EL PUEBLO DEL QUE NADIE NUCA SE VA
Elizabeth
sonó el despertador, he irónicamente no me despertó, esa noche no había podido dormir bien, demasiadas cosas rondando en mi cabeza, me había pasado la mitad de la noche contando los pequeños desniveles del gotelé de la pared, me preguntaba si había hecho las cosas bien, ¿sería esta la decisión correcta?, vale la pena arriesgar todo para volverla a ver a ella y a mi pasado... y así pasó la noche, divagando en si mi incorregible curiosidad me llevaría alguna vez por buen camino. Me levanté, hice la cama arremetiendo sabana y colcha bajo el somier con mucho cuidado, con tal de que esta quedara perfectamente estirada, me mire un segundo al espejo, he intente peinar con las manos mi cabello, que en estos momentos se podría comparar con la melena de simba, me rei de mis ocurrencias mientras bajaba por mi desayuno, encontré a mi madre, Zelda, con un café enfrente del televisor buscando nuevas maneras de mejorar su aspecto, en los, para ella elocuentes comentarios de una señora mayor del canal de belleza que mi madre tanto adoraba, No diria que mi madre es fea, (aunque no estoy segura de si alguien diria eso de la suya), tiene su cabello teñido de un rubio platino, y si te fijabas todavía se pueden ver sus raices de color chocolate, tiene unos bonitos ojos color azul claro, nariz aguileña y la cara "embadurnada" de maquillaje,una camisa blanca y un traje de chaqueta y falda de un sobrio azul prusia, siguiendo su estilo elegante y conservador, definitivamente mi madre no necesita mejorar su aspecto, necesita cambiarlo, es su forma de protegerse de sus recuerdos, de su dolor, cubriéndolo con maquillaje, con falsedad, pero pese a todo no puedo culparla, todo lo que pasó en aquel entonces la cambio mucho, ya no es la que era y se que no lo será y en el fondo se que soy más parecida a ella de lo que quiero ver o creer, al fin y al cabo es inevitable. Tristes recuerdos cruzan mi mente y agito mi cabeza para despacharlos, no es el momento de estar triste ya que hoy será mi primer dia de universidad, en la facultad de mí antigua ciudad, la ciudad donde vivía antes de que mi madre me sacara de allí...- buenos días - la salude sin esperanzas de que me devolviera el saludo, y cumpliendo con mis sospechas no lo hizo, ella seguía resentida conmigo por haber elegido ir a esa universidad, podía entender, que no era el gran gozo para ella el hecho de que volviera a ese lugar, ya que para ella, allí había acabado todo, pero para mi no, yo tenía dudas, preguntas sin respuesta y sobretodo estaba ella...
me acerque hacia la demacrada y oxidada tostadora roja y puse un par de tostadas en su interior mientras sacaba de la nevera la mermelada de arándano y la mantequilla, la tostadora marcó el fin de su trabajo con su original sonido mecánico haciendo que las tostadas salieran disparadas por los aires para caer en un plato. Una vez preparadas me acerque hacia mi madre y coloque una tostada en la mesa donde estaba ella- mama, no es bueno que solo desayunes café- dije casi con temor dándole un beso en la mejilla, desayuné, me asee, y corrí a mi cuarto, abrí el armario, y me dispuse a cambiarme, una vez vestida, guarde en mi mochila una chaqueta vaquera con forro de borrego en su interior, y algún que otro parche de banderas provenientes de lugares que desconozco, la verdad nunca he viajado, no tengo dinero suficiente , es mejor acurrucarse entre mantas soñando con viajes y historias de otras personas palpadas en finas hojas de papel, que enfrentarse a la cruel realidad, esta chaqueta era de mi padre él no era como yo, o mas bien como mi madre, era valiente, aventurero como ningún otro, un ser libre, y quizás solo quizás por eso nos abandonó, nos abandonó frente al sentirse enjaulado por la inquieta mente de mi madre, por su ambición de ser perfecta, de que todo y todos seamos perfectos... pero a decir verdad no lo sé, solo tenía siete años cuando se fue.
Me mire al espejo quedando satisfecha con mi reflejo, mi belleza es "normal" hi ha decir verdad nunca he destacado por ella, también es verdad que no pongo interés , no soy de esa clase de chicas que se arreglan para ir a fiestas y se preocupan por su aspecto, yo no soy así, sin padre, y con mi madre matándose a trabajar por mantenernos, tuve que crecer, así que nunca pude ser una adolescente normal, tenía que estudiar para empezar a trabajar lo antes posible y ganar un sueldo con el que pudiera sustentarnos a mi y a mi madre, siempre echo todo entorno a esta causa, nunca me he preguntado lo que quería para mi, era impensable , y creo que esa es una de las razones por la cual me pone nerviosa ir a la universidad, el hecho de que es elección mia, y me aterra equivocarme, no haber hecho lo correcto y defraudar a mi madre... Volví a mirarme en el espejo con la esperanza de acallar mi mente. Soy de estatura promedio, con un pelo anaranjado, como las copas de los árboles en el ya próximo otoño, tengo los ojos celestes al igual que el cielo en un dia de verano, y las pestañas largas y espesas , mi tez es pálida y mis labios son de color rosado, como si mi boca hubiera sido testigo del deleite de las cerezas del comienzo de primavera.
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Me Alegro de Volver a Verte
RomansLizy y Emili, se conocieron en su adolescencia, abrumadas por sus oscuros pasados, se refugiaron en su pequeño romance, ocultándose mas de lo que creían... Después de tantos años se encontraran de nuevo en la universidad, saldrá la verdad a la luz...