La carta

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La rutina seguía, me levantaba, me bañaba me secaba, me maquillaba me vestía me colocaba la mochila (odio los bolsos así que todos están enpolvandose en el guardarropa) y me iba, como siempre los tacones eran un suplicio pero no podía hacer nada ya que eran parte del uniforme. Al llegar marqué mi ingreso y fui a mi oficina luego la jefa entró y con su actitud de siempre tan infantil y optimista me preguntó alegremente como me sentía ahora que era una mujer completa a lo que le contesté que el periodo duele demasiado en el abdomen y que las toallas femeninas son algo incómodas a lo que ella contestó "Bienvenida a la feminidad" lo que me hizo temblar. La jefa volvió a su oficina y yo seguía trabajando en mi puesto, al final decidí no renunciar ya que la jefa era muy agradable y le empezaba a tener respeto. Luego de una agotadora jornada tratando con clientes me fui a los camarines femeninos para cambiarme de ropa y volví a casa, saludé a mis padres a lo que mi madre me retuvo para decirme que me había llegado una carta pero no tenía remitente pero como era mía decidieron no espiar así que le agradecí y subí a mi habitación, dejé la mochila a los pies de mi afeminada cama, me quité los tacones y me tiré, luego abrí la carta y al leerla mi cara se puso roja del enojo, era de Carolina diciendo cómo lo hizo en los 5 años para convertirme en una mujer, yo me puse a llorar en silencio, como mi cuerpo estaba lleno de estrógenos me había debilitado sentimentalmente, ya que en mi primer período lloraba o me enojaba por nada, la carta decía: "Hola Karencita ¿Como has estado en tu nueva vida dentro de las flores y los corazones? No me lo agradezcas primor ya que no hay vuelta atrás, después de que has cruzado la línea decidí no quedarme parada y te advertí que lo lamentarias así que como no podía soportar el vivir como un hombre me encargué de ese detalle, cuando desperté y vi que habíamos cambiado de cuerpo me asusté y empecé a llorar como una magdalena luego el tipo que nos llamó me dijo que fuera al instituto, miré tu cuarto y tu armario y vi que eras un Otaku lamentable así que ordené alguna ropa por internet como la playera rosada, los pantalones blancos ajustados y las manoletinas bien bonitas como me gustan, al salir a la calle caminando como lo hago siempre meneando las caderas fue gracioso como la gente te miraba y te decía cosas como "se te cayó la mano" o bien "que estás rica maricon" o bien "mira esa loca, es incluso más femenina que yo" yo estaba que me reía hasta que cuando te vi con esa ropa tan geek me moleste muchísimo y no quisiste escuchar a mis advertencias así que al irme lo primero que hice fue ir con tus padres y decirles que ya no quería ser hombre, que de ahora en adelante sería una mujer, me haría un tratamiento hormonal, me operaría el busto y la cirugía de reasignación, al principio ellos estaban atónitos y no podían creer que de un día a la mañana su hijo pasara de ser un hombre pasando por un joto hasta luego volverse transexual, tu mamá se desmayó por la incredulidad a lo que tu papá dijo severamente que ya era mayor de edad y que hiciera lo que se me diera la gana así que lo hice, al día siguiente usando todos tus ahorros que no sé para qué tontería los guardabas los utilicé para reemplazar tu guardarropa, la gente me miraba raro y las dependientas aunque no querían que comprara ropa las amenace con acusarlas al servicio del consumidor de que estaban juzgando a un cliente metiéndose donde no les incumbe a lo que desistieron y me vendieron la ropita que acababa de comprar, los mismos resultados pasaron en las tiendas de lencería y zapaterías, me perfore las orejas ese mismo día con unos aros circulares grandes bastante hermosos, me hice la manicure y pedicure y me hice un maquillaje bastante femenino, salí así y para colmo me había comprado unas sandalias de tacón y me las puse solo para relucir las uñas pintadas de los pies, lo mejor eran los silbidos y la clase de ofensas obscenas que te tiraban, lo que me excitaba bastante a lo que con gran orgullo grité de la forma más afeminada posible: "¡Chicos, esta chica en proceso estará disponible para todos ustedes, este es mi número para que me puedan llamar y lo que pase después lo dejaré a su imaginación! Adiós lindos!" Wow, eso fue divertido, y si supieras como te silbaban cuando meneaba las caderas como una zorra te habrías muerto! Fue muy gracioso, cuando llegué a casa y vieron mi nueva apariencia no lo podían creer, los dos estaban muy melancólicos, luego fui a la cocina aún vistiendo mis sandalias de tacón y saqué varias bolsas de basura, subí a la pieza y empecé a vaciar tus cajones y metí toda tu asquerosa ropa varonil en las bolsas incluyendo la ropa interior y la que llevaba puesta, ya no podía esperar por quitarmela, me la saqué y me puse unas bragas y un corpiño a juego con un lindo vestido de verano, con tu complexión masculina usando un vestido, con las orejas perforadas, maquillado y usando esmalte de uñas tanto en las manos y en los pies sin mencionar que las manos tenían uñas acrílicas ya que no las quería tener absurdamente cortas parecías un payaso en vestido y el peor aprendiz de transformista, tomé las bolsas y las tiré a la basura, ahora solo había ropa femenina, el resto de tus cosas geek las vendí y con ese dinero reemplace la ropa de cama y los muebles, hasta la cama lo cambie por algo más lindo, luego salí a la calle en falda y una blusa ajustada y compré pintura rosa de varias tonalidades, reemplace las cortinas y cambié la ampolleta por un candelabro. Vacíe la habitación para pintar las paredes y lucía bastante bonita, puse una alfombra bastante femenina que le daba un toque especial, como tenía tu fuerza no me hizo mucho esfuerzo volver a meter mis nuevo muebles, coloqué el maquillaje en el tocador y en los cajones de abajo la lencería, luego las faldas y las blusas, los zapatos, vestidos y pantalones ajustados los metí en el armario, luego recordando las palabras de tu papá necesitaba dinero así que decidí buscar un trabajo de secretaria, así que encontré una pequeña empresa pero exitosa que necesitaban a una, entonces me arreglé lo más profesionalmente posible, me bañé me depile completa, perfile mis cejas y como mi cabello era aún corto simplemente le di un toque infantil con una diadema con lazo, luego me fui al cuarto y me puse lencería de color rosa pálido, me puse una falda holgada hasta las rodillas, una blusa que traslucia el corpiño y unas manoletinas muy adorables que parecían de niña pequeña, ¿mencioné que cambié tus mochilas por bolsos?, Pues sí, un hombre usando cartera es muy hilarante, así que me fuí obviamente caminando como siempre lo hago de una forma sexy meneando las caderas, al llegar a la oficina me recibió la secretaria que me miró con algo de asco y desdén debido a mi apariencia, luego me hizo pasar para ver a la jefa, la primera impresión fue por shock a lo que me invitó a que me sentara para la entrevista, como soy una buena actriz me creyó el tonto cuento de que desde hace mucho tiempo no me sentía hombre, que estaba atrapado en el cuerpo equivocado que en el fondo me sentía mujer y que quería serlo a toda costa, y necesitaba el trabajo para las intervenciones quirúrgicas, el tratamiento hormonal, la electrólisis y los ejercicios para obtener la figura correcta además de las dietas, la muy tonta y crédula se la creyó y me contrató de inmediato triplicandome el sueldo, a lo que con esa plata empecé a ir con un doctor para guiarme en el tratamiento de reemplazo hormonal, a lo que me pasó el frasco con las hormonas y empecé a tomarlas según como me lo indicó, cuando le comenté a la jefa de que empecé con el tratamiento ella se alegró muchísimo y dijo que tenía su apoyo total, de verdad es demasiado inocente y tonta, junto con la dieta y los ejercicios tus músculos empezaron a desaparecer de a poco y empezaron a llegar las curvas que se volvían más deseables, compré hasta ropa deportiva muy ajustada y rosada sólo por capricho. Vi que el busto de tu mamá era bastante prominente y me reiría mucho si tu nuevo pecho se volviera igual de grande. Incluso con cuerpo de hombre yo iba al baño de mujeres muy descaradamente y si alguien me decía algo se llevaba una fuerte demanda por discriminación, y en los cubículos me sentaba como toda una dama, si no fuera por el polizón que estaba en tu entrepierna podría haberme cruzado de piernas más libremente pero iba a resolver ese asunto después. Unos meses después el cuerpo empezó a tener una forma muy femenina y el busto que antes era plano, ahora fácilmente era copa D a lo que tuve que cambiar mis corpiños por sujetadores, mi cabello creció muy rápido también y era lo suficientemente largo que llegaba a la mitad de mi espalda, y como no me gusta negro me lo teñí de rubio, luego como el polizón de abajo molestaba mucho saqué una hora en la clínica para realizar una operación de reasignación de género cuando le dí el aviso a tus padres se fueron para atrás y no quisieron volver al tema, luego en la clínica me dijeron que también tenía sesiones de electrólisis y feminización facial a lo que yo sin dudarlo acepté, quería el pack completo pero la advertencia era que tenía un período de recuperación bastante duro y que tenía que poner de mi parte, pero otra vez sin dudarlo acepté. Al decirle a la jefa, ella se alegró muchísimo de que fuera a cumplir mi sueño de ser una mujer completa y yo tratándola como una amigui que obviamente también era un acto fingí que me alegraba, además ¿Quién querría ser amiga de una crédula e inocente niña cómo ella?. El día de la intervención me llevaron a pabellón y me dieron anestesia total lo que me aturdio, pero pensaba que aquel polizón no molestaría más en mi cruce de piernas, gracias a los ejercicios y el sobre uso de tacones las piernas perdieron todo su músculo y ahora se veían más lisas y femeninas de hecho hasta este punto ya parecías más una mujer que un hombre luego de que terminara la operación tuve un período de recuperación muy duro, para serte honesta eso no lo vi venir pero valió la pena, la tonta de la jefa mandaba regalos hasta ganaba sueldo gratis. Cuando me dieron el alta podía cruzar las piernas sin problemas y sin ese estorbo molestandome, yo le pedí a la jefa unos días y sin problemas me los dio, utilicé esos días para cambiar toda la documentación, tu cédula, tu licencia para conducir, tus tarjetas de crédito y débito hasta tu acta de nacimiento, cambié tu nombre a Karen Elizabeth y el sexo pasó a ser femenino, fue mi más grande hazaña y luego fui al centro comercial por más ropa y maquillaje, a estas alturas el mundo cree que soy una mujer hasta que un día vi que habían obtenido la tecnología necesaria para realizar implantes de cualquier órgano sin importar la fisiología o sexo de la persona pero que costaría una fortuna así que con la ayuda de la tonta de la jefa obtuve el dinero para realizar un implante de útero y obviamente fingí la emoción al punto de que mamá se enojara pagué el precio por la intervención y dos días después me llamaron porque ya era posible volver a mí antiguo cuerpo así que para molestarte me puse el atuendo más femenino y zorra que tenía en el guardarropa y antes de salir puse una nota en tu nueva cama dándote la bienvenida a tu nueva vida. La verdad lo disfruté demasiado eso te enseñará a no meterte conmigo, y como castigo de ahora en adelante tu vida estará llena de rosa, flores, corazones, tacones y toallas femeninas, así que byebye Karencita mi nueva a-mi-gui muah!
Después de eso la carta finalizó yo sólo quería destruirla, tenía sentimientos encontrados irá, tristeza, decepción y como mis sentimientos eran más frágiles por culpa de las hormonas entonces eso se multiplicaba así que lo decidí, tal vez sería imposible volver a ser hombre y tener mi vida normal de vuelta pero creo que con la verdad tendré a una gran aliada así que mañana llevaré la carta y se la entregaré a la jefa y le contaré la verdad a cambio de su discreción. La carta la guardé en mi mochila, me saqué la ropa y me puse la pijama y me fui a dormir, aunque no estaba llorando si me salieron lágrimas

Viviendo forzosamente como una mujer transDonde viven las historias. Descúbrelo ahora