El viento corría sutilmente despienado su doradas hebras, aún se sentía nervioso aunque la primer semana ya hubiera pasado, no se confiaba de todos a su alrededor.
Pero eso no le impidió correr en auxilio del pelimorado qué habia raspado su mejilla tras haberse caído.
— ¡¿Estás bien?!
El niño de ojos color índigo llevo sus manitos hasta su boca, negándose a decir cualquier palabra que pudiera perjudicarlo, el no quería ser un villano con ese tierno chico.
Se limitó asentir con ese calorcito en su pecho.
— ¿Quieres ir a jugar conmigo?
Negó bajando su mirada, aunque parecía corrector estar allí y deseaba hablarle la campana sonó indicando que debían volver a sus salones. Él no pudo hacer nada con la sonrisa que el rubio le dedico, mucho menos tuvo la fuerza para detenerlo en su huida.
Y aunque le hubiera gustado agradecerle, lo hacía dejando irse.
💫💔
— ¡Niño bonito!
— ¿Acaso no hablas?
— ¿No quieres hablar conmigo?
— ¿Tu tienes particularidad?
— La mía es electricidad ¡Parezco a Pikachu!
Esa junto a muchas otras preguntas y afirmaciones lo habían acompañado, pero se negaba a hablarle, no quería dañarlo con su quirk u obligarlo a hacer algo sin querer.
No era un monstruo.
Todos los días podía ver a ese rayito de sol en la escuela, sólo se sentaban y comenzaban a armar castillos de arena donde ellos eran los reyes y sólo uno de ellos charlaba sobre su día esperando respuestas.
Hasta que todo llego a su final a la hora de terminar aquél año, donde cada uno debía ingresar a otro colegio.
— ¿Ni siquiera me dirás tu nombre, niño bonito?
El rubio se negaba a obtener aquella información por sus maestras o por algún conocido del niño, quería fuera él quién se lo diga, que tuviera la confianza suficiente.
— Uhm...hoy mis p-padres me contaron la historia de mi nombre ¿Quieres oírla?
El infante asintió mientras giraba su cuerpo para quedar enfrentados, con toda su atención en él.
— B-bueno mi papá me contó qué llevo mi nombre en honor a mí tatarabuelo, según ellos no solo mi quirk viene de él si no que me p-parezco mucho a él...Vi sus fotografías ¡Era muy guapo! ¡Y fue un gran héroe! Su nombre era Char...chargel- no recuerdo.— susurró apenado.— Por favor, tu si recuerda mi nombre.
— Kaminari Denki.
Los bonitos ojos dorado se abrieron sorprendidos y parecían brillar con más fuerza.
— ¡¿Me dirás tu nombre?!
— Shinso Hitoshi.
💫💜
El trágico día había llegado a su final y aun no se sentía listo para enfrentar a esa clase llena de alumnos con complejos de grandeza por sus poderosos quirks.
Incluso si conocía a unos cuantos alumnos le parecía abrumador.
El atardecer daba sus últimos destellos en aquella terraza donde estaba descansando, inconsolable mantenía su ceño fruncido mientras bebía de su jugo de naranja.
— Pareces un gatito arisco.
— Lo dices por qué a ti te cae bien todo el mundo.— se quejó acomodando su uniforme azules y blanco.— No entiendo porque acepte ser su profesor...
— No seas dramático, Shinso Hitoshi.
— Aquí él único dramático eres tú, Kaminari Denki.
El rubio joven río dejando un beso en los labios de su pareja, habían pasado por su etapa de amistad desde el jardín de infantes dónde luego de que Shinso le dijera su nombre, también le había comentado que su nombre Hitoshi, era en honor a su tatarabuelo y qué no quería hablarle por su particularidad: lavado de cerebro. Luego de eso prometieron ser los mejores amigos, la amistad duro hasta sus doce años donde ambos comenzaron a descubrir el mundo juntos.
Los primeros sentimientos fuera del vínculo familiar.
Cuando tuvieron catorce no podían negarse la atracción física y sentimental qué tenían, como si sus almas estuvieran conectadas desde el principio de los tiempos, esperando por ese capítulo del libro.
Encontraron evidencia de que sus tatarabuelos habían sido cercanos, pero nunca pudieron entrelazar sus almas.
Y se alejaron, por qué no querían seguir los errores cometidos por sus antepasados y se permitieron distanciarse por miedo.
Cuando cumplieron quince su relación se formo nuevamente, en el cumpleaños del rubio menor.
Y ambos ingresaron para perseguir su sueños en un nuevo comienzo en esa prestigiosa academia de héroes.
Por qué ellos no eran sus ancestros, no querían cometer los mismos errores.
— Feliz cumpleaños número veintidós, cariño.
Por eso, en esa tarde solamente eran Denki e Hitoshi dos jóvenes con almas viejas amándose como siempre estuvo escrito.
Otro beso sello su amor y sus almas se regocijaron.
— Feliz aniversario, amor.— susurró Denki.— ¿Sabes? Tenía un alma y un corazón y perdí ambas desde que te conocí, son tuyos sin dudas.
— Fue un largo camino desde el patio de juegos.—
— Te he amado desde que tenemos dieciocho, Hitoshi.— confesó, para luego retractarse con un beso en la mejilla contraria.— Mejor dicho, te he amado mucho antes que pensáramos lo mismo.—
Hitoshi envolvió en sus brazos a Denki dejándole recostarse en su pecho, tal y como lo hacían cuando se recortaban en su hogar con sus manos presionado sus mejillas para fundirse en cuerpo y alma.
— Te amo para toda la eternidad, Kaminari Denki.
Por que cuando dos almas tienen que encontrarse, el destino mueve mundos, corta distancias y construye caminos e incluso, desafía lo imposible.
Después de todo, el morado y el dorado siempre fueron una buena combinación.
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18. | Shinkami
Fanfiction"- Tengo un alma y un corazón, créeme que estoy perdido ambos." •Shinso × Kaminari • Mención de TODODEKU y KIRIBAKU. • Intento de angst • Portada hecha por mí, créditos a los respectivos dueñxs de los fan art utilizados. •Es el primer fic ambien...