Esa noche mientras Su estaba llorando desconsoladamente y Fernando y el resto de la banda estaban preocupados por los últimos eventos, en una habitación oscura en alguna parte de Montecristo, JD se estaba limpiando la mancha de tinta roja de su piel, a su lado estaban Flor y Lucy discutiendo todas las consecuencias que tendría si siguen con el plan de Gabriel.
—Esto se está saliendo de control, debemos parar con esto inmediatamente Cariño —Dijo Flor preocupada.
—No podemos desobedecer las órdenes de Gabriel y Antonio, y menos ahora que casi llegamos al clímax —respondió JD, en el fondo sabía que su esposa tenía razón.
Todo parecía que se iba a salir de control en cualquier momento, y que los jóvenes estarían poco a poco hundiéndose en la ira y decepción, pero tenían que seguir con el "exámen" o de lo contrario no podrían saber si sus hijos estarían listos para conocer el "verdadero" mundo exterior.
—¡¿Maldita sea, acaso quieres que tu hija mate a Lucy?! —gritó Flor, estaba cansada de seguir con la farsa, para ella tanto las vidas de su hija y sus amigos como de Lucy estaban en riesgo —Está bien... confío en tí Flor y tu Lucy pero por favor no te excedas, cuidate, en estos momentos Fernando te debe estar buscando para meterte su sable en la garganta.
Lucy solo asintió y salió de la habitación, moría por dentro, ¿cómo pudo aceptar esta idea? Ahora era el objetivo de sus amados hijos y sabía que si no se cuidaba moriría.
MIENTRAS TANTO en el Caserío la banda estaba dando los últimos detalles a su plan para matar a Lucy y terminar con este infierno.
—Ya saben lo que tienen que hacer —concluyó Fernando —ahora solo nos queda esperar que muerda el anzuelo y antes de que lleguen nuestros padres estará muerta.
—Descansen chicos —añadió Isabell —es mañana o todos estaremos muertos en el resto de los días.
Todos entonces aseguraron la habitación, cada resquicio, cada posible acceso fue sellado, pronto todos estaban en los brazos de Morfeo, sin embargo algunos no podían dormir. Isabell escuchó pasos y el crujido de la puerta, se abrigó y salió, en la puerta principal del caserío estaba Fernando sentado con un cigarrillo en la mano, antes de que ella le dijera algo, él reaccionó y la tomó desprevenida.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Fernando después de soltarla —sabes que es peligroso estar aquí.
—Eso debería decirlo yo, dices que es peligroso estar solo y tu eres el primero que se va sin decir nada —respondió ella en tono serio.
—Ains... no puedo dormir con tantos problemas en la cabeza, recuerdo que nuestra abuelita Roxana nos enseñó a estar alertas en todo momento —y mientras le acariciaba suavemente el rostro a su amada seguía —tengo miedo, miedo a que el plan no funcione, a que te pase algo, a que todo Montecristo desaparezca, no sé qué pasará...
—Yo tampoco, pero de lo que estoy segura es que no permitirías que me pase algo — dijo Isabell tranquila —confía en tus hermanos, en todos tus amigos, todo saldrá bien.
—Mira la luna —trató de cambiar de tema Fernando —las estrellas que dejan ver todo como si fuera de día pero algo...
En ese momento Isabell lo besó, era todo lo que Fernando necesitó para estar tranquilo, un beso que lo sacó de sus pensamientos, que lo hizo volver a entrar en sí.
—Te seguiré a donde quieras.
—Yo también.
—Y yo.
Ambos saltaron hacia atrás agarrando sus sables, era Lucy que había estado escuchando desde hace unos minutos —No se asusten, solo he venido a hablar con ustedes.
—No hay nada de qué hablar —respondieron los enamorados y se lanzaron contra Lucy, ella solo esquivaba los ataques uno y otro hasta que pasó, el sable de Fernando le hizo un corte en el brazo e Isabell en ambas piernas.
—Yo... solo quería hablar...—dijo Lucy antes de lanzar un pequeño sobre explosivo al piso.
No hubo explosión pero sí mucho humo, después Lucy desapareció.
Algo no andaba bien ¿por qué se dejó atacar? ¿es que acaso decía la verdad?, ambos jóvenes estaban pensando en qué demonios ocurrió, pero era mejor que escapara malherida a que los mate. Regresaron a la habitación para dormir tranquilamente, habían vencido a la mujer que ellos creían invencible
—Lo hicieron bien... —dijo Lucy —pero aún les falta precisión en sus cortes.
La sangre de sus heridas dejaban un rastro rojo pero a ella no le importaba, se enmendó y siguió caminando bajo la intensa mirada de alguien.
—Sal de ahí, sé que me sigues —dijo señalando a una roca, de la sombra de esta salió una figura —no me perdonarás lo que le hice a tu padre... ¿verdad Susan?.
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"CUARENTENA" Secuelas...
Ficción históricaNiños corren alegremente por el basto territorio de Montecristo pero aún no saben lo que realmente paso hace más de veinte años, no tienen idea de como se ve el mundo tras los muros de su imponente hogar. No saben que sus días de felicidad estan con...