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No vivía donde antes.

Lo primero que Jimin notó es que Yoongi cambió de departamento, uno un poco más pequeño pero bastante acogedor.

-Dormirás en el sofá.

Se pregunta porqué había decidido mudarse, aunque prefiere guardarse esa pregunta y quedarse con la duda. Ya no quiere molestar más a Yoongi.

-Gracias.

-Mi habitación es aquella -Yoongi señaló la última puerta al final del pasillo. Jimin asintió -Si algo llega a suceder, avísame, yo me daré una ducha y luego dormiré.

-Bien y, de nuevo, gracias.

-Está bien, no soy un desalmado, no te dejaría en aquél lugar.

-Eres un ángel.

-No, sólo soy una persona con conciencia.

Y sin más que decir, Yoongi se fue hacia aquél pasillo, entrando a su habitación.

A Jimin le encantaría decir que aquella noche tuvo aunque sea una oportunidad para hablar con Yoongi, pero el mayor nunca más apareció, sólo lo escuchó cuando se metió al baño y luego de unos minutos salió y se metió a su habitación, sin decirle absolutamente nada más.

Se quedó despierto hasta tarde, con la esperanza de que en plena madrugada Yoongi se levante a tomar un poco de agua, pero eso no sucedió y Jimin decidió dormir cuando vio que iban a ser las cuatro.

A la mañana siguiente, Jimin fue despertado por el rico olor a la comida, pero no sólo eso, algunas risas que provenían de la cocina también lo despertó. Curioso, se levantó del sofá y quejándose un poco, se estiró, escuchando sus huesos sonar.

Cuando pudo estirarse un poco, se dirigió a la cocina para ver porqué Yoongi estaba riendo, pero al entrar, se quedó congelado al verlos.

Yoongi no estaba solo, para la mala suerte de Jimin, el mayor se encontraba acompañado del mismo chico que lo había besado aquella tarde que Jimin y su equipo habían entrenado afuera.

-Oh, hola.

Y el desconocido fue el primero en notar su presencia. Yoongi sólo lo miró luego, sin ninguna expresión en su rostro, ni culpa, ni remordimiento, ni siquiera lástima.

-Despiertas al fin -Su voz sonó fría y lejana -Tu madre me estuvo llamando toda la noche, hace una hora comenzó de nuevo, creo que deberías volver.

-¿Aún tienes su número?

-No, pero la primera vez que contesté me dijo quien era y le corté, entonces desde ahí me está llenando de llamadas.

Jimin se siente un poco culpable al saber que su madre estuvo molestando a Yoongi toda la noche, pero también se siente débil al ver los brazos de aquél tipo en la cintura de Min, abrazandolo desde atrás, tan naturalmente, como si lo hiciera siempre.

-Volveré a casa entonces, lamento las molestias.

Y Jimin esperaba que, aunque sea, Yoongi lo invite a desayunar, pero él no dice nada, sólo asiente, dándole la razón de que ya es hora de irse.

Jimin comprende, después de todo Yoongi no lo intentó a su casa para comenzar de nuevo, sólo fue amable, dándole un lugar para dormir, no donde pasar el rato, sólo dormir.

Y entonces se va, despidiéndose de ambos, sale del departamento y del edificio, caminando por las solitarias calles.

Al final, Yoongi siguió su vida, consiguió a alguien más, en tan poco tiempo logró rehacer su vida.

Y Jimin aún tenía esperanzas, patético.

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