El hechicero más poderoso tiene una hija
Surgirán sentimientos hacia el rey de las maldiciones?
Superará su pasado doloroso?
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Original de Kuromi-Takami
Notas al final de los capítulos leer porfavor
Prohibida su copia...
Hoy mi padre nos citó a un lugar en Tokio para conocer a alguien, me preguntó quién será.
-Oye Shiro, tu sabes a quien conoceré hoy?
-Claro que no, no soy un perro, y aunque no supiera no te lo diría- gruño malhumorado el espíritu.
*Qué amargado está*-pensé.
(Pov normal)
Los tres chicos de reunieron en un lugar de Tokio.
-Yuji-kun!! Gritó una peliblanca al ver a su amigo. Se lanzó hacia el, y le dió un fuerte abrazo.
-Hm? Oh, Hola Midori-San, qué tal?
-No me molesta si me llamas "chan" Itadori-San
-Y tú a mí me puedes decir Yuuji si gustas- le sonrió el pelirosa a la fémina
-Y a mí no me vas a saludar así? -inquirió una voz detrás de él.
-Gojo-sama, no tengo cinco años
Yuji por su parte estaba sonrojado, nunca había tenido ningún contacto con una chica, y menos un abrazo.
-Se podían hacer variaciones del uniforme?- inquirió Fushiguro al ver que la peliblanca llevaba la falda más corta de lo normal, y en lugar de medias unas botas hasta la rodilla negras con un poco de tacón.
-Hm?, bueno mi padre hizo unas gestiones, esque me resulta más cómodo así -explicó la fémina.
Una chica con el uniforme de la Academia de presentó ante ellos, tenía el cabello corto y lacio de un color café, al igual que sus ojos, que aunque no lo parecieran, destellaban, dando a entender que estaba emocionada.
-Oh! Llegaste!-exclamó con alegría su sensei- porqué no te presentas?
-Soy Nobara Kugisaki, y a partir de hoy seré su compañera- suspiro resignada-ahora tú, el de pelo de chicle, preséntate-dijo refiriéndose a Yuji
-Soy Itadori Yuji, un placer!!-dijo con emoción
-Soy Fushiguro Megumi
*Volteó a ver a Midori*
-Ah! Soy Midori Gojo, un gusto- dijo haciendo una reverencia.
-*Sigh*-Un pelo de chicle, uno con cara de pocos amigos, y una niña mimada-Suspiró la chica.
-Como sea, para qué nos citó aquí?-quiero visitar Tokio- murmuró la pelicafé.
-Sí, sí, vengan, yo los llevaré a ver Tokio- dijo entusiasmado un peliplata.
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