Romance

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R O M A N C E

Valentine y Chris no estuvieron distantes por mucho tiempo.

Eventualmente, retomaron su amistad, aunque ya no tuvo el mismo efecto que cuando eran niños. Se trataban como unos buenos vecinos y como aquellos que en algún momento fueron muy buenos amigos, pero que ahora sólo comparten bonitos recuerdos y un cariño que evoca los días pasados. 

Las esperanzas de Valentine, por que todo mejorara entre ella y el ojiazul, comenzó a decantarse simplemente por mantener su amistad, pues sus sentimientos habían sido llevados hasta el fondo de su corazón y ella trató de dejarlos ahí, para no sentir más tristeza. Lo que no sabía, es que Chris estaba en iguales condiciones, luchando contra sus miedos y el extraño sentimiento que se albergaba en el fondo de su pecho cada vez que veía a su vecina. 

Valentine no fue al cumpleaños número 14 de Chris. Previamente, Eleanor se había disculpado con Lisa argumentando las clases de su hija y la responsabilidad que esta presentaba. La rizada ni siquiera volteó a la casa de los Evans cuando su madre sacó el auto para llevarla a sus clases, por lo que no supo que Chris la observó alejarse desde la puerta de su casa.

Claramente Chris sí asistió al suyo, pero nada fue igual. Mientras Valentine había formado una mayor amistad con Carly y Shana, el ojiazul se confinó a una silla en la esquina del jardín, observando a la rizada reír y bromear, hasta Scott se unió a ellas para charlar y él se quedó solo.

Pero fue una tarde, luego del cumpleaños de Valentine, que él entendió todo y esto fue gracias a su madre. 

Lisa era demasiado observadora y notó aquellos cambios en su hijo, así que no tuvo reparos en cuestionarlo. Claramente, luego de tontear un poco en búsqueda de evadir el tema, Chris terminó contándole lo que había pasado con Valentine, con todo y el beso. Su madre sorpresivamente dio un grito emocionado y de inmediato le hizo las preguntas correctas, logrando que su hijo entendiera y aceptara sus sentimientos, culminando con varios consejos y la incentivación para que aclarara las cosas con Valentine. 

Una vez que Chris se marchó, Lisa empezó a asimilar el hecho de que ya hubiese pasado un año luego de aquel momento entre su hijo y Valentine, y que los sentimientos del ojiazul siguieran tan recientes e intensos como él había descrito. Eso sólo le hizo concluir que aquel dulce enamoramiento podría ser algo totalmente sincero y real. 

Pero Chris simplemente no pudo hacerlo. No pudo decirle a Valentine lo que estaba experimentando. No cuando la vio volver a casa acompañada de otro chico. Ya lo había visto hablar con ella en la escuela, pero ahora le hacía pensar que iban a la misma clase de arte porque ambos llevaban algunos materiales en las manos. La había acompañado a casa, como él solía hacerlo. 

Siente algo dentro de su pecho cuando escucha la bonita risa de Valentine y se da cuenta de que él no es el causante. 

Se siente mal de estar espiándolos, pero no es su culpa que justo cuando ellos fueran llegando, a él se le ocurriera ponerse a vigilar desde su ventana que Valentine llegara para hablar con ella. 

Probablemente ese fue su primer sentimiento de corazón roto. Y ese día también abortó su misión.

[...]

Valentine sentía algo dentro de ella cada vez que algunas chicas hablaban de lo apuesto que era Chris y de lo excelente actor que era. Últimamente era el que obtenía los protagonistas de cada puesta en escena en la escuela y en su academia de teatro, su adolescente club de fans se hacía cada vez más grande y también la cantidad de chicas preciosas que se acercaban a él.

Pasó mucho tiempo sola, al menos cuando no estaba con las hermanas Evans, pero poco a poco empezó a encontrar personas con gustos afines, como Alex, un chico de un grado superior que iba con ella a clases de dibujo. Era un chico agradable y muy dulce, pero Valentine siempre terminaba comparándolo con Chris y ahí perdía todo el encanto. 

Valentine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora