Capítulo 3: Transformación

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Por Riku

Ver el fuego me relaja, mi mente ha sido un caos desde que llegamos a este lugar y ya es hora de recuperar la compostura, aunque no dejo de pensar, ¿La señorita Towa quería que la besara? Yo lo hubiera hecho, por simple curiosidad. Y hablando de curiosidad, su personalidad es fascinante, debió heredarla de la señorita Rin, debe sentirse feliz de haber crecido con tranquilidad.

-Princesa, ¿Tuviste una infancia feliz? – Le pregunto sin preámbulo.

-¡Fui muy feliz!, crecí rodeada por una familia amorosa, con mi papá, mamá, abuela, bisabuelo y una hermana menor – Me dice alegremente - Crecí en un mundo pacífico, lleno de comodidades, cuyos problemas son insignificantes comparados con los que se presentan en ésta época – Explica mientras poco a poco su sonrisa se va desvaneciendo

-Entonces, ¿Por qué te ves triste? ¿Los extrañas? – Le pregunto curioso

-Los extraño mucho, pero esa no la razón de mi tristeza. Mientras yo era feliz y tenía todo a mi alcance, Setsuna crecía con dificultades, perdió sus recuerdos y sus sueños. Si no hubiera soltado su mano en aquél incendio, tal vez hubiéramos crecido juntas. También Moroha estuvo sola, mientras yo disfrutaba la vida con la familia de su madre, ella terminó vendida por su maestra y aún sigue pagando esa deuda. Ella merecía recibir todo el amor de los Higurashi. Si yo pudiera hacer algo, si hubiera estado a mi alcance, las tres hubiéramos crecido juntas como hijas de papá Sota, como hermanas– Su respuesta me dejó sin palabras por un momento.

Tuve una sensación extraña cuando vi una lágrima recorrer su mejilla. Me cuesta creer que alguien pueda sentir culpa por haber sido feliz. Atiné a sentarme a su lado y sin pensarlo la rodee con un brazo, ella se recargó en mi hombro.

-El pasado no está a tu alcance para cambiarlo, pero no puedes vivir con culpa– Le respondo para tranquilizarla.

-¿Qué hicimos mal para que tuvieran que separarnos?

-Sesshomaru cometió la osadía de enamorarse de una humana, igual que su hermano, igual que su padre – Pensé en voz alta y de inmediato traté de enmendar mi error- Pero tampoco es culpa de ellos– Agregué.

Nos quedamos sentados viendo hacia las estrellas, puedo escuchar su respiración y los latidos de su corazón que son más lentos. Al parecer ya se siente mejor.

Me parece impresionante que pueda tener esos sentimientos por la exterminadora y la caza recompensas. ¿Podrá sentir algo así de profundo por mí? Me gustaría tanto verla preocuparse por mí con esa intensidad.

De pronto escucho un gruñido y nos ponemos de pie. Otro enorme y débil ogro de roca llega hasta nuestra presencia. Bueno princesa, es hora de que me demuestres esas cualidades que te hacen tan especial. Pretendo estar distraído y dejo que el ogro me tome como rehén, me da un golpe en la cabeza, ¡Ouch! si me dolió pero se me ocurre una brillante idea, cierro los ojos y me dejo caer ante los cálidos brazos de Towa que me sostienen, siento su corazón agitado.

-Riku, despierta por favor. Dime que estas bien – Escucho su dulce voz, está preocupada por mí.

Me deja en el suelo y escucho lo que parece ser una batalla. En algunas ocasiones siento su presencia muy cerca, se coloca frente a mí cuando el ogro quiere golpearme, quisiera abrir los ojos pero no puedo terminar con mi perfecta actuación. Transcurren un par de minutos y se escucha silencio, ahora me está acariciando el rostro y el cabello, me río internamente de su inocencia, pero más debería reírme de mi mismo por permitirme llegar a esto. ¡Quiero más! Quiero saber hasta donde llegan esos sentimientos que ella tiene.

Baje completamente la guardia. No se en que momento sucedió pero algo salió debajo de la tierra, justo bajo mi cabeza, sentí el cabello húmedo y percibí el olor de la sangre.

-¡Aaaah! – Grité por el dolor

-¡Riku! ¡Riku! – Fue su temeroso grito lo último que escuché antes de perder el conocimiento.

*********
Por Setsuna

-Sus amigos entraron sin darse cuenta al laberinto – Explica la bruja – Ese lugar conoce sus más profundos e inconscientes deseos y de una u otra manera se los cumple. Es decir, aunque ellos busquen la salida, no la van a encontrar hasta que lo deseen profundamente.

-¿Corren peligro? – Cuestiono

-Tal vez, un poco. Todo lo que suceda ahí adentro depende de ellos.

-¿Y si abre la barrera para que todo termine y ya? – Pregunta Moroha

-B-bueno yo no puedo hacerlo – Dice tímidamente la bruja – Está tan bien hecha que no puede ser destruida, pero no se preocupen, cuando sus amigos quieran salir van a poder hacerlo.

-Vamos a acampar aquí – Dice Kohaku – Esperaremos a que salgan

No puedo aceptarlo frente a los demás, pero me preocupa Towa, puede ser muy ingenua, se deja llevar por las emociones, le cuesta mucho entender las dobles intenciones y no estoy segura de confiar en Riku. No tengo otra opción más que esperar a que pueda resolverlo sola.

**********
Por Towa

Podía percibir que la respiración de Riku se encontraba estable, pensé que en cualquier momento despertaría, pero de la nada salió un pequeño monstruo justo bajo su cabeza, parecía estar hecho de metal, y su filosa mano, tan puntiaguda como una espada, estuvo a punto de incrustarse en su cabeza, por fortuna se distrajo viéndome y lo rozó por un costado, alcanzando a hacerle una herida.

No tengo tiempo de evaluar la gravedad de su herida. Empiezo a defenderme de los ataques pero parece inútil, no tiene energía demoníaca que pueda absorber, tampoco puedo cortarlo con la espada, parece que todo su cuerpo fuera de metal. Al menos puedo mantenerlo distraído, así no le puede hacer daño a Riku.

Mientras esquivo sus golpes, trato de pensar en una estrategia, si es metal se puede fundir. Me acerco a la fogata y lanzo un ataque del el dragón azul que se mezcla con el fuego y el monstruo queda muy herido. Suspiro aliviada y me preparo para terminarlo con otro ataque, el monstruo se mueve y yo lo ataco, logro exterminarlo, pero no había notado que se acercó demasiado a Riku y alcanzó a recibir daño.

Me acerco corriendo, me recargo en su pecho y no puedo escuchar sus latidos ni su respiración. Me desespero, grito, no se que hacer, me duele, me duele mucho haberlo lastimado, no fue mi intención, ya no puedo pensar, veo mis manos y comienzan a crecer garras, siento que me arden los ojos y me duele la cabeza, me alejo de Riku, veo todo nublado…

*
Por Riku

Desperté rápidamente de mi desmayo, un monstruo tan insignificante no podría hacerme daño, pero prefiero permanecer así un momento más para dejar que la señorita Towa resuelva la situación.
Fui golpeado por un poco de su poder demoníaco y me pareció buena idea bajar mi ritmo cardíaco, un yokai lo notaría pero un hanyo no. Ahora si voy a saber que soy para ella.

Abro los ojos cuando me doy cuenta que la princesa Towa está gritando, me pongo de pie y la veo completamente perdida, su sangre demoníaca la domina, y todo ha sido mi culpa. Quería saber quien soy para ella y ahora no sabe ni quien es ella misma.

Empieza a atacarme y no puedo responderle, no quiero hacerle daño, me dedico a esquivarla. Se dice que si a un hanyo lo domina su sangre demoníaca va a luchar hasta perder su corazón y finalmente morir peleando. No puedo permitir que Towa pierda su corazón tan puro, tan especial.

Yo no quería llegar a esto, no me estoy divirtiendo. Divertido fue cuando Homura se quemó a sí mismo porque la humana Tamano no lo amaba.

-¡Princesa Towa! Por favor escúchame – Le grito – Estoy aquí y estoy bien – Towa Higurashi mírame – Le pido mientras me acerco cuidadosamente – Vamos a salir de aquí juntos, vas a ver a Setsuna y Moroha y después van a ir con la familia Higurashi, así como lo querías.

Al escuchar mis palabras detiene los ataques y aprovecho para acercarme lo suficiente, la rodeo con mis brazos y ella trata de soltarse, la abrazo más fuerte, después la veo a los ojos, lentamente termino con la distancia que separa nuestros rostros y decido unir mis labios con los suyos, no creo poder llamarlo beso, fue más como una ligera caricia labio a labio.

Ella regresa poco a poco a la normalidad, me mira y sonríe.

-¿Estás bien? – Me pregunta con esa dulce voz y su cálida sonrisa y me abraza con mucha fuerza, puedo oler la sal de sus lágrimas - Pensé que te había lastimado o matado- Me dice entre lágrimas

-Ahora que reaccionaste, ya estoy bien – Le respondo

-Creo que necesito dormir un poco, me siento cansada – Logra decir antes de ser vencida por el sueño y caer nuevamente en mis brazos. La llevo hacia la manta y la recuesto.

-Duerme princesa – Le susurro y me siento a su lado – Yo cuidare tus sueños

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