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me invitaste a cenar y no pude rechazarlo porque no te podía decepcionar de nuevo.
creí que estaría bien, si, eso hasta que el mesero llegó con el enorme plato repleto de comida, provocando que mi estómago se revolviera por completo, haciéndome pensar"simplementeno puedo comer todo eso"
me miraste ansioso, casi podía leer el "¿no lo probarás?" en tus ojos. cuando todavía dudé un poco más, dijiste "he notado que haz comenzado a cuidar tu peso desde hace un tiempo, pero... comer un poco hoy no te hará daño ¿o no?"
sonreí, porque al final si habías notado mi cambio y solo habías fingido ignorarme. tomé el tenedor mientras temblaba, imaginándome cuántas calorías podría haber en aquel plato de pasta. las pastas son carbohidratos, los carbohidratos engordan.
apenas tomé un poco y lo llevé a mi boca. podría oler y saber bien para ti porque comías por montones, pero a mí un solo bocado me revolvió el estómago casi haciéndome vomitar.
¿cómo es que puedes comer tanto y ser delgado al mismo tiempo? ¿por qué yo no soy igual?
fuiste al baño y aproveché para poner más de la mitad de la pasta que aún tenía yo en tu plato. al menos, ahora tenía una porción muchísimo más pequeña.
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