Cuentos de buenas noches para mi hermano

La noche y el día

Era una noche muy fría, tal vez la más fría de todas las noches-

 Y colorín colorado este cuento aún no se a acabo, Odin Dupeyron

La noche caía sobre el reino de Beatles, estaba teñida de un morado y un azul al mismo tiempo, era cielo despejado, con la luna llena brillando, debajo de aquel paisaje se encontraba el castillo donde vivía la familia real, los reyes y sus hijos, una princesa y un príncipe, entre los pasillos de aquel castillo una sombra se movía con agilidad hacía el cuarto del príncipe, sin muchos problemas logro entrar, cuando llegó junto a la cama poco a poco se agachó hasta quedar a su altura, fue así como se distinguió que traía una capucha, sacó su mano y tocó el brazo del príncipe.

—Olof— susurraron—Olof, despierta, Olof— Aquella sombra se trataba nada mas y nada menos que de la princesa, Olof se despertó aún soñoliento

— ¿Qué pasa? — Susurro también— ¿No puedes esperar hasta mañana? —

—No tonto—la leve risa de la princesa se escuchó— me voy hoy— al oír aquellas palabras cualquier tipo de sueño se esfumó, Olof se sentó de un brinco y miro a su hermana confundido

— ¿Te vas? —

—Sí, tengo que hacerlo pequeño travieso, pero no lo haría sin antes despedirme de ti y decirte unas cosas—

—Dime—

—El reino será tuyo—la princesa habló— yo no quiero la corona ni la deseo, así que te lo cedo a ti, dejaré un documento firmado donde diga que será tuyo, les dejé una nota a papás, ¿Pórtate bien si? —

— ¿Por qué te vas Amparito? — ella suspiro y le tomo la mano

—Debo vivir y hacer muchas cosas, no quiero quedarme aquí, pero te prometo que te escribiré todos los días, no pienso dejarte— el menor bajó de la cama y abrazo a su hermana— siempre estaré aquí—Amparo señalo su corazón

— ¿Podré visitarte? —Olof preguntó

—Todas las veces que quieras— le tocó el pelo y ambos rieron, Amparo lo cargó y lo regreso a su cama arropándolo con cuidado, le dio un pequeño beso en la frente, un apretón de manos y se despegó de ahí—Descansa Olof, te quiero—

—Yo también te quiero Amparito— y fue así como la princesa abandonó el castillo

A la mañana siguiente se armó una algarabía por todo el castillo, Amparo no estaba y no había noticias de a donde fue, los reyes tenían la carta, pero los demás no sabían nada, por lo que se encerraron en una junta de emergencia el consejero, el jefe del ejército y los reyes

—Si de alguna manera podemos describir a la princesa—dijo el consejero—es aventurera, estaba claro que no serviría para el trono, nos hizo un favor, ella no asume responsabilidades, nos basta con saber dónde está y mantenerla ahí, no la molestemos, ella lo decidió—

— ¡Es mi hija de quien estás hablando!, está en la obligación de quedarse aquí incluso sin el trono—bramo el Rey—

—No olvidemos que tú le dijiste que tenía dos opciones, ser exiliada o tomar el trono— la Reyna se sentía cansada, habían discutido mucho el tema del trono, ninguno de los presentes había reparado en que Olof los escuchaba desde una esquina del salón, se escabulló ahí para tener información de primera mano

—La señorita Amparo es muy inteligente, leyó las leyes completas de Beatles y encontró la solución, merece un mérito—Carrol, el jefe del ejército dio su punto de vista, mientras el Rey trataba de asimilar que tenía razón—

—La princesa escapo, renunció a la corona, dejó el reino y a su hermano solo, ni siquiera se dignó a dar la cara, ¿Y hay que darle un mérito? — reprochó Niss, el consejero

—Tenemos que buscarla y hacer que regrese, no voy a permitir que haga lo que quiera porque no puede — el rey habló

—Debe ser juzgada bajo las leyes de Beatles por traición—

—Así será Niss—

— ¡Dejen de tratar a mi hermana como delincuente! — Olof salió de su escondite para defender a su hermana—ella no está aquí para defenderse de todo lo malo que están diciendo, pero yo si estoy—

— ¿Qué haces aquí Olof? — Nashira, la reina y madre de los príncipes dijo

—Vine a ver que decían—

—Tú hermana cometió traición— contratacó Niss

—Amparo no cometió ninguna traición, Carrol mismo lo dijo, ella fue inteligente y consulto las leyes, no pueden juzgarla por algo que no hizo, y tú Niss, estabas diciendo que estábamos mejor sin ella, hipócrita— todos los presentes se asombraron ante las palabras del joven Olof

—Alguien saqué al príncipe de aquí—

—Dejen a mi hermana en paz— fue la respuesta de Olof

—La buscaremos— concluyó Niss

— ¡No! —

—Sáquenlo ya—

—Soy el próximo heredero al trono, tengo derecho a estar aquí— Olof tenía razón en cada palabra que decía, y antes de que alguien dijera algo él se adelanto

—Van a dejar a mi hermana en paz, nadie la va a buscar o a molestar, porque si alguno se atreve a hacerlo entonces van a perder a su próximo heredero al trono, y no solo eso, no tendré descendencia y los otros reinos consumirán Beatles— Todos quedaron callados, incapaces de decir nada porque el príncipe, tenía razón en cada palabra, y aún sin hablar todos estaban de acuerdo en que no se podían dar el lujo de perder a Olof como próximo Rey

—Está bien hijo—el rey cedió— llamen al consejo de segundo grado para la decisión— no pasaron ni 10 minutos cuando el consejo de segundo grado había llegado, en todo ese rato una sonrisa adornaba el pequeño rostro de Olof, camino al lugar que fue de Amparo y se sentó

—Mi hermana renunció a la corona anoche, dejó una orden firmada para que yo pasará a ser el heredero, ahora que no está yo asumiré su lugar, si el consejo me da el voto yo hablaré y decidiré por mi hermana y por mí, tomaré su trabajo y lo continuaré, cumpliré con mi deber con el reino y seré el Rey—

—Rey Kimura, ¿Está de acuerdo? — Charlotte la encargada de los decretos preguntó

—Estoy de acuerdo—

—Reina Nashira, ¿Está de acuerdo? —

—Estoy de acuerdo—

—Los que estén a favor de cumplir con lo que la princesa Amparo estipuló levanten la mano—

Y todos la levantaron, Olof fue feliz, ese día quedó más que comprobado que él podía reinar, porque los príncipes no eran niños normales, ellos sabían manejar bien sus cartas, y no iban a dejar que uno de los dos perdiera, porque las cosas eran así, si uno ganaba, los dos ganaban, si uno perdía, los dos perdían.