"Si Romeo no hubiese sido tan impaciente ni él ni Julieta hubieran muerto, pero claro, ¿cómo hubiese terminado la historia?" pensó Chiara cerrando el libro de teatro y apoyándolo sobre su pecho. La suave brisa de Vergetta recorrío el verde jardín acariciando las hojas esmeralda de los árboles y le acarició la piel con un suave frescor. "Tal vez, hubiesen huído al norte y formado una familia" siguió ensimismada en sus pensamientos.
Chiara suspiró mientras el viento le rebolvía su cabello rizado y negro que caía por su espalda. Ella quería enamorarse, quería tener un Romeo y que ella fuera su Julieta. Admiraba aquel amor tan puro entre esos dos amantes, pero que no dejaba de ser carnal.
-Chiara.- la llamó desde atrás Arame, un guarda que estaba a las órdenes de su padre. Su labor consistía en vigilarla día y noche.
La muchacha alzó sus ojos oscuros hacia aquel hombre de espalda ancha y musculosa que la miraba con sus penetrantes ojos verdes.
"¿Él será mi Romeo?" se preguntó Chiara.
-¿Qué ocurre, Arame?- preguntó la chica.
-Creo que deberíamos entrar ya a la casa, está empezando a anochecer y refrescará. No quiero que se ponga enferma.-
-No me importa ponerme enferma, Arame. Venga aquí, sientese conmigo.- le dijo señalándo al hombre de pelo cobrizo un lado desocupado en el banco de madera en el que estaba ella sentada. Arame pareció vacilar un momento antes de sentarse a su lado. Estaban muy cerca, demasiado. El brazo y la cadera de Chiara rozaban con su pierna y su brazo, aquello lo hizo sentir incómodo pero no le desagradaba.
-No quiero volver a casa.- le confesó Chiara.
-¿Por qué?- preguntó el soldado olvidando las formas sin darse cuenta pero pareció que a la muchacha no le importó.
-Porque siempre estoy encerrada y el único lugar en el que me siento un poco más libre es aquí.- respondió ella mirando el cielo anaranjado. Cada vez oscurecía más y más, no podía ver como el sol se ocultaba bajo la tierra porque los árboles y la enorme pared de piedra que rodeaba el jardín tapaban el horizonte.
-Si así es como te sientes, podría convencer a tu padre para ir al mercado mañana.- ofreció Arame. Chiara se giró con los ojos muy abiertos y una sonrisa dibujada en la boca, esa sonrisa perfecta y bonita que hacía que ha Arame se le encogiera el estómago y le latiera rápido el corazón.
-¿De verdad?- dijo con entusiasmo. -¿Tu crees que me dejarán?
-Supongo que si vas conmigo tu padre no se opondrá.- al oír estas palabras la sonrisa de Chiara se hizo mucho más ancha, mostrando todos sus dientes. Con los ojos brillantes por la emoción, Chiara besó la mejilla de Arame y éste dio gracias a que el sol ya se había ocultado para que la chiquilla no pudiera ver el tono rojizo de sus mejillas.
-Gracias, Arame. Si no consigues que mi padre me deje ir al mercado, gracias igualmente. Simplemente gracias por intentar animarme.- sonrió. Arame sacó de un bolsillo una vela de cera de abeja y prendió la mecha iluminando sus caras. Se quedaron un momento en silencio contemplando las recién salidas estrellas que brillaban en el cielo negro como luciérnagas estáticas.
-¿Has leído Romeo y Julieta?- le preguntó Chiara.
-He ido a ver su representación en el teatro.-
-¿No te parece maravillosa?- dijo ella mirando las estrellas.
-Si.- contestó él. -Señorita, se hace tarde. Creo que deberíamos volver ya.- dijo Arame poniéndose en pie. Sin rechistar, Chiara caminó por el inmenso jardín hasta el gran palacete al que llamaba "hogar".
-----------------------------------------------------------
¡Hola a todos!
¿Qué os parece la historia? Se que es solo el comienzo pero espero que os este gustando.
Por favor, si te gusta dale a la estrellita y pon comentarios si crees que comento algún fallo de ortografía o si te gusta la historia y quieres hacermelo saber, me ayudaría mucho.
¡Hasta la Parte 2!
Cora Bas.
ESTÁS LEYENDO
Dos caminos
RomanceChiara es la hija pequeña de la familia de comerciantes mas rica de Vergetta, la capital del reino de Hider. Al igual que todas sus hermanas, esta vigilada las veinticuatro horas del día y tiene prohibido salir de casa, por lo que es aficionada a le...