VII - "Tema libre"

392 31 10
                                    

ヾ (✿>﹏ ⊙〃)ノ

Frank se sentía confundido, aun cuando ya habían pasado dos años desde que su vida había dado otro giro una parte de él seguía dormida y sin percibir los golpes de realidad. El marine volteó a mirar a la persona con la que se despertaba desde hacía unos dos meses en los que se habían movido a un apartamento acomodado con una renta mucho más accesible que la que pagaban por separado en sus anteriores hogares. Matt Murdock, un recién graduado abogado con mucha suerte y un encanto tan difícil de ignorar como sus ganchos ¿Cómo es que sus vidas se han cruzado la una con la otra? ¿Cómo era que habían llegado hasta el punto de saber cómo es que le gustaba su café al otro? Bueno, es una historia relativamente corta si Frank la explicaba con sus palabras.

De seguro Matthew podría contarla con un carisma jugoso y unas dulces palabras que harían a cualquier miembro de un juzgado correrse, pero por ahora las reflexiones del protagonista principal pertenecían a Frank Castle, un soldado que se enlistó poco después de su graduación en los marines y a día de hoy seguía dentro desempeñándose en mecánica aeronáutica, tras eso todos se vuelven un poco demasiado ariscos para el gusto de cualquiera y, aun así, Matthew y él se encontraron la manera de mantenerse unidos por bastante tiempo; más de lo que alguno de los dos duró con otra persona, al parecer solo ellos sabían como tolerarse. Aunque siendo sinceros, ¿cómo no amar a un hombre como Matthew? Frank hacía todo con Murdock; Despertaba con él, admiraba sus facciones delicadas y su pelirrojo cabello que aun alborotado lo hacía lucir condenadamente caliente, lo despertaba, se alistaban, Frank cocinaba para ambos al ser el único que sabía donde se encontraba el mango del sartén y como también era el único con licencia llevaba a su novio a la firma donde trabajaba, entonces llegaba el momento de despedirse y Frank pasaba la próxima hora en carretera para llegar a la base.

Todo desde ahí se volvía condenadamente lento; trabajar duro, comprobar el progreso, volver a hacerlo desde cero en algunos casos, descanso para comer y así hasta que daban las cinco y faltaba media hora para oscurecer. Otra media hora de regreso a la ciudad y Frank casi siempre recibía un mensaje de voz de Matt para que comprara los víveres por él, siempre se quedaba tiempo extra con Foggy y este le traía a casa a las once. Frank lo sabía, entre semana no tenían casi nada de tiempo para compartir ¿Qué asalariado lo tenía? De igual forma no le preocupaba, Frank solía distraerse con su tiempo libre. Ya saben, regresar a casa, guardar todo, limpiar y salir a caminar ¿A donde, Frank? No lo sabía, nunca lo sabía, él solo caminaba hasta que se decía así mismo: Aquí es, por lo general Castle terminaba en un parque de atracciones. No era raro solo... no tenía explicación. Pero a veces, en algunas ocasiones, sentía que algo (alguien) lo seguía incansablemente; eso tampoco tenía una explicación, no era como si escuchase los pasos o una respiración errática dirigiéndose hacia él que antecede a un asalto ¡No! Esto era algo más peculiar, era como ser perseguido por una sombra y Frank ante la presión terminó adentrándose a una parte de la ciudad que desconocía.

—¡Maldito! —Algo rozó su cabeza, algo cortante que dolió como una perra e hizo que en un acto reflejo Frank tocase su oreja; la sangre no tardó nada en manchar su camisa. El marine comenzó a correr por las calles que desconocía, mirando por primera vez a los cielos para conectar una mirada fugaz con una mujer ninja vestida de rojo con un arma a la mano. Frank aceleró el ritmo todo lo que pudo, pero no lograba perder a la lunática asesina, ni siquiera lograba reconocer ese abundante cabello rulo que danzaba con el viento con cada paso que daba por encima de los edificios, lo único de lo que Castle podía estar claro era que aquella furiosa mujer logró arrinconarlo. —¡Todo es tu culpa!

Una daga perforó su hombro, Frank gritó con fuerza un pedido de auxilio a quien nadie acudió, ese barrio enserio parecía de mala muerte... su muerte, al parecer. Las rodillas del soldado conectaron con el piso y el contacto visual con su futura asesina regresó —No te conozco.

Frattweek [Fratt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora