Parte I

683 24 3
                                    

Habían pasado solo segundos, después que el Héroe del Crepúsculo hubiese atravesado al antiguo Rey de las Gerudo, Ganondorf, con la Espada Maestra y arrancando un último aliento de vida y sellando así lo que su antepasado no pudo finalizar, la paz había regresado al Mundo de la Luz y el Reino del Crepúsculo tenía a su legítimo gobernante de vuelta, luego de haberse despedido con mucho dolor de Link, a quien había desarrollado un aprecio bastante grande luego de acompañarle en ese peligroso periplo.

—Finalmente se ha terminado... Alteza, ¿Cómo puedo ayudarle ahora?— preguntó el rubio color cenizo mientras la castaña reparaba su vista en él.

—¿Eh? Lo siento... Finalmente ganamos... Y el momento de recuperación será largo, no puedo pedirte que te quedes. Haz cumplido con tu parte Link... Y te estoy eternamente agradecida.— dijo mientras hacía una pequeña reverencia para que luego el paladín tomara su mano dejándola sobresaltada.

—Usted ha peleado con gran valor, la admiro mucho majestad, si necesita que vayamos al castillo, iremos ahora mismo.— le propuso mientras la chica asentía, luego ambos montaron al equino y se dirigieron a toda velocidad al castillo donde la princesa debía quedarse.

—Gracias por traerme Link...

—Pierda cuidado majestad.

—Link... No me digas así... Somos más que compañeros... Somos... Amigos.— dijo algo nerviosa manteniendo luego su semblante serio. —Link...—

—¿Sí?

—Lo siento...— dijo mientras le dedicaba una mirada triste.

—¿Por qué?— preguntó confundido.

—Cuando Ganondorf poseyó mi cuerpo... No tuve ningún control sobre mí... Y no me agrada para saber que te pude lastimar o que te lastimé.— dijo con tristeza mientras colocaba una mano en su pecho.

—No te preocupes, si te soy sincero... Me preocupaba dañarte.— explicó sonriendo mientras tomaba su mano libre sobresaltando nuevamente a la chica. —No quería lastimarte, por eso dudé mucho al momento de pelear.— dijo con pesar mientras la chica abría los ojos como platos.

—Link... Yo...

—Zelda.— interrumpió determinado mientras la chica sentía sus mejillas arder. —S-Si me lo permite... Quisiera estar aquí apoyándote... y ser parte de tus caballeros.— dijo algo nervioso mientras la chica le brillaban los ojos.

—Oh Link... Después de todo lo que has hecho por el reino... Quieres involucrarte...— suspiró maravillada —¿Realmente deseas hacer esto?— preguntó mientras el chico asentía seguro. —E-Entonces aquí te espero.— dijo algo avergonzada con las mejillas rojas como un tomate.

—Volveré pronto.— le notificó mientras se subía a su yegua para poner rumbo al pueblo de Ordon.

Estuvo cabalgando por unas horas hasta que finalmente llegó al pequeño poblado donde los niños jugaban siendo acompañados por Ilia mientras que a lo lejos Moy esperaba y le saludó desde la distancia.

—¡Es Link! ¡Es Link!— gritó Colin dando saltos de alegría. —¡Ilia, Link llegó!— dijo mientras la chica sonreía al ver llegar al rubio a caballo para luego desmontar.

—¡Link! ¡Al fin llegas!— le saludó sonriendo mientras se abalanzaba sobre él, aunque él le apartó con delicadeza.

—¡Link! ¡Ya llegaste!— saludó el niño mientras Moy llegaba con una bebé en sus brazos.

—¡Hola Colin! ¡Moy!— saludó sonriendo. —¿Qué es eso?— preguntó curioso mientras el hombre le enseñaba la niña y se la entregaba dejándolo completamente sorprendido.
—¡Vaya! ¡Felicidades Moy!— el rubio de cabello claro le sonrió pero logró percibir algo más en la actitud de Link, así que trató de alejarlo para hablar.

Amor Crepuscular | [Zelink]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora