XXII: Sueño (KS)

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10 de enero del 2021

— Cariño, estas muy enfermo, lo mejor es que no salgas. — Ken tocaba mi frente, la fiebre había subido en lugar de bajar — Le diré a Minnie que hablé con la televisora, tienes que ausentarte.

— Gracias Ken — asentí para luego toser.

Después de mi encuentro con Namjoon me sentí muy débil, me metí a la ducha a llorar. Patético, lo sé. Pero necesario, pues siento que al fin lloré lo que debía.

En serio él creía que yo iba a creer esa historia, pudo haber inventado algo mejor ¿Cierto?

— Pedí que trajeran comida y medicina, me quedaré a cuidarte — Ken dejo un beso en mi frente.

— Gracias Ken.

— ¿Algún día me dirás "amor" o algún apodo lindo? — ¿Un apodo lindo?

¿Bamjoon, tal vez? No, ese no.

— No me gustan los apodos Ken, así estamos bien, somos adultos.

— Tienes razón — bajo su carita.

Ken era un buen hombre, no se merecía mi  desprecio, él merecía a alguien que lo amara, tanto como ama él. Me sentía terrible por hacerle para todo esto.

Su teléfono empezó a sonar y él salio de mi habitación para contestar, volvió después de unos minutos luciendo pálido.

— ¿Pasó algo? — pregunté desconcertado.

— Jin, yo lo lamento... Tengo que irme — empezó a temblar.

— ¿Qué sucedió?

— Es mi madre, — tragó saliva — Acaba de ser hospitalizada en Londres, tuvo un accidente — su rostro se ensombreció.

— Debes irte amor, yo estaré bien, cuida de tu madre. — intenté tranquilizarlo.

—  ¿Acabas de llamarme, amor?

Lo hice, que idiota.

— Creo que sí. — encogí mis hombros.

— Aunque me gustaría quedarme para disfrutar de esas palabras, tengo que irme — entristeció — prometo volver. — Besó mi frente.

— Todo estará bien — le abracé.

— Eso espero amor — dejo un beso en mis labios y se marchó.

Mi corazón retumbo por los nervios, aquella palabra había salido de mi boca sin estar consciente de eso. Me regañe internamente, pues no quería jugar con sus sentimientos.

Minutos después escuché el timbre de mi puerta sonar. Recordé que Ken había pedido comida y medicina a domicilio.

— Voy — respondí cuando volví a escuchar el timbre.

— Buenas tardes, aquí tiene su orden de... — No debí abrir esa puerta — ¿Seokjin?

— ¿Qué diablos haces aquí?

— Soy repartidor, vine con esta orden de comida y medicina — levantó las bolsas, —nunca imagine que tu vivías aquí — su tono de voz parecía no contener ninguna emoción.

Maldita sea Namjoon, yo me estaba muriendo por ti y tú simplemente te paras en mi puerta a fingir que eres un repartidor.

— Debes dejar de acosarme — solté molesto.

— No te estoy acosando, solo hago mi trabajo.

— Eres chef con una estrella Michelín — le recordé.

Solo Mío ~ NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora