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El que yo conozco
Después de la muerte de Fred, Thalia estaba destrozada, no quería comer, no quería dormir simplemente no quería nada, lo que más extrañaba a la castaña era que George no parecía tan triste pero lo dejo pasar.
Ahora se encontraba en el sofá de su casa, con lágrimas en los ojos aún recordando a su novio, Fred.
Se escuchó como tocaban la puerta así que con mucha pena, y los ojos empañados en lágrimas abrió la puerta encontrándose a Harry, Hermione, Ron y George
-Thalia... -susurró Hermione al ver a la chica en ese estado
La mayor se izo a un lado para dejar pasar a los chicos.
Una vez sentados se hizo un silencio tenso que interrumpió George
-Thalia, creo que deberías dejar de llorar por Fred, a el no le gustaría que lo hicieses -Thalia levantó la mirada furiosa
-¡No puedes decirme que deje de llorarle a Fred, no tienes el más mínimo derecho!¡Que tu no llores por la muerte de tu hermano no te da el derecho a que me digas que yo no lo haga!¡Es como si Fred estuviese vivo! -a la última frase el mayor de los Weasley en esa habitación se tensó
-Yo... creo que deberíamos irnos -George salió de esa habitación velozmente, seguido de los otros tres adolescentes
Thalia se tiro al sofá a seguir llorando, mientras George no podía seguir mintiendo, le rompía ver a su mejor amiga así, sabía que la estupidez de Fred acabaría con muchas consecuencias y una de ellas era destrozar a la querida novia de Fred
Al llegar a la madriguera, el Weasley subió a su habitación, para escribir en una carta unas simples palabra
"Tenemos que terminar con esto ya"
George.
Acto seguido cogió una corta cuerda y ató la carta a la lechuza de su hermano Ron, Pig.
-Ya sabes a dónde va- le dijo con semblante serio.
El pequeño Pig salió volando por la ventana e inició su viaje. Segundos después George volvió a bajar al salón, dónde estaba toda su familia, Harry y Hermione, le miraban serios, como exigiendo una respuesta, algunos, tenían la cara roja y los ojos hinchados de llorar, ante esto él se sintió mal, realmente odiaba hacerle esto a su familia, pero era la decisión de Fred.
-¿Por qué?- se atrevió a hablar Ron, cortando un incómodo silencio.
-¿Por qué?- repitió George confuso.
-¿Por qué no lloras?- gritó Ginny a su hermano-¿Por qué no lloras por Fred?- al decir ese nombre algunas lágrimas rebeldes cayeron por el rostro de los allí presentes.
George les dedicó una sonrisa triste y añadió-Fred me hizo prometer que, cada vez que lo recordará, sonriera, yo sólo intento cumplir su voluntad- todos lo miraron pero no dijeron nada y él se fue a su habitación, justo en el momento en el que Pig regresó por la ventana con una carta en sus patas, George la leyó.
