Me Cambiaste la Vida [Lectora x Jim Troll]

||Capítulo 2||

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|Narra _____||

Estaba recostada en mi cama mirando el techo de mi habitación, otra vez no podía dormir. Mire mi teléfono, eran las dos de la madrugada. Me levanté de la cama y, en silencio, fui al jardín

-Creo que entrenar un poco no me haria mal- cerre los ojos e intente crear un portal -Vamos, vamos, vamos- dije en voz baja. De mis manos comenzaron a salir unos destellos violetas y azules. Apreté aún más mis manos con la intención de intensificar el poder, pero me cansé -Me rindo- suspire. Ya llevaba dos meses intentandolo pero no surtia efecto. Me senté y observé el césped

||Recuerdo||

Estaba en el jardín con Cinco. Papá le dijo que me ayudara con la telequinesis. Mi objetivo era levantarlo y llevarlo hasta el gran roble que está al otro lado del patio. El problema era que no le caía muy bien a Cinco

-Vamos, deja de hacerme perder mi valioso tiempo y hazlo de una maldita vez- dijo serio. Intentaba elevar a Cinco para que llegue hasta el árbol, pero no podía y sus comentarios no ayudaban en nada

-L-lo siento Cinco, pero es que nunca eh levantado a las personas con la mente y es muy difícil. A-ademas, tus palabras no me ayudan- Cinco me ponía nerviosa, el siempre es serio y crítica todo lo que hago

-¿Insinúas que es mi culpa Ocho?- me quedé callada -No es mi problema que no sepas hacer las cosas bien- eso me hizo sentir mal. Quería llorar, pero me aguante y comencé a hacerlo otra vez. Soy muy sensible a veces, pero intento controlarme

Estire mi mano en dirección a él y cerré mis ojos. Concentre todas mis fuerzas. Sentí que estaba por lograrlo... hasta que Cinco empezó a hablar

-Sigo esperando Ocho- listo, me cansé. Suspire, baje mi mano y abrí los ojos

-Me rindo- sin mas que decir me senté en el suelo y, por alguna extraña razon, comencé a arrancar el cesped y a jugar con el

-¿Enserio? ¿Tan rápido?- dijo acercándose a mi. Me sorprendió que me hablara de manera suave y no cortante como suele hacerlo

-Si- dije sin despegar mi mirada del suelo

-Cobarde- me atreví a mirarlo a la cara. Me veía con seriedad, pero no con enojo. No sabría como explicar la manera en la que él me observaba en ese momento. No era enojo. Tampoco desagrado. Era como si estuviera...decepcionado

-No soy cobarde-

-Si lo eres- nos quedamos en silencio por unos minutos

-¿Qué te hace pensar que lo soy?- lo mire sin expresión alguna esperando su respuesta