°Viviré para ser odiado... que con orgullo caer en el infierno°
Alice in borderland^
Adaptación de la serie de la plataforma de netflix.
✔︎𝐋𝐞𝐧𝐠𝐮𝐚𝐣𝐞 𝐯𝐮𝐥𝐠𝐚𝐫 𝐲 𝐬𝐞𝐱𝐨𝐬𝐨.
✔︎𝐕𝐢𝐨𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐅𝐢𝐬𝐢𝐜𝐚 𝐲 𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥.
✔︎𝐂𝐨𝐧𝐭�...
-¿Usted que dice señorita? —me miraba esperando mi respuesta.
-Acepto, pero, con una condición.
-Ja, acabas de llegar y por estúpida pides condiciones, no olvides quiénes son los que mandan. —una chica de lentes dio su innecesaria e insignificante opinión.
-Silencio Ann. Dime tus condiciones.
Seguiridad, para mí y para el.— mire a Guk.
-esta bien, señorita gracias por cooperar. Ahora recalcaremos unas reglas.
ఌ︎Siempre usar traje de baño
ఌ︎Drogas,bebida,y sexo están permitidos.
ఌ︎Todas sus cartas ahora pertenecen a la playa.
ఌ︎Muerte al traidor.
Al salir de aquella oficina, la voz de Ann me hizo detener mi paso.
-Sigueme,te conseguiré ropa. —salimos de esa oficina, la seguí a lo. Que parecían unos cuartos, entramos.
Me probé miles de cosas, pero me incomodaba estar semi-desnuda entre toda esa gente.
-No te gusta nada, ponte un bikini, y un short de playa.
Me pasó la prendas mencionadas, el sostén apretaba mis senos, hacia que se vieran grandes, esta no es mi talla. Y del short, no me quejo, esta lindo, y es holgado, corto, me gusta Pero mi vientre, aun vendado y golpeado con un poco de sangre, fue tocado por Ann.
-Acuéstate.
Me acosté en esa gran cama, Ann regresó con alcohol y vendas. Quito las antiguas vendas. Dolía y mucho, la venda se quedaba pegada.
Coloco un chorro de alcohol, ¡Oh mierda!, después de esa tortura, puso las vendas. Solo me dijo que tuviera cuidado, tenía que mantenerme fuerte para la noche. Salí y me dirigí a la piscina, era un caos total, gente bailando por todos lados, y bebidas donde sea. Quiero una.
Camine a lo. Que parecía una barra de bebidas, pedí una cerveza, me senté y empecé a beber.
-No pierdes el tiempo —Guk sin camisa a mi lado. Nada más criticando lo que hago.
-¿A ti que o que? Nunca había bebido, ni siquiera he fumado, no te preocupes no se hará vicio. —Tomó mi cerveza y empezó a beber de ella.
Fuimos llamados por el sombrero, mientras todos se iban a sus respectivos juegos, parecían emocionados, no les da miedo morir. Llegamos a una oficina, donde se encontraba el sombrero.
-Ustedes dos no jugarán hoy, hasta que su visa esté por agotarse, jugarán, pero conmigo. — dijo sonriendo. -Quiere que salvemos su trasero en pocas palabras —pregunté. - Estará a salvo, no se preocupe. —le sonreí.
-Me gusta su actitud, aunque no lo crea señorita ____ yo la conozco,sus jugadas son algo interesantes, en el primer juego de usted, arriesgo su vida al tratar de ir por esa pequeña arma, arriesgo su vida casi muriendo desagrada por esa herida — mencionó.
-Usted es el centro de atención, al ser la única extranjera, y no querer cumplir los estándares. Eso no es cualquiera.
-Yo no se nada de usted, y prefiero no saber, no me incumbe, por lo que veo no ha estado vigilando. Agradezco sus palabras. —que horror ser vigilada por estos tipos.
-Brindemos ____, por usted y su inalcanzable personalidad. —chocamos los vasos de tequila.
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Me sentía cansada, así que volví al cuarto que se me asignó, Guk se fue con unas chicas, me dejó sola el infeliz.
Dormí en esa cama grande, pero unos quejidos del otro cuarto me despertaron.
-¡Sueltame Niragi!. —Gritó una chica.
-¿Porqué cariño? La diversión apenas comienza cielo. —mencionó ese depravado.
En la mañana salí de mi habitación, aún lado salió Niragi, acomodando su pantalón. Solo me sonrió.
Su mano atrapó mi cabello, me jaló fuertemente haciendo que quedara enfrente a él, pegada a su cuerpo, su mano estaba en mi cintura.
-¿Oíste lo de anoche? Fue estupendo. ¿Debería hacerlo contigo? —hundió su nariz en mi cuello. Subía y bajaba.
-Vamos infeliz, vamos a que me folles, a que me jales mi cabello en el acto. Si quiere lo hacemos también en la piscina. —oh mierda, el sabrá con quien se esta metiendo.
-Eres una perra urgida. —besó mi cuello, mientras jalaba hacia atrás mi cabello, permitiendo más acceso a mi cuello.
Pero... Una patada en los bajos hizo que parará y se arrodillara de dolor.
-¡Aléjate de mi idiota! Te juro que si te acercas a mi, te golpeare hasta que mueras.
-¡Oh idiota! Juro que te mataré perra. Pero no sin antes estrenar tu cuerpo. Lo dejé solo, agonizando del dolor, pedí mi desayuno, y me senté a comerlo. Quiero irme a mi país.
