Mientras cierto rubio se encontraba peleando con un peliceleste, nuestros amigos se encontraban al lado de un río, hablando y charlando alegremente. Bueno, Junpei y Yuji, puesto que Midori se sentía excluída de la conversación, y simplemente se quedó callada, disfrutando de la bonita sonrisa del azabache, pero eso cesó instantáneamente al llegar una mujer de mediana edad fumando, se presentó como la madre del joven, y los invitó a cenar a su casa. Midori necesitaba un cigarrillo, pero no dijo nada porque sería descortés hacerlo, pero sentía que algo andaba mal, lo sabía, y aunque intentaba alejar esos pensamientos, no podía evitar sentir que algo no encajaba
Mientras Itadori contaba chistes malos sobre películas poco conocidas después de la cena, Midori tuvo que poner una excusa para irse antes de lo planeado, y sonrió al ver como la triste cara del azabache de hacía unas horas tenía una brillante sonrisa ahora
Iba tan ensimismada en sus pensamientos que no se dió cuenta que estaba perdida
*Demonios, debí haberme quedado, pero ahora ya estoy lejos, y sería incómodo volver como si nada*- pensó ella
Pero al ver que estaba abierta una rejilla que conducía a los pasadizos subterráneos de las alcantarillas, decidió que se fumaría un cigarro, y después, con la mente fría, intentaría ubicarse. Gran error
Al bajar, escuchó murmullos que provenían de cerca
*¿Adolescentes con hormonas alteradas? Que lugar tan romántico para su primera vez*- pensó ella
Pero la curiosidad mató al gato...o bueno, más o menos
Dió un par de suspiros de humo, pero las ganas de saber la corroían por dentro. Así que decidió que iba a ver un momento, y si eran lo que pensaba que eran, se iría, si no era eso...No sabía que pensar al respecto
Lentamente y sin hacer ruido, se acercó al lugar de donde provenía aquello. Se quedó en shock por unos momentos al ver a nada más y nada menos que a Murasaki y Akiro hablando con lo que parecía una maldición de grado especial. Era alta y esbelta, tenía el cabello azul celeste y múltiples cicatrices, o bueno...Eso parecían.
*Qué dem-* Ni le dió tiempo a pensar rápido, porque escuchó la voz de la Maldición decir
-Espero que la hija de Gojo Satoru ya esté en su posesión, o que ya haya mordido el anzuelo
-No, pero está a escasos metros de nosotros- habló Akiro
-¿Hm? Ara ara~ veo que mi muñeca llegó antes de lo esperado- dijo el peliceleste- ¿porqué no sales de tu escondite preciosa?
¿Preciosa?
Ese es el apodo por el que Sukuna la llama. Le gustaba cuando lo hacía él, pero aquélla copia de Frankestein no se parecía en lo más mínimo a su rey
Lentamente salió de su escondite para que Akiro y Murasaki se acercarán a ella. No se iba a dejar atrapar así de fácil, eso estaba claro, por lo que en un rápido movimiento se cortó el antebrazo y en lo que se graba su espada, le dió un fuerte golpe a la chica de cabello mejor que tenía delante. Esta al no ser muy fuerte calló al suelo, dándole paso a el joven del mismo color de cabello que sí usaba energía maldita. Esto fué un poco mas reñido porque los dos usaban espada, y Midori no iba a dejarse ganar por aquel ser inferior que la retaba.
Mientras tanto, La Maldición que se llamaba Mahito observaba divertido la escena, aquella chica era más fuerte de lo que el creía, aquello iba a ser divertido. Pero se estaba cansando de aquello, así que dio la orden de que el espectáculo acabara en aquel momento. Midori fue sedada mediante el ritual de Murasaki, el cual consistía en hacer entrar a las personas en coma por un corto tiempo
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El mejor hechicero tiene una hija (Sukuna x oc)- Terminada
FanficEl hechicero más poderoso tiene una hija Surgirán sentimientos hacia el rey de las maldiciones? Superará su pasado doloroso? Descúbrelo leyendo esta historia Original de Kuromi-Takami Notas al final de los capítulos leer porfavor Prohibida su copia...