IV - "Parque"

379 25 1
                                    

{ @ºัꈊºั@ }

[Este OS se establece en los acontecimientos de "Daredevil:Man without fear"]

Matilda sostenía con fuerza las manos de Francine. Estaba preparada, se sentía lista, pero por alguna razón solo podía ver una calavera suplantando el rostro de su amada.

—¿Acaso has visto a un muerto? —por primera vez en su vida se encontraba luchando con el miedo y los papeles lo único que hacían era intercambiarse; ahora era Francine quien la sujetaba, esa falsa calavera que parecía personificar todos sus miedos mientras ella estaba sumergida en la oscuridad. —Anda, sabes como va a terminar esto.

—¡Aléjate de mí, quienquiera que seas! —Matilda la golpeó con fuerza e intentó huir de aquella figura falsa, pero no pudo. El dolor se transformó en una marea de magnitud bíblica y fue azotada sin piedad para terminar arrojada en un lugar desconocido. El esqueleto de alguna forma logró tomar su tobillo y una vez que Matilda fue capaz de atravesar la superficie de aquel tormento con la cabeza este le jaló con un gélido instinto asesino; el olor ¡Dios bendito! Era hierro salado, eran sangre y lágrimas, las manos del miedo se metieron debajo de su ropa en un intento por inmovilizarla... A Matilda no le gustaba ese sentimiento, no le gustaba el temblor de su cuerpo o el desagrado sorbiendo su espina, era miedo: Se estaba muriendo de miedo.

Golpes empezaron a caer en su cara, uno de sus costados estaba abierto, pero ella seguía luchando. La campana que detenía el ring aún no había sonado, aún cuando Fisk le tenía retenida en una esquina y drenaba su consciencia a puñetazos bien dados. Francine volvió a aparecer.

—Sí, siéntelo en tus huesos. Eso es el miedo, ya no te sientes especial ¿Verdad? —Cambio de escenario, la frente de la mujer ciega impactó contra la acera de la calle cuyas alcantarillas parecían haber absorbido la solución de la vida y la pena. Tras vomitar todo su estómago en sus manos Matilda empezó a arrastrarse, pero no pudo hacerlo por mucho al sentir un gran peso en su espalda. Francine. —No vale la pena, detente.

Matilda gritó hasta el punto de sentir como su garganta se deshilachaba a sí misma.

—¡CALLATE, CARAJO, SOLO CIERRA TU MALDITA BOCA! —y siguió arrastrándose, más y más por lo que se sintieron varias horas hasta que sintió tierra fértil meterse entre sus uñas: Era Central Park. El esqueleto sostuvo su rostro en alto y le rasguñó las mejillas en el proceso.

—Perdiste la batalla, Roja mía. Te has vuelto tan débil y patética.

"Sé que el horario de visitas terminó, no me lo eches en la cara"

Matilda elevó su cabeza hacía los árboles encima de ellas, aun cuando todo lo que veía era oscuridad una parte de su cuerpo podía sentir a su mejor amigo. ¿Será verdad?

—¿Foggy?

—¡No te atrevas a ignorarme! —El esqueleto hundió su rostro en la tierra, tomándose una pausa para pararse sobre su espalda y así poder pisotear su cráneo de una forma más cómoda, hasta que al levantarle jalando sus cortos cabellos rojizos pudo ver dos gruesos hilos de sangre bajando de la nariz de Murdock. —Dilo.

—¿Qué? —Su cabeza volvió a chocar con la dura tierra varias veces, la voz de Foggy regresó como un salvavidas en esa situación tan lamentable en la que se encontraba.

"Tu ausencia de ahora se siente peor que la ausencia de antes. Sabes a lo que me refiero, Matty"

La pelirroja quiso reventar en llanto, había hecho tantas cosas mal en su vida y, sin embargo, no tenía una máquina del tiempo para enmendar aquellas acciones de las cuales se arrepentía tanto.

Frattweek [Fratt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora