Capítulo 1: Sin salida

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Por Riku

Ya solo me faltan las perlas arcoíris más importantes, la roja, la dorada y la que espero con más ansias, la plateada.

Dicen que lo mejor se deja para el final, así que me dirijo primero con Jyubei para encontrar a la caza recompensas. Planeo alejarla ofreciéndole un par de bolsas de oro.

Llego a la tienda de cadáveres con una sonrisa, pero me llevo una sorpresa cuando encuentro ahí a la señorita Towa, así que mi sonrisa se hace aún más grande.

-Princesa, ¿Qué haces aquí sin tu hermana?

-Tenía una misión con los exterminadores, algo sencillo, así que vine a ver como puedo obtener información sobre la mariposa de los sueños.

-Tal vez yo pueda ayudarte si me acompañas.

La señorita Towa puede ser muy ingenua, ella confía en mí, creo que tengo ese don, especialmente con las mujeres. Después de todo Zero también confía en mí, sin saber que jamás pienso entregarle las perlas.

-Escuché que hay una montaña donde viven las mariposas, pero debemos ir de inmediato para regresar antes del anochecer.

-Quería ir por Setsuna y Moroha, pero perderíamos tiempo, después de todo voy contigo. Tu me ayudarás si hay problemas, ¿Verdad?

-Claro que sí princesa

Ella me sonríe al escuchar la respuesta. Su sonrisa es cálida como el sol, su rostro se ilumina y hacen brillar ese par de ojos color rubí que adornan su rostro.

-Takechiyo, llévalos a donde te pidan - Ordena Jyubei

Prefiero mantener la vista al frente, en ocasiones pienso que ella me distrae de mi objetivo y es algo que no voy a permitir.

Después de un rato llegamos a la montaña, en realidad si he visto mariposas ahí, aunque no se encuentra la mariposa que la princesa busca.

-Takechiyo, lo mejor será que regreses. Jyubei puede necesitarte.

Por fortuna la señorita Towa no se opone y Takechiyo se va con gusto.


Me quedó viendo a la montaña, algo luce diferente.

-¿Pasa algo?

-No princesa, simplemente recordaba este lugar diferente, pero debe ser mi imaginación.

Seguimos caminando al pie de la montaña y de pronto nos encontramos rodeados de enormes muros de roca. Miramos hacia atrás y aún se puede ver la salida, giramos hacia el frente y parece un laberinto con muros y caminos.

La señorita Towa empieza a buscar en su mochila. Ella siempre es tan creativa, inteligente y dulce. ¡No! ¿Qué estoy pensando?

-¿Riku? Te estoy hablando - Alcancé a escuchar su voz que me sacó de mis pensamientos

-Te estoy escuchando, me decías algo sobre esos dulces que tienes en la mano.

-Sí, vamos a hacer un camino con las gomitas para saber por donde regresar en caso de que no encontremos una salida. Como son pocas, solo pondremos una en cada lugar donde se divida el camino.

-Brillante idea, ¡Vamos!

La tomo de la mano y empezamos a caminar, me doy cuenta que no la he soltado , así que lo hago.

-Todo se ve igual, solo hay rocas, tierra y césped.

Me dice ya fastidiada de ver el mismo paisaje y parece que no hemos avanzado nada en todo este tiempo. ¡Hasta enojada se ve hermosa!
Ha lanzado un soryuha y no ha hecho ni un rasguño a las paredes de roca.

-Salta sobre mis hombros, tal vez así encuentres una salida - Le digo para tratar de tranquilizar su desesperación.

Me paro firmemente en el suelo, Towa toma impuso desde una distancia prudente, llega a mis hombros y los usa como catapulta para saltar muy alto, pero los muros se hacen más grandes.

-Tal vez sea un hechizo extraño como el que utilizó Konton. Aunque no percibo ningún vórtice de energía demoníaca.

-Vamos a probarlo, podemos regresar por donde vinimos y ver que sucede - Le sugiero y empezamos a tomar el camino de regreso.

-¡No hay salida! - Grita Towa al ver que un enorme muro se encuentra en el lugar por donde entramos.

Es tanta su desesperación que lanza otro soryuha sin tener éxito.

-¿No vas a hacer nada para tratar de salir de aquí? - Me cuestiona con una mirada inquisidora

-Si ya lo intentaste, no creo que yo pueda hacer algo princesa. Mejor vamos a tomar otro camino para salir de aquí.

Nuevamente la tomo de la mano y la guio. En el fondo me alegro de estar aquí con ella, sería muy sencillo quitarle la perla plateada, así que detengo mi paso y ella hace lo mismo. Me paro frente a ella y la observo detenidamente

-¿Sucede algo? ¿Por qué me miras así?

Me pregunta nerviosa e incluso tiene un ligero sonrojo en su rostro. Nunca antes se había sonrojado, luce aún más linda que antes. No puedo evitarlo y acaricio su rostro mientras le sonrío.

-Estabas muy intranquila y estoy tratando de hacer que te relajes - Le digo

-C-Creo que necesitamos comer algo - Me responde tartamudeando

Busca en su mochila, saca algunos alimentos, una botella de agua, coloca una manta en el suelo y empezamos a comer.

-Igual al día que nos conocimos - Le recuerdo

-Cómo olvidarlo, me dejaste una Katana robada y tuve problemas por eso. Además me llamaste samurai

- En cambio lo que yo recuerdo es que me ofreciste alimento, aún siendo un extraño.

-Un extraño muy amable

Nuevamente me sonríe, ¡Que deje de hacerlo! No me puedo concentrar en mi objetivo. Tal vez deba arrebatarle la perla aquí y ahora. Me acerco a ella, nada va a detenerme, pero no contaba con que ahora ella es quien acaricia mi rostro.

-Tus ojos son como un par de esmeraldas - Me dice sin quitarme la vista de encima.

Necesito que se detenga, necesito que deje de mirarme así. Por fortuna mis plegarias son escuchadas, se siente la presencia de un par de ogros y ambos nos ponemos de pie esperando su llegada.

Los ogros vienen hacia nosotros, Towa se para frente a mí y les hace frente con su espada de energía demoníaca. No parece tener problemas así que no intervengo y ella los derrota. Sin duda le falta mejorar sus habilidades, no tiene oportunidad contra Zero o contra Kirinmaru. Solo de pensar que puedan hacerle daño me llena de rabia.

-¿Estás bien? - Me pregunta

-Claro, tu me protegiste princesa

-No creo que lo necesites, aunque nunca te he visto pelear pero me imagino que eres muy fuerte.

-Solo peleo cuando es totalmente indispensable.

-Eres muy misterioso Riku, me gustaría conocerte mejor.

-Tal vez no te guste quien verdaderamente soy.

-Tal vez yo no te agrado, no me encuentras interesante, por eso no me dices nada.

-Eres la persona más fascinante que he conocido, princesa

Le respondo tomando su mano, otra vez y puedo notar un sonrojo en ella. De pronto recuerdo, estoy aquí para obtener la perla plateada, ¿O debería ir primero por la roja, después la dorada y dejarla al final? Ella va a odiarme si le hago daño a su hermana y a su prima, ¿Y que me importa?

Seguimos caminando por el laberinto y empieza a llover. De inmediato corremos en búsqueda de refugio, por fortuna encontramos una estrecha cueva y nos adentramos esperando que pase la lluvia.


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