó: "Lo siento, presidenta, pero usted debería saberlo. Yuzu se dio de baja. No asistirá más a esta escuela".
Mei no podía creerlo. Buscó en su escritorio los documentos de Yuzu, pero no encontró nada. La preocupación la invadió. Decidió ir directamente a la fuente: su abuelo.
Sin pensarlo dos veces, Mei se dirigió a la dirección. Tocó la puerta y, segundos después, la voz de su abuelo resonó.
"¿En qué puedo ayudarte, Mei?", preguntó.
Mei no ocultó su angustia: "¿Por qué los documentos de Yuzu no están aquí?"
El abuelo la miró sorprendido. "Yuzu se cambió de escuela hace unos días. Estudia en Alemania ahora".