Al pasar algunos días, seguia preguntándome ¿quien mando aquella carta? ¿Acaso era una especie de broma? Cosas como esas rondaban en mi cabeza.

— oye t/n ya puedes irte.
— de verdad?- pregunto sorprendida.
— si, hoy es un día especial, además hay chicos nuevos ellos debes aprender a hacer esto solos.
— ha pues muchas gracias—. Hizo una pequeña reverencia agradeciendo a su jefa.

Narrador: T/n no tardo mucho en cambiarse de ropa y salir de su trabajo, agradecía que su jefa fuera generosa con todos. Claro a excepción de algunos que ya habían traicionado su confianza.

Cuando t/n estaba esperando el autobús que la llevaría a su casa su celular sonó, t/n atendió la llamada era su amiga, vianey.

— hola amiga, dime sigues trabajando?
— no, mi jefa me dejo salir temprano, pues hay chicos nuevos y quiere que sepan cerrar la cafetería solos.
— no crees que será algo difícil para ellos?
— haha no, es muy fácil, además le agradezco que me Allan dejado salir temprano, pues debo enviar mi respuesta a aquel hombre demente.
— ho si, es verdad ya me había olvidado de eso..., bueno yo llegaré un poco tarde.
— esta bien, no te preocupes.
— te veo mas tarde.
— si, adiós — colgó la llamada, algo ella se sentía incómodo, como si estubieran siguiéndola.

Llego a su casa abrió la puerta entrando directamente hasta el sofá, en donde dejo su mochila y se dejo caer en este, pensó en su respuesta, tomo una hoja de papel y escribo lo siguiente.

No se quien sea, ni porque hace esto, pero de nada sirve que siga con este juego, pues solo pierde su "valioso" tiempo.
En cuanto a mi respuesta.
Es (EL CORAZÓN)
pero eso es algo que no se puede robar, pues es muy difícil hacerlo y mas si solo conose a esa persona por un corto tiempo.

Así que le pido de la forma mas amable que no siga con esto, no quiero recurrir a la policía.

Fue lo que escribio en la carta. No quería sonar muy grosera, así que todo lo escribio de una forma cordial.
Pero eso no era el problema, el problema era, ¿adonde enviaría su respuesta? No había una dirección o algo así.
Estando ella sumida en sus pensamiento, al oir que tocaron la puerta t/n salto del susto., se levantó de el sofá y fue hacia la puerta, se quedó viendo fijamente la puerta; como si al momento de tocarla esta se pueda caer o algo malo le fuese a pasar.
Con mucho miedo, tomo la perilla de la puerta y la abrió. Se topo con un muchacho, el cual parecía ser de su edad.
— hola, buenas tardes — hizo una pequeña reverencia.
— ha hola, ¿que sucede? — preguntó algo confundida.
— mi nombre es choi y me dijeron que usted me entregaría una carta — Aquel muchacho traía consigo una mochila negra, una sudadera roja y unos jinks color negros, en cuanto a los zapatos esto eran de color rojos al igual que la sudadera.
— ¿una..., carta? Preguntó algo confundida.
— si así es ¿la tiene? Se inclino un poco hacia delante, como esperando la respuesta a su pregunta.
— ha si, si, un momento - entro de nuevo a su casa, tomo la carta la doblo y se la llevo a choi.
— gracias — tomo la carta. — con permiso. Se giro para irse.
— oye espera — le hablo a choi antes de que este se fuera.
— que sucede? Se giro a verla.
— quien te mando por ella?
— si te lo digo, sería trampa..., ¿no es así? Sonrió.
— por favor, tienes qué decirme. Su expresión era de preocupación.
— no te preocupes, lo conocés bien o así fue hace años, además estas mas cerca de él de lo que crees. Se giro para después seguir caminando eh irse.

Cerré la puerta con fuerza pues sentía demaciado enojo, ¿porque aquel hombre creería que yo lo conozco...?
— tal vez esa pulsera significa que lo conocí a base de esa figurita de la camara. Se dijo ella misma. — pero yo jamás conocí a alguien que tuviera una camara..., esto esta de la patada.

Carta de un psicópata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora