Un Día en Montecristo

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"¿Cómo puedo enseñarles a mis hijos a valerse por sí mismos?" pensaba preocupado Gabriel, ese problema no le dejaba dormir desde hacía un buen tiempo.

 - ¡Ey, Gabriel! - levantó la voz Alejandra haciendo que este despertara de sus pensamientos, Gabriel volteó a verla, miró a sus hijos, a su madre y sonrió. Estaba muy agradecido, por permitir que su madre siguiera con vida, por vivir con la mujer que más amaba y por tener tres maravillosos hijos, "Ahora es mi deber prepararlos para mostrarles la verdad detrás de los muros, pero necesito encontrar el modo".

-Hijos míos, ¿cómo les fue hoy? - preguntó Gabriel.

Y así, entre risas, preguntas y otras cosas pasaron las horas y ya era momento de dormir.

-Hasta mañana madre - se despidió Gabriel de Roxana.

-Hasta mañana hijo, descansen nietos - contestó la abuela.

Alejandra se despidió con un gesto y llevó a sus hijos a su dormitorio, al entrar Gabriel la vio arropando a sus hijos mientras tarareaba una melodía, su voz era suave, dulce y alegre... Después ellos estaban preparándose para dormir.

-¿Te sucede algo Gabriel?

-No... nada por lo que alarmarse...

-Te conozco desde la secundaria - dijo abrazandolo por la espalda - dime que es lo que pasa.

-Nuestros hijos... qué pasará cuando nosotros... no quiero imaginar si un grupo como los gendarmes invada Montecristo en nuestra ausencia... NO SABEN NADA DEL MUNDO EXTERIOR, se que son niños pero... tengo que encontrar la forma de decirles sin que les choque.

-Lo se... pero también sé que encontrarás la forma de decirles, además... cuando ya no estemos ellos ya estarán preparados, no te preocupes, nuestros hijos y los del resto de Montecristo estarán bien.

Él volteó para mirarla, hermosa, sincera y serena en este tipo de momentos, sus ojos cafes mostraban el reflejo de un alma bella.

-Te amo, nunca me alejaré de tu lado - dijo Gabriel mientras le daba un beso.

-Yo también - dijo Alejandra mientras acariciaba el rostro de su amado.

-¡Mami! no puedo dormir... - dijo la pequeña Roxan - ¿puedo dormir contigo mami?

-Sube hija - dijo Gabo.

Al día siguiente (Domingo para ser exactos) los niños estaban bien vestidos y en fila se dirigieron a una vieja capilla, al llegar a la inmensa puerta vieron a un hombre vestido de un hábito negro, los niños saludaron a coro.

-¡Buenos días padre Samuel!

-Hola - y empezó a nombrarlos uno por uno - Fernando, Josué, Roxan, Isabell, Mafer, Enrique, Arturo, Susan, Beatriz y Abel, ¿se portaron bien esta semana?

-¡Si! - contestaron los críos.

-¡Muy bien!, como cada domingo les traigo una historia de la biblia: David y Goliat.

-¡Eeeeeh! - celebraron los niños.

Y el Padre empezó a contar, la historia llevó a los niños a una era de guerras épicas y reyes sabios, todos quedaban atrapados en ese mundo, hasta la tía Lucy se quedaba medio soñando pues la forma de contar del Padre Samuel era única. Apenas terminó la historia salieron disparadas las preguntas de los niños.

-¿Entonces David fue elegido por Dios para derrotar a Goliat y reinar Israel? - preguntó Beatriz (hija de Frank y Sharon)

-Así es - respondió el Padre algo cansado - bueno niños, esa fue la historia de la semana, para el próximo domingo tenemos... emmm ¡José en Egipto!

-¡Bravo, hurra! - gritaron emocionados los chiquillos.

-Hasta mañana niños, pórtense bien - se despidió el padre.

-¡Hasta mañana Padre Samuel! - contestaron como soldados los mocosos.

-Y mientras iban de regreso a la hacienda dos niños jugaban.

-¡Yo soy David! -gritaba Enrique dando saltitos.

-¡NO!, ¡yo soy David! - gritaba Arturo, este par de gemelos siempre discutían por todo, a sus cinco años ya sabían de su parecido y hacían bromas cambiandose de ropa y de nombres provocando confusiones y la cólera de sus padres Oscar y Zoey.

-Ninguno de los dos sería David porque no es pequeño ni sonso como ustedes - dijo Isabell (hija de Antonio y Brenda) burlándose de los gemelos, con seis años de edad era la mayor de todos, demostrando una madurez mayor siendo solo menor Fernando por diferencia de días.

-Ya niños, vayan a sus casas, despidanse y descansen - dijo Lucy también cansada por el largo día.

Al llegar a su casa, Isabell pasó a saludar a su padre.

-Hola papi -dijo tímidamente.

-Hola pequeña - respondió Antonio - Brenda, amor nuestra hija ya llegó.

-Mi niña, ¿cómo estuvo la historia del Padre Samuel?

Isabell, un poco pensativa dijo:

-Solo sé que no debo subestimar a mi rival - dijo... ¿Qué sabía ella de rivalidades si solo tenía seis años?

Sorprendidos sus padres la abrazaron y cuando la niña se quedó dormida Antonio le dijo a Brenda.

-Es muy madura para su edad ¿no crees?

-Sí, pero... aún estoy preocupada por su futuro y del resto de los niños.

-También me preocupa eso, pero tiene amigos, solo no llegaría muy lejos... Tendré que hablar con Gabriel, necesitamos una solución YA.

Se acostaron para dormir...

-Hasta mañana Antonio.

-Hasta mañana amorcito.

"CUARENTENA" Secuelas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora