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—¿Papá alguna vez le has tenido miedo a algo? —pregunto el pequeño rubio a su padre.
—No, nunca le he tenido miedo a nada —aseguró el rubio mayor.
—¿¡Thomas, de que mierda vas vestido!? —se escucho la voz de su mujer en la sala.
Newt pensó durante unos segundo para volver a responder.
—En realidad si que le tengo miedo a algo —susurro solo audible para su hijo.
—¿El que? —pregunto de la misma forma el pequeño Chuck.
—Hay una horrible bestia, con ojos hermosos, largos y ondulados cabellos llamado mamá —dijo con muecas y gestos exagerados haciendo reír al niño.
—¿Ha quien llamas tu bestia, eh? —al escuchar la voz de Vera se quedo de piedra mientras el pequeño sentía que en cualquier momento su padre saldría huyendo.
—Newt, Newt, Newt —cantureo Thomas negando con los brazos cruzados pasándose detrás de su hermana que al igual que el castaño estaba con los brazos cruzados y una ceja alzada.
Durante unos segundo el chico no supo que decir hasta que observo a Thomas, en la espalda llevaba una especie de alas de hada. El joven rubio tosió disimulando una risa, haciendo que su esposa lo vea peor. Vera suspiro alzando los brazos, contando mentalmente hasta diez.
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—¡Hola familia! —Minho entró en la habitación con unas gafas de sol, haciendo una pose bastante rara.
—Genial, nada más faltaba tú.
El pelinegro la miro soltando un silbido para girarse saliendo apresurado de la habitación.
—Mamá —hablo Chuck.
—Si cariño.
—Papá me dijo una cosa.
—¿Qué te dijo la bestia de tu padre? —Newt la miro ofendido, mientras Thomas soltaba un "Ja, en tu cara"
—Papá dijo que eras una bestia, pero ¿por qué? —la mujer alzo las dos cejas, cuando se dio la vuelta ninguno de los dos hombre que anteriormente estaban con ellos, ya no se hallaban allí.
—Buenas noches cielo —Vera beso la frente de su hijo con ternura.
Antes de salir por la puerta se giro a ver al niño una última vez viendo como el pequeño rubio se ponía unas gafas de sol que el tío Minho le había regalado por su quinto cumpleaños, soltó una risita para salir por fin.
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Se dirigió al salón, se acostó en el sofá mientras leía un libro que había cogido de la estantería anteriormente.
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Newt entró a su casa, estaba cansado de oír las tonterías que decía Thomas, entre ellas, que era una linda mariposa. Al entrar al salón encontró a su mujer durmiendo con un libro encima de su pecho.
Suspiro enamorado, para coger a la castaña en brazos y llevarla a sus brazos, la recostó en la cama, mientras él iba a cambiarse.
Se acostó detrás de ella abrazando la protector mente, sintiendo como Vera se daba la vuelta y se aferraba a él, sacándole una sonrisa, la amaba tanto y apreciaba cada momento que vivía con ella, con su hijo, incluso con Thomas y Minho, adoraba a su familia.
