Soy Eren Jaeger

4.1K 186 27
                                    

§

En un inicio, todo era oscuridad. No podía ni ver mis manos en este ambiente tan opresivo, sentía que me faltaba el aire. Intentaba moverme, retorcerme, hablar, gritar, golpear, llorar, pero nada servía. Estaba sumido en una inmensa neblina de completo vacío. Sin embargo, entre toda las capas de densa negrura pude divisar ciertos colores. Un Rojo carmesí que brotaba como si fuera sangre esparcida por el suelo. Mis ojos se llenaron de ese humo rojizo antes de finalmente despertar.

- ... ¿Gh...?

Al abrir lentamente mis ojos pude notar que estaba muy arriba, demasiados metros en el aire. Pero no estaba cayendo, la vista estaba fija, mis pies tocaban el suelo. Al darme cuenta de lo que estaba pasando, dí un salto hacia atrás casi de forma instintiva. Se escuchó un fuerte crujido de madera, había caído sobre algo. Al levantarme, noté que aquello aplastado era nada más y nada menos que una casa entera. En ese momento no supe cómo reaccionar ¿Me había vuelto un gigante? ¿Acaso era uno de esos titanes de quince metros? No lo podía creer. Era tan ignorante que incluso me golpeé la cabeza varias veces para asegurarme de que no era un sueño. Ahora mismo sé que aquel día fue tan real como la vida misma.

- ¡Ghhaaa!

Tampoco podía articular bien las palabras, mí boca era una mezcla entre labios, placa dental y mandíbula, en combate sirven de maravilla, pero para vocalizar fue un infierno. Intenté pedir ayuda emitiendo esos gritos, pero todo lo que conseguí fue un terrible dolor en mí abdomen. Al tocarlo pude sentir algo pegajoso y cálido, al mirar me dí cuenta que este tenía un tajo provocado por la mordida de algún Titán, se notaba como mis intestinos hacían lo posible por mantenerse en su lugar.

En ese momento tenía ganas de gritar y llorar, pero el shock y el instinto de supervivencia me hizo centrarme en retener la herida. Con mis manos apreté fuertemente mí abdomen, tan fuerte que comenzó a salir vapor de una forma exagerada. Aún así, por suerte o por coincidencia, la herida comenzó a cerrarse y regenerarse mientras gritaba por el dolor que sentía.

Con todo lo de mí cuerpo controlado, finalmente pude poner atención de dónde estaba. Era la ciudad de Trost, donde habíamos ido junto con el cuerpo de exploración al mando del capitán Levi para eliminar los titanes que habían ingresado por la brecha del Titán Colosal.

Había sido difícil hasta ahora, después de todo no recuerdo haber matado a ningún Titán. Mis compañeros... ¿Estaban vivos? No recuerdo haberlos visto después de aquello. Solo sé que había salvado a Armin de las manos de un titán barbudo. Ese tonto melenudo, siempre se queda en blanco justo cuando necesita moverse. Más allá de eso, no recuerdo que ha sucedido durante nuestra misión, así que no supe cómo había acabado con el cuerpo de un titán.

Pero desperdiciar una oportunidad como esta... ¿Por qué no usar este poder para mí? ¿No me había propuesto acabar con todos y cada uno de ellos? Eso es lo que pensé antes de rugir con todas mis fuerzas y comenzar a recorrer la ciudad en busca del enemigo. Mis fuertes pisadas provocaban constantes temblores en el suelo, las ventanas se reventaban tan solo con pasar a un lado y los puestos de mercancía abandonados salían volando solo con el viento que provocaba mí embestida. Tras unos minutos finalmente encontré a mí primera víctima. Era un titán de quince metros, igual a mí, incluso parecía ser un excéntrico. No dudé ni un instante, me abalanzé con todo lo que tenía. Usé mis brazos para apretar su cuello como si fuera una llave de lucha, al cabo de unos segundos está hizo reventar su nuca.

Al acabar con mí primer enemigo, me puse en pié nuevamente y observé cómo varios titanes fijaron sus ojos en mí para luego venir a atacarme. El primero era un pequeño arrastrado de tres metros, a quien sólo hizo faltar aplastar con fuerza su cabeza. El segundo era uno de cinco metros en cual saltaba de forma aleatoria y a gran velocidad. Pero entre más rápido el iba, más fuerte terminaría siendo su impacto contra mí puño, tanto así que este terminó siendo solo un muñon en mí brazo, el cual de regeneró en cuestión de segundos. Finalmente, el más grande de trece centímetros de abalanzó sobre mí y comenzó a morder mí estómago. Con ambos brazos solo fue necesario estrujar su cabeza como si fuera una fruta.

La zona se llenó de sangre humeante y cadáveres de titanes que solo eran pequeñas molestias para mí. No me había dado cuenta hasta entonces, pero mi cuerpo era increíblemente atlético, sin duda no era un titán común y corriente, incluso superaba fácilmente a los excéntricos que tanto dolor le causa a la legión de reconocimiento. Al final acabé con seis o siete titanes mínimo, de varios tamaños.

Pero cuando parecía que ya no habían más, un grito de furia captó mi atención. Justo a mí lado una chica estaba a punto de ser devorada por un titán de quince metros. Pero lo curioso era que no estaba asustada, no lloraba ni estaba en el suelo inmóvil. Estaba de pie, sosteniendo su hoja y lanzando un grito de valentía. No me dí cuenta al instante, pero esa persona me resultaba familiar. Sin pensarlo, me abalanzé nuevamente hacia aquella zona y con un puñetazo dejé en Knock Out a aquel Titán. Su cabeza salió volando dejando un hilo de sangre que se evaporó en cuestión de segundos, al igual que su cuerpo inerte.

- ... ¿Eh...?

Volteé a ver a aquella chica, quién había luchado hasta el último de sus instantes. Cayó desplomada al suelo de rodillas con una cara de sorpresa e incertidumbre. No estaba temblando, pero evidentemente ver esto la había dejado atónita.

- ¿Un Titán... Matando a otro Titán...?

Dijo. Yo asentí pensando que era una pregunta que debía responder, aunque probablemente solo estaba hablando con ella misma. No podía distinguirla bien, así que acerqué mí mano para que pudiera subir. Pero al hacerlo, ella de puso en guardia y retrocedió considerablemente. Era lo normal, un monstruo gigantesco acerca su brazo hacia tí, lo último que esperas es que sea algo bueno. Pero no me rendí, mantuve mí mano en el suelo esperando pacientemente.

- ... ¿¡Q-Qué eres...!? ¿¡No me harás nada!?

Dijo en voz alta para que la escuchara. Se notaba que estaba agitada, no debió de haberla pasado muy bien hace poco. Moví mí cabeza para negar su pregunta, no iba a hacerle daño.

Ella se calmó un poco más y comenzó a bajar sus hojas, las cuales ya estabas rotas y desgastadas. Se acercó lentamente, con cuidado, esperando a que yo haga algo para retroceder nuevamente. Pero como dije, me quedaría inmóvil hasta que ella suba a mí mano. Tras unos segundos, finalmente se había decidido a subir completamente. En un principio se alertó al ver que al tocar mí cuerpo salía vapor, pero este no quemaba. Finalmente pude verla más de cerca cuando se sentó en la palma de mí mano.

La acerqué un poco a mí rostro y aprecie quién era. Tenía el uniforme de la milicia, el equipo de maniobras tridimensionales y una bufanda roja que me resultaba muy familiar. Pero al ver su rostro fue que la reconocí de inmediato. No esperaba encontrarla tan pronto, mucho menos en ese estado. Ella era fuerte, mucho más que cualquier otro soldado, por eso me extraña que perdiera contra un simple Titán.

Ella era...

- ¡Mikasa!

Había bajado la guardia. Una persona ancló sus cuerdas en mí hombro y se abalanzó contra mí rostro. Aunque intenté apartarme, logró rasgarme y quitarme un ojo. Por otro lado, un chico de cabello rubio embistió a Mikasa para sacarla de mí mano.

- ¡E-Espera, Armin!
- ¿¡Te encuentras bien!? ¿¡Ese Titán no te lastimó!?
- ¡No es eso...!

Ellos me habían atacado desprevenido, al darme cuenta que se trataba de Armin simplemente lo dejé pasar. El otro soldado, quién me había rebanado el ojo, había escapado junto con ellos. Parecía ser Connie, otro de mis compañeros, ya que no tenía cabello.

No estaba enojado de todas formas, hubiera hecho lo mismo si viera a un titán sostener a Mikasa con sus manos. Debía encontrarlos y tratar de platicar con ellos para aclarar las cosas.

- Gha...

Aunque lo primero era aprender a vocalizar con esta amalgama de boca y dientes. Así que comenzé a caminar nuevamente, mientras lanzaba balbuceos y rugidos intentando pronunciar palabras, todo mientras fijaba mí nuevo objetivo: La Capilla. Allí se reunieron varios titanes por los cuales me tendré que hacer pasó si quiero llegar hasta la salida de la ciudad. Curiosamente, también habían varios soldados en los alrededores los cuales comenzaron a movilizarse. Probablemente allí también irán Armin, Mikasa y Connie.

Estaba emocionado por la pelea, mí sangre hervía y canalizaba mí emoción echando vapor al abrir mí boca. Finalmente podía cumplir mí promesa, aquella que me había jurado completar desde que me fue arrebatada.

Aquí comienza mí venganza. Mí nombre es Eren Jaeger.

Conviértete en humano. (Eremika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora