La llegada

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"¡Apresurate!"; Ella dijo casi gritando "¡Vamos a llegar tarde!"; Ana Silva. Típicos, deliberados, desplantes de ella, pensé, es mi madre y aun esto no me he acostumbrado a sus cambios repentinos de humor, pero probablemente es en eso en lo que más somos similares, además de los rasgos físicos claro, con su falsa amabilidad tardía; mas sin embargo quizá su grito estaba justificado, porque ella estaba en lo correcto, naturalmente llegaríamos bastante tarde, pero eso era exactamente lo que quería. Estaba acostada en mi cama reflexionando que este preciso momento iba a ser mi último estando aquí en mi habitación, en mi casa, en Zúrich en Suiza y si, estaba intentando llegar tarde en un desesperado intento de permanecer al menos unos instantes más, no porque no quisiera irme del lugar en cuestión o porque no quisiera llegar al destino predeterminado; era algo más, un extraño sentimiento de nostalgia indeseada que me corrompió cada pensamiento desde hacía días, en realidad en cierta forma estaba ansiosa por llegar y ayer por la mañana me convencí de que me emocionaba la idea de ver a mis padres que no había visto desde hace meses.


Hoy mi madre había venido hasta acá a recogerme, porque no quería que llegara yo sola, mi padre en cambio pensaba que no había peligro alguno, aun así había prometido venir pero había roto su promesa debido a que cosas importantes se cruzaron en su camino y creyó que al menos uno debería quedarse, seguramente aquella es una de las principales razones por la cual se separaron mis padres. "Denis Grosso", es un hombre rompe promesas, y esto no significa que sea un mal padre en lo absoluto, para ser honesta cuando mi madre se fue, y creí que jamás regresaría y yo asegure que era mi culpa o quizá la de mi padre nunca se lo dije pero el simplemente dedujo lo que pensaba y me dolió bastante cuando mi madre no llamo en todo el mes y el significo tanto para mí, lo que dije antes era tan solo un hecho, un defecto que el tenia y que al igual que el yo lo había deducido, y estaba segura de que era un hecho.


Me asustaba la idea de tener que enfrentarme a ese nuevo mundo que había estado siendo parte importante y yo no le había dado el tiempo de reflexión porque los hechos eran más grandes de lo que estaba preparada y aunque ayer hubiera pensado mientras estaba en la última clase que tendría en esa escuela totalmente ajena a mí, y quería tanto salirme de allí pero entonces que era lo que verdaderamente me retenía. Ir a México y ser parte de la fiesta antes del estreno de la película era todo lo que quería; pero esta dicha era como la de aquellos que cuando la tan esperada oportunidad de culminar su amor por fin llega, el amor simplemente se disipa en ambos corazones de la misma fugaz forma en que apareció en primer lugar.


Hoy era catorce de enero del noventa y siete e iría a México por 6 semanas para luego mudarme a América por siempre, ese era el plan que mis padres habían estado preparando tan meticulosamente desde hace meses para que yo pudiera formar parte de su mundo, ambos trabajan en la industria del cine y mientras mi padre es guionista, mi madre es directora de cine, de hecho, según me conto mi madre una vez; mis padres se conocieron en la universidad de cine de L.A. Ellos vivieron esa parte de su vida juntos y luego de desilusionantes opciones en sus carreras decidieron casarse, creo que aquella fue una mala decisión pero no sería capaz de decírselos nunca, pasar tiempo en México el país de mi madre, donde yo nací y también donde obtuve los primeros aprendizajes de la vida común de un ser humano; se volvió mi casa hasta los 5 años que se decidió mudarse a Suiza de una manera fija debido a que la madre de mi padre creyó que ya era hora de conocer a su nueva familia y que en sus propias palabra "era ora di tornare a casa" desde entonces viví la mayor parte de mi vida yendo de país a país, a veces visitaba a México en días especiales o en las vacaciones navideñas o de primavera, acostumbrarme a este estilo de vida fue difícil, no era capaz de formar frases completas de una manera correcta y sin que se me cruzaran los idiomas que mis padres tan vivazmente querían que aprendiera, el italiano de mi abuela, además de que era otra de las lenguas oficiales del país, como el Francés o el Alemán, y luego estaba el español por mi madre además del inglés, y a pesar de que años atrás hubiera preferido quedarme en un solo país porque hacer amigos me costaba, se reían de mi porque no sabía hablar correctamente, hacer amigos aun es un problema, pero supongo que ahora el problema soy solo yo. Pensar que no pertenecía a ningún lado por completo también fue difícil, pero uno aprende a entender aquellos pequeños problemas personales y sobrellevar el exceso de odio propio.


Después de la separación de mis padres, mi madre se alejó un tiempo y se fue a Estados Unidos en donde comenzó a intentar de nuevo en la industria del cine hasta que la oportunidad finalmente surgió, luego de unos años, y el proyecto en el que ella y aunque no lo quisieran así, mi padre, habían estado trabajando desde hace años; su bebe por fin vería la luz, pensé.


Ahora tengo dieciocho años y había dejado de visitar el país desde que mi madre se fue a Estados unidos, tenía catorce años la última vez que lo visite y ahora me viene a causar este nerviosismo volver, como si hubiera olvidado como andar en bicicleta y no, claramente no es un sentimiento de pertenencia al país es algo más, ni siquiera tengo amigos partidarios más bien estoy sola y he aprendido de la mejor forma que he podido a sobrellevar mi soledad como la mayoría de la gente hace cuando alcanza una porción aunque sea baja de madurez emocional, entonces un pensamiento desprevenido cruzo mi mente, tengo dieciocho años los cuales significan como mi abuela me solía decir "niente", quizá tenía razón ya que si llegase a vivir ochenta años esta parte de mi vida sería mínima y no significaría nada para nadie, entonces ¿Porque temerle a lo nuevo? ¿Cuál era el sentido de temerle a lo que sea? Aquel pensamiento se apodero de mi de una forma que ni siquiera había previsto y se mantuvo así hasta que, en el auto para llegar al aeropuerto, me volví a sentirtemerosa de nuevo, más sin embargo con un aumentado sentimiento de emoción que yo confundí con ansiedad por un instante.

El desfallecimiento Where stories live. Discover now