"Hogar Dulce Hogar"
Con el vacío en mi pecho y el mundo sacudiéndose bajo mis pies como una alfombra, dejo que estas personas desconocidas me guíen de regreso a la fortaleza que hacía mucho tiempo había dejado de ser mi hogar.
El auto se desliza a gran velocidad por la carretera. Un auto simple que hasta podría pasarse como familiar de no ser por las ventanas polarizadas.
—Aún no me queda muy en claro tu papel —digo, con algo de desinterés.
Lucas, a mi lado toma un respiro.
—Tu padre dejó a cargo de tu seguridad a mi padre desde que tomaste la decisión de irte a estudiar a América, luego mi padre ascendió a otro puesto así que pasé a ser su reemplazo —responde—. Michael aquí es mi compañero.
—Sí, ahora, Skade —interrumpe Michael desde el asiento de adelante—. La cena con tu padre era un evento muy pequeño y privado, solo ustedes sabían... No logramos entender cómo se supo dónde estaban ¿No mencionaste la cita con tu padre a nadie?
—No, solo tomé el primer avión —respondo—, yo solo lo hablé con él. Ahora, si él lo habló con alguien más... ¿Cómo saber?
—Debe haber alguien que lo haya sabido —insiste Lucas—, quien sea.
Hurgo en mi memoria, cientos de rostros en el aeropuerto de Nueva York, los pasajeros del vuelo y la gente al llegar a Francia. Mi cabeza solo da vueltas.
El rostro de una mujer viene a mi mente.
—Hablé con una mujer en migraciones —murmuro, insegura.
—¿Cómo era?
—Rubia, quizá en sus treintas, tenía dos niños —respondo—. Una conversación casual, ella llegaba a ver a su madre, solo le comenté que llegaba a ver a mi padre.
—¿Intercambiaron nombres?
—No —respondo.
—¿A qué hora la viste?
—Cerca de la una de la tarde —respondo— ¿Por qué es importante? Se veía normal.
—¿Es que no te han enseñado a no hablar con cualquiera? —dice Lucas, sin dejar de teclear en su laptop.
—Yo tenía una vida tranquila, sin esta porquería hace tan solo una semana —respondo, entre dientes—. Así que todos estos protocolos usualmente me los paso por...
—Basta —interrumpe Michael—, discutir no nos llevará a nada.
—Solo quiero encontrar a mi padre y regresar a mi vida —digo, lo más clara posible—. No quiero tener nada que ver con estos enredos, ni negocios...
—Skade, lamento ser yo quien tenga que decirlo —Lucas, baja la tapa de su laptop—, eres su única hija, el dinero que financia la hermosa e independiente vida que tienes en Nueva York viene de tu padre y yo que tú, no confiaría un solo segundo en tu tío en el mando. No creo sensato que tomes un paso al lado.
—Yo no quiero hacerme cargo de nada —repito.
—Todo el trabajo de tu padre será en vano —responde—, hay mucha gente bajo su cuidado, hay negocios sin cerrar, mucho dinero pendiendo de un hilo, desaparecieron diez de nuestros hombres junto con tu padre y un sinfín de cosas más. Tu padre dejó órdenes pautadas por si algo de esto sucedía y mi deber, la única razón por la que estoy aquí, sentado a tu lado es porque es mi trabajo hacer que cada línea de ese documento se cumpla.
—¡Yo no puedo hacerme cargo! —exclamo, otra vez estando al borde del colapso nervioso— ¡Yo no sé qué hacer! ¡No soy una líder! ¡No sé negociar! ¡Yo no asesino! Lucas, hay una razón por la que me fui tan joven de mi casa... Esta no es mi vida.
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RENACIDA: Vendetta
Misteri / ThrillerSkade Ragnarsson es la única heredera de un imperio forjado por la sangre, hija de la cabeza de una de las mafias más grandes de Europa. Skade se ve obligada a abandonar el camino hacia una vida honesta tras un inesperado atentado hacia ella y su fa...