1x7: De la Locura a la Cordura
Morgan siguió en busca de Rick, llegó a Atlanta, pero la gran ciudad que visitó alguna vez con su esposa e hijo, estaba devastada. Llena de caminantes y completamente abandonada, Morgan tenía claro que Rick ya no se encontraba allí. Ahora podría estar en cualquier otro lado, así que Morgan, ya un poco más calmado, pero aún en estado de locura, optó por dejar la búsqueda de Rick, pero juró que de volverlo a ver algún día, lo asesinaría a sangre fría.
Morgan se adentró a la ciudad en busca de recursos, cuando sintió que un arma le apuntaba a la cabeza, se trataba de un sujeto de origen latino, de nombre Felipe, quien cubrió el rostro de Morgan con un saco y, a punta de pistola, lo llevó a su guarida. Una vez allí, el líder del lugar, Guillermo, le pidió a Morgan todo lo que tenía, que en realidad era muy poco: una bolsa con unas cuantas armas que Rick le había dado y algo de comida que consiguió por su cuenta. Una vez con las cosas de Morgan, Guillermo le dijo que si gustaba, se podía quedar, pero debía de trabajar para ellos. Morgan accedió, pero tenía un plan bajo la manga. Felipe, el hombre que lo raptó, llevó a Morgan a una habitación donde podría quedarse, y le dijo que a partir de mañana, comenzaba a trabajar para ellos.
Morgan pensaba que ellos eran gente mala, que lo iban a tomar de prisionero y esclavo, así que esa misma noche, en su habitación, Morgan rompió el espejo que había en esta y usó un pedazo de este como navaja. Fue en busca de Guillermo para poder asesinarlo mientras dormía y huir de allí. Morgan, al caminar por el lugar y buscar a Guillermo, se dio cuenta de que no estaba en su habitación, pero escuchó sus pisadas al otro lado del corredor. Se asomó a la habitación donde escuchó que se metió Guillermo y vio que estaba atendiendo ancianos. Guillermo rescataba ancianos y no dormía para atenderlos. Morgan comprendió que lo que querían hacer con el era que les ayudara a cuidar de ellos. En ese momento Morgan soltó el pedazo de espejo que tenía y salió huyendo de ese lugar. Ya estaba un poco más cuerdo, no sabía por que quería matarlo cuando simplemente podía salir de ese lugar. De no haber visto eso, hubiese matado al hombre del que dependían muchos ancianos. Arrepentido, decidió marcharse de Atlanta, sin un rumbo fijo. A pesar de ya estar más cuerdo, había un nombre rondando todavía por su cabeza, el cual era Rick Grimes.
1x8: Aléjate
Rick por fin se reencontró con su familia, con su mejor amigo y con una parte de su antigua vida, sin embargo, no dejaba de pensar en Morgan y Duane. Lori, por otra parte, no dejaba de pensar en lo que pasó con Shane, deseaba que no hubiese pasado. Ninguno de dijo al otro lo que había pasado, y mucho menos a Carl.
Dado que la salida de cuando encontraron a Rick fue un fracaso y no hallaron ningún suministro, y la comida se estaba agotando, decidieron que había que regresar a la ciudad. Rick se ofreció en ir, a lo que Lori se opuso, sin embargo, Rick le dijo que tenía que pagarle de alguna manera a esta gente, por haberlo juntado con su familia. Glenn también se dispuso a ir, al igual que T-Dog y Andrea. Merle, quien seguía molesto con el grupo, sobre todo con el oficial, le dijo a su hermano Daryl que había que asaltar el campamento para después marcharse, a lo que este accedió.
Rick, Andrea, T-Dog y Glenn fueron a la ciudad, donde había un viejo supermercado y allí consiguieron recursos. Mientras tanto, Shane, aprovechando que Rick estaba fuera, trató de hablar y convencer a Lori que lo que pasó entre ellos era real. Lori le dijo que no y que se aleje de ella y de su familia, para después marcharse. En el lago, Amy, Jacqui y Carol estaban lavando la ropa del grupo, comenzaron a bromear entre ellas, hasta que apareció Ed, el abusivo esposo de Carol. Ed les preguntó que de que se reían y después le ordenó a Carol que se marcharan, a lo que Carol aceptó. Sin embargo, Jacqui, no estaba de acuerdo con esto y confrontó a Ed. Ed respondió agresivamente golpeando a Carol, algo que un furioso Shane vio a lo lejos. Shane se acercó a Ed y comenzó a golpearlo, hasta el punto de dejarlo inconsciente.