El hechicero más poderoso tiene una hija
Surgirán sentimientos hacia el rey de las maldiciones?
Superará su pasado doloroso?
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Original de Kuromi-Takami
Notas al final de los capítulos leer porfavor
Prohibida su copia...
Anteriormente Sukuna al darse cuenta de que Itadori no volvía, sonrió macabramente, y pensó
Ha llegado la hora
Sukuna se dirigió hacia la salida, pero la chica se interpuso
-No permitiré que toques a Megumi o Nobara
-*Ja, y quién me lo va a impedir, tú?
-Haré lo que sea necesario
*Mierda*-pensó la chica -como Yuji-kun no vuelva en sí rápido, esto será una masacre
Y se preparó para pelear...
Afuera, un pelinegro dejaba a su amiga de cabello corto en un coche, para que la llevaran a un hospital
-La dejaré y volveré aquí lo más rápido posible -aseguró el que los había llevado
-No, de hecho su presencia aquí no sería de mucha ayuda, evacúe 30 kilómetros más
-Veré lo que puedo hacer -dijo con un aire sombrío.
-*Itadori, sólo espero que estés bien*
Dentro del edificio era un completo desastre, la chica se veía en una situación difícil, pelear con el Rey de las Maldiciones, no era algo fácil, aunque la chica entrenaba duro todos los días, Sukuna la superaba
- Qué mocosa, ya no puedes más? -sonrió Sukuna
-Ya quisieras- le ďijo ella, altaneramente, aunque en realidad estaba muy cansada- ya exorcisarste al categoría especial, porqué haces esto?
Le preguntó la chica, Sukuna sostenía el brazo de la chica inmovilizándola, y aunque la chica podía zafarse fácilmente, era un distractor.
-Porque quiero matar al mocoso de pelo negro que metió en este cuerpo
-Im...cil- murmuró la chica
-Uh?
-Eres un imbécil, no te das cuenta de que si no estuvieras en este cuerpo, los heciceros te hubieran exorcisado
Sukuna se quedó atónito, nadie en su Milenio de años le había hablado así; había hecho arrodillarse a Reyes poderosos, había tenido a millares de súbditos adorandolo, y aquella chica que no era nada de la realeza o algo cercano, osó hablarle así; era...interesante,no...era..fuerte,no...era...
Perfecta
En ese momento la chica aprovechó Para arremeter con su espada, y mandar a Sukuna fuera del edificio
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La ojiazul no pensó en que lo había mandado justo donde se encontraba Fushiguro, probablemente, hasta que vio a la maldición sonreír, si se le podía llamar sonrisa aquella macabra expresión, se percató de su error, quiso entenderlo, pero fue demasiado tarde, así que lo que quedaba hacer era pelear...
